🍓 🅒︎🅘︎🅝︎🅒︎🅞︎🍓

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Taehyung frunció ligeramente los labios mientras revisaba los mensajes que había enviado a Jungkook, aún sin respuesta. En un intento por mantener la calma, se dijo a sí mismo que tal vez estaba dramatizando un poco la situación. Sin embargo, después de tres semanas consecutivas de conversaciones diarias, se estaba acostumbrando y encariñando cada vez más con el pelinegro.

Su "Kookie", como cariñosamente lo llamaba ahora con más libertad, nunca antes había evitado responderle. La ausencia de una respuesta en ese momento le resultaba extraña y preocupante. Taehyung se mordió el labio inferior, preguntándose si había dicho algo mal o si Jungkook simplemente estaba ocupado.

Decidió darle el beneficio de la duda, intentando tranquilizarse mientras seguía ocupándose de las tareas en la cafetería. Pero en el fondo, un nudo de preocupación se anidaba en su estómago, y su mente no dejaba de dar vueltas a posibles razones de la falta de respuesta. La campana de la entrada sonó, anunciando la llegada de nuevos clientes, y Taehyung se forzó a centrar su atención en ellos. Mientras atendía las mesas y tomaba pedidos, su teléfono permanecía a su lado, a la espera de cualquier notificación de Jungkook.

Después de todo, ¿qué podría haber cambiado en tan poco tiempo? La rutina de hablar todos los días ya se había vuelto una parte importante de su día.

Finalmente, cuando el día llegaba a su fin y la cafetería estaba más tranquila, Taehyung decidió tomar un breve descanso para revisar nuevamente su teléfono. Sus ojos se fijaron en la pantalla, esperando ver algún indicio de actividad en la aplicación de mensajes.

Nada.

Se dispuso a enviar un mensaje más, algo que expresara sus sentimientos de manera clara pero sin presionar demasiado.

"¿Todo está bien, Kookie? Me has tenido preocupado con el silencio. Si algo está pasando, estoy aquí para ti. ¿Podemos hablar?"

Taehyung apretó el botón de enviar y observó la pantalla con esperanza, anhelando ver la notificación de que Jungkook había leído su mensaje.

También contempló la idea de llamarlo, pero la preocupación de resultar molesto lo disuadió. Se mordió el labio inferior, indeciso sobre la mejor manera de abordar la situación, cuando, de repente, una llamada entrante de un número desconocido iluminó la pantalla de su teléfono.

Intrigado y con una mezcla de nerviosismo y esperanza, Taehyung contestó la llamada.

— ¿Hola? —dijo, intentando sonar casual a pesar de la ansiedad que sentía.

Una pausa breve precedió a la respuesta del otro lado de la línea.

— ¡Hola, Taehyung! Soy Lisa, encontré tu número en un post-it en casa de Jungkook.

El corazón de Taehyung dio un vuelco.

— Oh, ¿está todo bien? —preguntó con genuino interés.

Otro silencio tomó lugar.

— Él está en el hospital, cayó de las escaleras de su departamento y perdió su celular —dijo Lisa en un suspiro sincero.

La noticia golpeó a Taehyung como un balde de agua fría. Su preocupación inicial por la falta de respuestas ahora se volvía en una profunda inquietud por el bienestar de Jungkook.

— ¿Qué? ¿Está bien? ¿Necesita algo? —preguntó Taehyung, su voz reflejando su creciente preocupación.

— Está consciente, pero tiene algunas contusiones y un esguince. Nada grave, pero va a necesitar un poco de tiempo para recuperarse. Pidió expresamente que te llamara para decirte que está bien y que le encantaría verte tan pronto como pueda.

Taehyung sintió un nudo en la garganta, una mezcla de alivio al saber que Jungkook estaba relativamente bien y preocupación por su accidente.

— Gracias, Lisa, por llamarme y avisarme. Estaré allí tan pronto como pueda. ¿En qué hospital está?

Lisa proporcionó la información del hospital y le agradeció a Taehyung antes de finalizar la llamada. Taehyung apagó su teléfono, con la mente en un torbellino. La perspectiva de ver a Jungkook en el hospital despertó en él una urgencia por estar a su lado y asegurarse de que estuviera bien. Sintió una conexión más profunda con Jungkook y la necesidad de cuidar de él en este momento difícil. Con determinación en sus ojos, se apresuró a cerrar la cafetería y se dirigió al hospital, listo para ofrecer su apoyo al pelinegro que había llegado a significar tanto para él.

Su Kookie, su chico de piercings le necesitaba.




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𝕊𝕥𝕣𝕒𝕨𝕓𝕖𝕣𝕣𝕪 ℂ𝕙𝕖𝕖𝕜𝕤 🍓 | 𝕂𝕠𝕠𝕜𝕍Where stories live. Discover now