4. Baking together.

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Hi~ Como les dije, este es mi capítulo favorito en toda la trama creo, felicito a las personas que se dieron cuenta de la trama antes que Ash, hasta el momento ha sido un desastre, pero ayuda a entretener al menos. Muchas gracias a las personas que se toman el cariño para leer.

¡Espero que les guste!

—Te quedó un poco de crema acá

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—Te quedó un poco de crema acá. —Le acaricia divertido la mejilla, tomando la mancha de espuma (que él mismo le puso a Eiji, pero detalles) con su pulgar, llevándosela directamente a la boca con un movimiento deliberadamente sensual—. Delicioso. —El moreno enrojece de pies a cabeza.

—Concéntrate en hacer las galletas. —Lo reprende, estirando la masa en una bandeja de plata, hay varios cortadores de diversas formas y colores a los costados del mesón, está nevando afuera, es un ambiente festivo agradable y hogareño, nostálgico—. ¿No es raro que nadie más haya llegado?

—Probablemente tenían cosas que hacer. —Aslan finge inocencia.

—Lo que digas.

Hasta donde el resto de Nueva York sabe, él sigue siendo el inocente e ingenuo Christopher Winston, un pobre universitario de corazón noble y quebrado, quien se hizo amigo de todos. Okey, es fachada, el mundo entero lo consciente, pero el estratagema se trata de orgullo actualmente, de hacer que caigan primero. Los bastardos quisieron jugarle una broma, fingiendo que no conocían su identidad genuina, poniéndole un novio que aún usa pañales a Eiji, es su turno de divertirse y tener un regreso triunfal, así que si debe pretender que sigue anonadado por esto, lo hará.

No sin aprovecharse, claro.

—¿Por qué tu novio no ha venido? —Una sonrisa felina pende de sus labios, su atención recorre con descaro desde ese delantal con un horrendo estampado de pájaro a la tenue reminiscencia de harina que se ha impregnado en ese cabello increíblemente oscuro, tiene ganas de pasear sus manos ahí, de dejarlas reposando en la suavidad—. Es bastante desconsiderado abandonarte en estas fechas.

—Sing tiene otros asuntos de que ocuparse. —Ah, lo ha puesto nervioso. Lo descifra por la presión que ejerce en la masa mientras se muerde el labio.

—¿Otros asuntos? ¿Más importantes que su novio? —Hace la indignación obvia en su voz.

—Trabaja con Yue. —Ese nombre le gatilla una arcada de forma automática, sigue sin soportarlo, en el último intercambio que tuvieron puso la vida de Eiji en riesgo, no es capaz de perdonarlo, no perdonará a nadie que lo lastime. ¿Cuál es el afán que este terco tiene contra su seguridad?

—¿Cómo ustedes dos terminaron siendo amigos? Se ven realmente diferentes. —El japonés frena sus movimientos encima de la masa, alza la mirada hacia el techo de la cocina, busca una respuesta coherente e inexistente entre las luces doradas, el aroma de las flores se cuela hacia atrás, están en la florería, en el cuarto extra que usa para almorzar.

Last Christmas.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon