Cuestión de Palabras

282 29 20
                                    


⚠️Advertencia⚠️: Este O.S contiene exceso de cursilerías y momentos soft. Si vomitan arcoíris no me hago cargo. Disfruten.

Narrado desde el punto de vista de Fargan.

──❀•❀──

¿Cuándo supe que lo amaba?

La respuesta a aquella pregunta que aquejaba mi corazón no era simple, ya que no había sido en una, sino en varias ocasiones en las que tomé consciencia de que verdaderamente él era el indicado. Llevaba un tiempo queriendo decírselo, pero jamás encontraba el momento exacto. Quería que todo fuese romántico, que fuese especial, más solía acobardarme por el miedo a estarlo diciendo demasiado pronto.

Uno de mis primeros recuerdos en que comencé a no solo quererlo, sino a amarlo, había sido una solitaria noche de día lunes. Como de costumbre, Willy solía quedarse a dormir en mi departamento después de una larga jornada laboral. El trabajo era un martirio para él, con sólo cruzar la entrada de mi casa notaba su fatiga en sus tristes ojos, y en sus ojeras que él mismo odiaba pero no podía ocultar. Por esa razón acostumbraba entrar sin esbozar ninguna palabra, su mirada era esa de un vacío que sólo podía llenarse con mi compañía. Siempre me recalcaba que lo único bueno de su día era venir a verme, que conmigo siempre se sentía mejor, y yo hacía lo posible por seguir consintiéndolo cada vez que llegara rendido por el trabajo que le demandaba tanto.

Aquel lunes, Willy se tardaba en llegar y yo estaba decidido a esperarlo, de todas maneras carecía de sueño al haber pedido un par de días libres para descansar de una alocada semana. Me senté en el sofá a ver lo que sea que entretuviese mi mente, sin percatarme de que ya había pasado la medianoche y mi novio no llegaba aún. De aburrimiento estuve a punto de irme a dormir cuando escuché la cerradura abrirse, sabiendo exactamente de quien se trataba y volteé a mirarlo; su dulce cara demostró una expresión de sorpresa al ver que la televisión estaba aún encendida y sus ojos bajaron a mi rostro, cambiando aquella mueca en una de disgusto.

—¿Por qué me has esperado? Te he dicho que llegaba tarde—me regañó finalmente.

En eso revisé el móvil y efectivamente me había dejado un mensaje hacía tres horas, diciendo que no lo esperara porque llegaría tarde. A su vez me percaté de la hora.

—¡Hostia! ¡Qué son las cuatro de la mañana!—exclamé por impulso al ver la pequeña pantalla—Sólo me he puesto a ver la televisión, no he visto tu mensaje, perdón—el semblante de Willy había cambiado a uno más relajado, había notado mi sorpresa.

—Ya, pero tampoco deberías haberte quedado tan tarde—volvió a hablar pero de manera más empática.

—Que no te estaba esperando, ¿Tú crees que todo gira en torno a ti o qué? La película estaba buenísima—bromeé en un intento de aligerar la situación.

—Claro. ¿Cómo se llama la película y de qué va?—me había atrapado. Ni siquiera la estaba mirando realmente, incluso creo que era la segunda película de la noche, yo sólo divagaba en mi mente mientras lo esperaba y ponía atención sólo en las escenas sangrientas o subidas de tono.

Mi silencio me delató por completo.

—Eres un tonto. Un tonto muy tierno. No tenías que esperarme. Además, era tu día libre, debiste aprovecharlo.

—Venga, va, vamos a la cama de una vez—comenté mientras bostezaba.

—¿Tanto me deseas en la cama que no te puedes esperar a que me quite el abrigo?—bufó divertido. Esa picardía me tomó por desprevenido. Él no solía estar con ánimos tan tarde.

Just WillganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora