34.- Desesperación

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EPISODIO 34.
Desesperación.




Entonces todo lo que ella conocía tenía que quedarse atrás. Pero eso simplemente le aterraba, le aterraba tanto que su cabeza estaba explotando.

Entró en el baño y cerró la puerta detrás de ella, suspiró apenas pudo, cerró los ojos y dejó caer su peso sobre la puerta, deslizándose hasta caer al suelo totalmente destruida, sus lágrimas no dejan de caer su miedo indagaba su cabeza, la sensación de dolor se extiende en su sistema nervioso, sus mano tiemblan, alterada y ahogada en un abismo donde corre y no logra salir, sus sollozos rebotan en las cuatro paredes, ella levanta la mirada y cierra los ojos con fuerza para así llevar sus manos a su cabeza y frotarla con desespero.

-¡Ahhhhhhh!— gritó queriendo morir.

Rosalie le dio un vistazo mas a su ropa y sus manos donde la sangre ya se encuentra seca, la ropa está completamente destrozada, provocando su inestabilidad emocional.
Así  que se levantó del suelo limpio sus lágrimas y con las manos temblorosas arrancó la ropa de su cuerpo y esta cayó sobre el suelo, rápidamente encendió las llaves de la regadera y con rapidez se introdujo dentro del baño, donde una puerta de cristal transparente comienza a enpañarse debido al vapor.

La sangre de su cuerpo empieza a desprenderse, dejando al descubierto ahora su piel pálida, ella comenzó a frotar sus manos con mucha fuerza, tratando de limpiar la cantidad de sangre de su cuerpo, la manera en que lo hace parece ser demasiado desesperada, sus manos comienzan a temblar demasiado, sus ojos dorados se cristalizan de inmediato, su labio inferior tiembla, y el dolor se instaló en su corazón, inclusive el pánico se apoderó de su ser.

El agua caliente se resbala por su cuerpo, sus dedos se deslizan hasta la zona dónde la habían apuñalado; un escalofrío estalla en su columna vertebral, sus piernas fallaron y cayó al suelo, inevitablemente se hizo una bolita, colocando sus manos sobre su cabello apretándolo con fuerza, su respiración está alterada, el miedo la invade por completo, las lágrimas salen sin parar y los sollozos rebotan en la pequeña habitación.

Cuánto tiempo había pasado, tal vez un par de minutos, ella sale del baño descalza y con los ojos hinchados, llega hasta el espejo que está empañado, ella se detiene a mirarse y seguido de eso pasa su mano por el objeto para que ella pueda ver su reflejo en el, y gracias a dios que si lo veía. Pero lo que sus ojos están observando la dejo desconcertada, completamente perpleja y aturdida, tanto que no podía creerlo, no podía. El labio inferior tiembla al igual que sus manos, ella sube su mano tocando su frente, donde recordaba una herida de dos centímetros de largo y bastante profunda, pero ahí no hay ni una sola cicatriz, luego observó sus ojos que ahora son hermosamente dorados, unos ojos que parecen inciertos y su piel, que es muy pero muy pálida, tanto que nadie creería su cambio radical, Rosalie subió su mano a su cabello mojado y lo acarició, mientras algunas gotas de agua caen sobre sus hombros.

Joder.......

Su cabello es muy claro, frunció el ceño y volvió a llorar.

Esto debería ser un jodido sueño, ella no podía estar casi muerta, no, no puede.

Antes de gritar y salirse de control, la puerta es tocada tres veces delicadamente, ella con rapidez miró en esa dirección y con los ojos palpitante he hinchados no respondió.

ㅡ¿¡Estas bien!?ㅡ La voz de Angel la detuvo-¡Ross!..

Al no haber respuesta por parte de la chica, Angel tocó una vez más.

DULCE SANGRE  KTHWhere stories live. Discover now