R O J O| C A P 4

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Al finalizar de comer, él permaneció a mi lado moviendo cada página que le leía del libro. Siempre que termino una pasa la página a la otra.

-"Y Veredict corrió a los brazos de Pablo--"

-¡¿Qué?! Debes estar leyendo mal.

-¿Cómo podría estar leyendo mal? Oye. Yo también estoy sorprendido. Ella amaba a Sebastián quién considero es mejor que Pablo y lo deja por este patán.

El lobo se puso cabizbajo. -Ya no quiero que leas más.- Cierra el libro enojadito.

-Oye. Pero tal vez ella cambia de amor a lo ultimo. Aún faltan páginas--

-¡GRAWR!- Rompió el libro en dos. Haciendo que todas las paginas se desprendieran y cayeran a nuestros alrededores.

-Bueno. Ya nunca lo sabremos.- Suspire en rendición. Él tira las partes del libro a un lado. Se cruza de brazos súper enojadito.

-¿Tú no tienes poderes?- Pregunta el lobo, ladeando su cabeza a un lado con curiosidad.

-Tengo...- Abrí mis manos por el dolor de nis muñecas. -pero no los sé usar.- ¿Para qué mentir? Prefiero ser sincero a decirle una mentira de la cuál no tendré ninguna ventaja. -Recién los descubrí. Por eso no puedo. Vengo de una dinastía de brujas. Las brujas Laikorn.

-Lai-korn.- Trata de decir el apellido aunque se tarda un poco en poder pronunciarlo.

-Mjm.- Asentí a su intento indicándole que lo hizo bastante bien.

-¿Y cómo aprenderás a usarlos?

-Tal vez no sea necesario usarlos. Si lo hago, la Cazadora que asesinó a toda mi dinastía podría venir por mi.

-¿Entonces te dejarás comer por mí?

-No veo por qué no.

-¿No huirás si te suelto?

-Tampoco tengo a dónde ir.

El lobo me mira seriamente. Como para velar que no esté diciendo mentiras. Suspire poniendo mis ojos en blanco. -En serio. No tengo a dónde ir.- Volví a asegurarle. Tras la confirmación, asiente.

Entonces lleva sus manos a desatarme las muñecas. Yo me senté frotando estas muñecas rojas con quejidos. Él las mira y las toma, haciéndome pegar un brinco en mi sitio, mirándolo alertado.

Lleva mis manos a su boca y lame la área roja en mis muñecas. Lamiendo de lado a lado. Su lengua me causa un cosquilleo cuando llega al área de las venas. Lame toda una muñeca. Luego pasa a la otra haciendo lo mismo y un pequeño gemido escapa de mi boca cuando llega el área de las venas también.

Su lengua se detiene en mis venas ante el gemido. Sus ojos me miran sin desocupar su boca. Trague fuerte sin dejar de mirarlo con miedo. Ante mi silencio, él culmina la lamida con tres más y retrocede su cabeza.

-Nunca conocí a mis padres, pero recuerdo que ella me hacia esto de bebé cuando me lastimaba.

Me quede callado viéndolo entre miedoso y incómodo. Él suelta mis muñecas así que yo las retrocedo a las rodillas.

-¿Sabes? Aquí no tienes que usar esa capa tan fea.- Dice.

-No es fea - Me defiendo tocando mi pobre capa roja. -la cosí yo. ¿O sí piensas que es fea?

Pasaron exactamente tres segundos. Los tres segundos de empatía. Con él mirándome pensativo.

-Pasaron los tres segundos: es fea.

-¡Oye! No te dije lo de los segundos para que los cuentes antes de decir algo frío.

-Las palabras no pueden ser frías - Él acerca una palma a su mano para soplar ahí. -¿Ves? Mi aliento aún es caliente porque es de lobo. Tal vez las tuyas salgan frías por la nieve.

𝐑𝐎𝐉𝐎: ATADO AL LOBO (OFFGUN + TAY)Where stories live. Discover now