Capitulo 4

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La historia de Manuel

Habían pasado unas tres semanas desde el fallecimiento de mamá, Belu estaba un poco mejor de ánimo así que había vuelto a la librería que hasta ahora la estaba manejando yo, no habíamos vuelto a mencionar la carta y mi tema de la adopción, además de que no volví a ver a Manuel.

– Ale sabes ¿Dónde están las listas de los libros que llegan en unas semanas? – me dijo entrando por la puerta que conectaba la cafetería con la librería –si creo que hay una en la computadora, sino tengo que ir hasta casa a buscar la que imprimí – le respondí.

– a bueno, me fijo si está ahí – luego de eso volvió de nuevo para su lado.

Estaba acomodando las cosas en la repisa de la cocina ya que había estado haciendo de las mías para poder hacer una receta de unos budines ingleses, cuando entro Ana una de mis mejores amigas la cual estaba trabajando conmigo desde hacía un mes. Fue de gran ayuda durante estos días y también lo fue durante la enfermedad de mamá, ya que gracias a ella tenía ciertos momentos de distracción ya sea por las locas historias que me contaba o por el simple hecho de que viniera a tomar mates. 

Cuando me vio me dijo que estaban esperándome en la parte de adelante, le pedí que termine de acomodar y me dirigí al salón donde me estaban esperando. Para mi sorpresa era Manuel el que me estaba buscando, lo que me llamó la atención ya que no lo veía desde el velorio.

– Hola, Manuel no creí que te volvería a ver – le dije saludándolo – no te preocupes, ¿Cómo estás? Alejandra – me respondió – que te trae hasta acá, sé que me habías pedido de juntarnos, pero con todo lo que pasó y el día a día, se me olvido –

– no te quise molestar, sabía que eran unos días bastantes complicados para todos, pero necesitaba hablar con vos – respondió llenándome la cabeza de dudas.

– está bien, de qué o qué es lo que querías hablar conmigo – dije y luego le indique qué se siente en una de las mesas así podemos hablar tranquilos, pero después de lo que Belén hizo el día del velatorio, le pedí a uno de los chicos qué sirve los cafés qué le diga a Ana que se quedara ella adelante mientras yo iba a una pequeña oficina en donde tenía lo que era de la cafetería y lo de la librería, una vez en la oficina le ofrecí un café.

– lo que necesitaba hablar con vos o mejor dicho contarte son algunas cosas que por ahí no te hagan mucha gracia y te pido que no lo tomes a mal, no es mi intención hacerte daño y mucho menos que tengas rencores con Carlos o Sol –

– no tengo porque juzgarte, seguro que todos tuvieron sus motivos para hacer lo que hicieron –

– no lo puedo creer que seas tan parecida en eso a Carlos, a pesar de que lo conociste muy poco y que de seguro ya sabrás que no es tu verdadero papá– ese comentario me dejó helada ya que pensé que era algo nuestro, solo de mi familia pero por lo visto no era así – sé que te sonara raro esto pero los tres sabíamos que esto se iba a saber tarde o temprano – termino por decirme a lo que respondí – me entere hace poco pero no se mucho de lo que pasó ya que ambos no están más con nosotras y para serte sincera no sé si quiera o no saber de mis orígenes, pero me gustaría saber qué es lo me queres decir – respondí con una pequeña sonrisa para darle confianza

– no sé por dónde empezar, pero quiero que sepas lo mucho que Amé a tu madre, fue de esos amores que duran casi toda la vida y que por lo tanto no se pueden olvidar o por lo menos no es fácil, a pesar de los años.

A tu mamá la conocí cuando estábamos en el secundario, puedo decirte que era la joven más linda que había visto, pero no fui el único que se había fijado en ella, Carlos también se vio embelesado por la belleza de tu madre, los dos éramos amigos en ese entonces y por lo tanto tratamos de no hacer nada que dañara esa amistad, fue difícil, pero lo habíamos logrado hasta qué tu madre se fijó en mí, por lo que me vi un poco complicado ya que los tres éramos amigos. Una tarde estaba buscando a Carlos para contarle lo que estaba pasando con Sol, pero me lleve la sorpresa que él ya lo sabía ya qué tu madre siempre se me adelantaba, por lo que por un lado me sentía bien que él lo haya tomado bien.

Lo que me llevó a pedirle a tu madre que fuera mi novia, fueron los años más lindos de mi vida, hasta que un día tuve que decidir si me quedaba en Argentina o me iba a estudiar el posgrado de arquitectura a Alemania, fue la decisión más difícil que tuve que tomar, por ende, lo charle con Sol y ella me dijo que me fuera, que aprovechara la oportunidad y que no lo pensara tanto. Yo en un principio dude pero después acepté la oferta y me fui – mientras me contaba esto podía ver como el recuerdo por momento lo hacía feliz y por otro lo veía triste, pero no quise interrumpirlo – unos dos años después de que me fui, Carlos y Sol me fueron a ver para contarme que se iban a casar ya que ella estaba embarazada de él, esa noticia me mató ya que pensé que ella me esperaría o que todavía seguía enamorada de mi pero entre los mails que ella me mandaba me había dejado en claro que lo nuestro ya no se podía seguir y siéndote sincero ya no era lo mismo, el primer año ya estábamos distanciados pero para uno de los viajes que hice a Argentina ella me pidió que ya no siguiéramos, pero como te decía guardaba la ilusión de que volviéramos.

Cuando se casaron no pude viajar, además de que no lo soportaría, después nació tu hermana y ahí perdí el contacto hasta un año antes de que tu nacieras, nos vimos ya que había coincidido con una conferencia que tenía que dar para la universidad de arquitectura. Esa noche la vi de casualidad, la invite a cenar ya que no la vi bien y fue ahí donde me contó lo de la pérdida de su embarazo, yo le pregunte si Carlos lo sabía y ella no se lo había dicho, él pensaba que ella seguía con su embarazo, eso me partió el alma entre la charla, la comida y el alcohol no nos dimos cuenta hasta la mañana siguiente que amanecimos en mi habitación, te imaginaras que no fue muy lindo despertar y darte cuenta que te habías acostado con la mujer de mi amigo.

Luego de eso no nos vimos más, a pesar de que me enteré lo de Carlos no quise verla ya que se me caía la cara de vergüenza. Con el paso del tiempo me volví a Argentina, me instalé en mi antiguo barrio y empecé a dar clases en una universidad. – cuando me dijo lo de la noche que pasaron juntos se me revolvió el estómago, pero no dije nada necesitaba terminar de escucharlo. – por tu cara veo que no te está gustando mi relato – dijo viéndome.
– es que es mucho lo que me estás diciendo, casi toda mi vida creí una cosa y ahora todo lo que construí se me está viniendo abajo, pero por favor continua – lo dije con una sonrisa – bueno sigo entonces – asentí con la cabeza – en una de mis vacaciones vine para acá a Córdoba y fue que de casualidad encontré la librería, que por cierto está muy linda al igual que la cafetería, cuando entre me atendiste vos, ya que tu madre estaba en otra parte de la librería, pero cuando me estaba yendo ella me reconoció y me pidió que con discreción nos viéramos en la noche, yo accedí – me acordaba que hubo un momento que ella estaba bastante incómoda, pero no me imaginaba que era por él. – cuando nos juntamos esa noche ella me dijo algo que no sé cómo lo vas a tomar, ya que nos involucra a los dos, me dijo que vos Alejandra ... – cuando me dijo eso, deje de escuchar lo que me estaba diciendo mi mundo y mi vida estaba viniéndose abajo con esas tres palabras ...
 



No se olviden de darme una estrellita, comentar si les gusto el arranque.

saludos

-AYE😘❤-

El fin por el PrincipioWhere stories live. Discover now