Anhelado Reencuentro

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 One shot dedicado a   toMatto-Noya  ^^

──❀•❀──

  La tranquilidad de aquella brisa de verano no se comparaba con las ansias y nerviosismo que compartía el aire.

   Recuerdos y nostalgia vagaban por la mente de un chico que volvería hacia su verdadero hogar, el lugar donde nació, creció, y que juraría proteger por el resto de su vida.

   Un albino esperaba con ansias la llegada de aquel chico, siendo él su mejor amigo desde la infancia. Había llegado horas antes a la posada, en parte porque su grupo había partido con anterioridad para no tener ningún inconveniente.

   Pasaron pocos minutos mientras esa horrible tensión crecía, tensión en la que Willy intentaba calmar esos impulsos de salir corriendo e ir a buscar a su amigo, quien estaba a punto de llegar.

   Unos carruajes a lo lejos pudieron aplacar la nublada mente del albino, quien sonreía tontamente esperando que los caballos se apresurasen.

   ¿Por que no venían volando? Se preguntaba a sí mismo, pero recordaba que aunque la mayoría del grupo de Fargan eran híbridos de algún tipo de ave, no todos compartían esa ventaja. Algunos eran parte lobo, oso, y hasta zorro.

   Pero sí, en su cabeza le hacía más sentido que viniesen utilizando la ventaja que los Dioses le habían dado, aquella fuerza y velocidad que jamás tendría ni con todas las pociones del mundo.

   Una vez los carruajes y caballos detuvieron su marcha, pudo divisar como cada persona bajaba junto a sus pequeñas maletas que contenían su equipaje.

   Y ahí fue cuando lo vio. Finalmente, después de dos años sin verlo, estaba frente a él. Se apresuró a acercarse, y sin dejarle apoyar el maletín en el suelo, se aferro a él en un corto y fuerte abrazo, para luego chocar manos con su amigo.

   Fargan había cambiado mucho físicamente. Se podía apreciar que sus alas habían crecido, aunque ahora hubiese reducido su tamaño para caber en la carreta, se se le notaba un aumento de plumas en su espalda, al igual que en su cara. De pequeño siempre tuvo unos brotes de plumas por encima de sus mejillas justo al lado de sus ojos color ámbar, que mostraban su lado animal con orgullo. Ahora esos brotes parecían verdaderas plumas que recorrían sus pómulos, por lo que el primer impulso de Willy fue llevar su mano a éstas, apreciando la suavidad que sentía bajo las yemas de sus dedos. También podía ver como el de cabello castaño se había dejado crecer un rastro de vello en la barbilla. Era casi nulo, casi como si intentase aparentar que era un hombre maduro cuando aún le quedaban años para poder crecer una barba decente. Willy seguía manoseando las pequeñas plumas en la cara de Fargan, acariciándolas con total admiración y sin pudor alguno.

—Se dice "hola", rata—le reclamó aquel híbrido en forma de burla. Su amigo no había esbozado ninguna palabra desde su encuentro, solo toqueteaba su cara con curiosidad.

—Lo siento, lo siento—se rio en respuesta—es que estas muy cambiado, no podía evitar notarlo. Me gustan esas plumas—llevo su mano a su propia cara para señalarle a las que se refería.

—Que tú también estas cambiado, Willy, ¡Mírate!—palmeó su espalda—ya no estas tan enano—se burló, a lo que el albino rodó sus ojos. Ahora le tocaba a él ser observado.

   Era cierto, Willy siempre había sido bastante pequeño y delgado, y esperaban que la pubertad le ayudase a estirarse y crecer lo suficiente, pero no había caso, a los dieciséis aún no crecía, así que perdió esa esperanza. Lo que no sabía, era que necesitaba más tiempo para desarrollarse que los demás. Ahora estaba casi de la estatura de Fargan, y se le notaba más fornido sobre todo en los brazos. Aunque no se podía comparar con el cuerpo del castaño, que estaba completamente marcado, sus músculos eran muy notables, y obviamente tenía la ventaja por ser híbrido. Las hormonas en su cuerpo funcionaban muy similar a la de los humanos, pero a veces tenían mayor intensidad que provocaban estos cambios físicos.

Just WillganWhere stories live. Discover now