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El corazón de Chat se estrelló contra su pecho y su estómago se revolvió.

¿Qué demonios había hecho ella ahora?

Se sorprendió cuando Luka se levantó de un salto y dijo:
— ¿Estás hablando de la muchacha que no tiene voz?

Tom Dupain también se puso de pie. — ¿Qué muchacha?

—Más tarde, padre— dijo Luka.

— ¿Qué sabes de Marinette? —exigió Chat.

—La conocí brevemente al entrar a la aldea.

Chat se volvió hacia Max y el guerrero asintió con la cabeza hacia Luka.

—Él la miró como si la conociera.

Naturalmente, Marinette tuvo que averiguar por qué, se acercó a él y hablaron brevemente, interpretó Alya, antes de que lo enviara de camino a la fortaleza.

Chat se volvió hacia Luka con una furia en sus ojos que hizo que Luka echara los hombros hacia atrás y apretara los puños.

—Marinette es mi mujer y mantendrás tu distancia.

—Podemos pararnos aquí y discutir, o podemos ir a buscarla— dijo Luka.

—Amenos que desees morir, aléjate de ella— dijo Chat, y luego se volvió hacia
Felix. —Reúne a los hombres.

—Te ayudaremos—ofreció Tom.

—No es necesario—dijo Chat.

—Tal vez, pero es lo que los amigos hacen unos por otros.

Tom extendió su mano en amistad, y Chat sería un tonto si no lo aceptara.

—Tu ayuda será apreciada.

—Movimiento sabio—susurró Felix cuando Chat se volvió hacia él.

—Espero no lamentarlo—. Chat no sabía qué le hizo pensar eso, tal vez porque quería derrotar a Luka por tomar tal confianza con Marinette. Se preguntó si eventualmente se
reduciría a eso, ya que Luka no había reconocido su advertencia acerca de
mantenerse alejado de Marinette.

No pasó mucho tiempo antes de que los hombres se reunieran y Chat emitiera
órdenes para que se registrara toda la aldea. Si no la encontraban, se moverían más allá hacia el bosque, aunque tan pronto como él saliera de la fortaleza y entrase en la tormenta de nieve, sabía que no sería una tarea fácil.

Marinette conocía bien los bosques, especialmente el camino a la cabaña de la vieja Tikki. Su madre y ella habían visitado a la anciana a menudo, por lo que el camino era instintivo para ella. Luego estaban los marcadores que su madre le había enseñado a colocar, por si ella se alejaba jugando, de manera que pudiera encontrar el camino de regreso a casa fácilmente. Ella reconoció uno de ellos, un gran árbol nudoso que parecía mucho más amenazador a través de la nieve que
caía. No estaba lejos de la cabaña.
De lo que no se había dado cuenta, ni se había preparado, era del hecho de que la cabaña no había sido atendida desde que la vieja Tikki se había mudado de ella a la aldea. Se quedó de pie, parpadeando para sacudirse la nieve que le hacía cosquillas en los ojos y contemplar el enorme agujero donde debería haber estado la puerta. Las persianas habían desaparecido de la ventana solitaria y había un gran agujero en el techo de paja.
Esto significaba que ella no tenía otra opción. Tenía que regresar a la aldea, y
con la noche no muy lejos tendría que darse prisa. Caminó alrededor de la
cabaña y estaba apenas a unos pocos pies por el sendero cuando notó un
movimiento en la nieve. Estaba cerca del suelo, podría ser un animal excavado en un agujero contra el frío o...

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