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Marinette no podía creer que Luka sostuviera el peine de su madre en su mano.
Lo había escondido el día que se había instalado en esta cabaña y no lo había
tocado desde entonces. Entonces, ¿cómo había llegado hasta allí?

Había salido volando de su capa, ella negó con la cabeza, pero eso no era
posible. Se acercó hacia el escondite detrás de la pila de canastas, debajo de la mesa estrecha contra la pared, y se sorprendió cuando su mano encontró la tela que tenía el peine envuelto. Podía sentir que el peine todavía estaba allí.

Se puso de pie y, con cuidado, desenrolló la tela y, al verlo en su palma, vio que eran idénticos. Le hizo preguntarse si el peine alguna vez había pertenecido a su madre. Ella lo mostró a regañadientes, para que Luka lo viera.

Dio un paso adelante y se lo arrebató de su mano, emparejándolo con su
compañero. Lo tocó con suavidad, casi con reverencia cuando dijo:

—Estos pertenecían a mi madre.

Oh, Dios mío, ¿su madre le había robado el peine? Fue el primer pensamiento de Marinette, eso no podía ser, su madre había sido una buena mujer. Ella nunca hubiera hecho tal cosa.

— ¿Dónde lo obtuviste?

Una vez más, Luka usó ese tono de mando, y su piel se erizó. No sabía si estaba en problemas, y lo único que podía hacer era decir la verdad, y lo hizo. Ella hizo un gesto, asumiendo que Luka la entendería igual que su padre.

—Tu madre te dio este peine—dijo, confirmando su explicación.

Ella asintió.

—Mi padre le dio a mi madre tres peines identicos hace muchos años. Recuerdo a mi madre llevándolos. ¿Cómo pudo tu madre obtenerlos ya que dos de ellos fueron enterrados con ella?

Marinette señaló su capa forrada de piel.

— ¿Cómo se metió este otro peine en tu capa?

Solo había una persona que podría haberlo puesto allí... la vieja Tikki Marinette no quería implicarla, ella no tenía que hacerlo.

—Le prestaste tu capa a la vieja Tikki, ¿no? —Marinette asintió de mala gana.

—Mi padre necesita saber esto de inmediato— dijo Luka, envolviendo los peines en su mano, y tomando a Marinette del brazo.
—Hay mucho que necesitassaber también.

La puerta se abrió de golpe, y una gran figura la llenó. Observó la escena delante de él, y un ceño asesino apareció en su rostro.

— ¿Qué te dije sobre dejar a mi mujer en paz?

—No tengo ninguna intensión de dejarla en paz, además necesito saber por qué están en su posesión los peines que pertenecían a mi madre. Creo que es hora de que Marinette nos acompañe a la fortaleza y hablemos.

A Cree no le gustó lo que estaba oyendo. ¿Se había equivocado con Luka? ¿No
era tan digno de confianza como creía? ¿Era esto verdadero, o un plan? ¿Podría
ser el responsable de los artículos que encontró en posesión de Marinette? ¿Pero por qué? Demasiadas preguntas y acertijos que pretendía aclarar inmediatamente, pero primero...

—¡Quita tu mano de ella!— ordenó con lo que sonó como un gruñido salvaje.

Luka quitó su mano y se alejó de Marinette.

Chat le tenddió a la mano, y ella se acercó. La atrajo hacia sí, abrazándola con fuerza.

— ¿Tu tenías estos artículos?

Marinette asintió, levantando un dedo.

— ¿Un peine era tuyo? —dijo Chat.

Ella confirmó con un asentimiento.

ProhibidoWhere stories live. Discover now