Días Festivos | Venther

Año Nuevo🎉🌼

Un joven de aproximadamente diecisiete años con largos y dorados cabellos amarrados en una trenza suspiro mientras esperaba tranquilamente a que el autobús pasará. El muchacho miró el cielo nublado y lleno de nubes que te avisaban que iba a llover, no era como usualmente con ese radiante sol que marzo solía tener, no lo era para el cielo y tampoco para el rubio. Pues las cosas no iban demasiado bien en casa desde que había salido del clóset como gay y dejó que su cabello corto creciera sabiendo cuánto le molestaba a su madre que lo hiciera –sin contar las veces que le cortó el cabello a la fuerza mientras él lloraba con tan solo ocho años– sus padres no estaban demasiado contentos con los cambios drásticos que tuvo su pequeño.

"Solo son un par de farsantes que quieren mantener las apariencias" pensó con claro enojo el muchacho recordando la discusión que tuvo con sus progenitores.

—Primero el cabello largo,¿¡ y luego esto!?–Gritó su madre mientras posaba dramáticamente su mano en su propio pecho cubierto por ese costoso vestido de unas de las tantas amantes de su padre.

—¿Acaso estás molesta porque arruine tus "expectativas"?–Dijo con sarcasmo sin mover un solo dedo cuando su padre le levantó la mano amenazante. 

—¡No le vuelvas a hablar así a tu madre!–El rubio bajó la cabeza mientras apretaba sus puños como impulso para retener su enojo.

—¿Por qué no podías ser como tu hermana?–Preguntó en un tono manipulador su madre, volteó a verla, ¿ella era perfecta ahora? Más bien cuando les convenía—¿Porque no podrías ser... normal? Tener una novia, salir de fiesta con tus amigos...–ignoro completamente las hirientes palabras dirigidas hacía él –a pesar de que desde que era un niño pequeño había sido su "mayor orgullo"– mientras levantaba la mirada para ver a su hermana Lumine con la cabeza gacha, él sabía bien que no estaba feliz con esta discusión, pero ella tampoco se entrometió para pararla, solo se quedó obediente a las órdenes que les daba la sociedad al ser hijos de una reconocida familia por sus antepasados que según su abuelo:"llegaron dos almas iguales en el físico, pero no en el pensamiento, aún así, lucharon para proteger el mundo en el que se encontraban, lo malo, es que primero pasaron por una ardua búsqueda porque una de las almas había desaparecido y la otra quedó en soledad con su poder sellado", puras patrañas.

Una gota de lluvia lo sacó de sus para nada agradables recuerdos, luego dos y luego tres cayeron, pero después las personas a su alrededor empezaron a correr desesperadas hacía algún lugar seguro dónde no se mojaran o simplemente rezando para que no les caiga un rayo antes de llegar a su casa, pues ya había empezado a llover, esa era su señal para que dejara de contar cuántas gotas caían y para que empiece a refugiarse más en el pequeño techo de la parada en la que se encontraba.

Posó su vista en el celular que tenía en mano mirando la hora, seis y media de la mañana, tenía veinte minutos más para que el autobús pasará o si no tendría que caminar hasta su instituto, suspiro, hoy no era su día. Guardó el celular en su bolso mientras volteaba a ver las pocas personas que había en la ciudad contando que era demasiado temprano como para que hubiera adultos trabajando, a excepción de algunos que posiblemente tal vez estaban llegando tarde. Vio a lo lejos un chico de rasgos "afeminados"–según su madre– acercándose hacía él o posiblemente solo quería esperar a tomar el autobús en un lugar seguro.

El chico vestía lo que parecía ser un uniforme escolar similar al del rubio con unos negros pantalones cortos y se tapaba ágilmente con la capucha de su abrigo verde marino, a paso tranquilo se acercó dejando ver con claridad el color y estilo de su pelo: ligeramente despeinado atado en una trenza a cada lado color Azul Bondi en las puntas de estás. Algo en ese chico se le hacía raramente familiar, no obstante se dijo a sí mismo que solo era su imaginación y volteó su vista hacia otro lado, no quería parecer un acosador.