DULCE SANGRE KTH

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EPISODIO 3

En realidad, el campus de esta escuela es enorme. Todas las personas que me rodean son tan vanidosas y con un enorme ego, sienten que son lo mejor solo por tener todo en la vida, y  por nacer en cuna de oro, tienen la vida resuelta.

Aunque es cierto.

A veces el dinero no es todo en este mundo

ㅡ¡Estos ricos!ㅡsusurro para mi misma.

Mientras ellos tienen todo, nosotros luchamos por sobrevivir en el mundo exterior. Sí, así es la vida de injusta.

Por otro lado, el uniforme es lo más increíble, debo admitir que este me encanta; es negro completamente con detalles blanco sobre los bordes, un moño blanco cuelga en mi cuello y la pequeña falda no es muy cómoda, sé me hace un poco atrevida, las mallas me llegan por arriba de la pantorrilla y el saco negro con el escudo del colegio es súper lindo. Me agrada, mi cabello esta recogido en una coleta alta muy bien acomodada y mi cabello castaño largo cae sobre mi espalda, a mitad de ella para ser exacta, en realidad mi cabello es largo.

Doy un rápido vistazo en dirección al campus que se encuentra un poco lejos de mi aun, ahora puedo notar que se encuentran entrenando fútbol americano. Los de béisbol no están allí.
Doy una calada de aire mientras atravieso el campus con la mochila en mi espalda y algunos apuntes en mis manos. Mis pasos son certeros, sigo mi camino con la cabeza baja mientras escucho música con los auriculares puestos.

Hasta que ese golpe me hace detenerme. El balón de fútbol americano impacta contra mi hombro con gran fuerza, arrebatándome en el transcurso un auricular de mi oreja y mis apuntes salen disparados por el aire para caer al suelo.

ㅡ¡Ahg!

Busco al imbécil causante de este acto imprudente. Un tipo de cabello rojizo, con vergüenza levanta la mano, lo escucho a lo lejos decir: "lo siento".
Ruedo los ojos con fastidio y me inclino para tomar mis cosas.

ㅡUn lo siento no es suficienteㅡ balbuceo para mi misma un tanto molesta.

Pero de la nada una mano larga y pálida rosa la mía.

¿¡Eh!?

Miro al frente con rapidez para encontrarme con lo inesperado.

¿De Dónde apareció?

No sé como reaccionar estoy helada y completamente perpleja.

La persona qué está frente a mí, recoge las hojas esparcidas por el suelo, yo lo observo por un momento; él chico es guapísimo, su cabello dorado casi cenizo esta pegado sobre su frente, su muy pálida piel me deja atónita al igual que sus largas pestañas y cejas pobladas, sus labios rojos, que parecen ser teñidos por algún labial o bálsamo, se ven tan suaves y deseables, su nariz respingada y sus rasgos bien perfilados son inigualables, su uniforme negro y la corbata bien arregladas dice mucho de él, la elegancia que él porta es inusual. El chico está atento a recoger mis cosas y al levantarse yo hago lo mismo.

¡Oh!

Él es mucho más alto que yo, para ser exacta dos o tres cabezas más alto, cuando sus ojos chocan con los míos me flechan, no puedo evitar entre abrir los labios y sentir mi corazón acelerarse por la intensidad de su mirada.