Antes de que gane la oscuridad

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— ¡Vaden! —grito llamando no solo la atención del mencionado, Moka y Gastón voltean a verme como si estuviera loca

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— ¡Vaden! —grito llamando no solo la atención del mencionado, Moka y Gastón voltean a verme como si estuviera loca.

Mi mellizo resopla y por un instante veo su intención de poner los ojos en blanco, le lanzo una clara amenaza con la mirada. Han sido días muy difíciles donde he requerido más atención de la normal, sin embargo, mi hermano no puede pasar tanto tiempo conmigo.

¡Por culpa de la zorra psicópata de Amada Bell!

La mención del nombre de esa víbora me enfurece, se roba el tiempo de mi hermano y no lo tolero. Para todo lo necesita, Vaden has esto, has aquello, atiende eso, no es su puto esclavo.

<<Cálmate >>.

— ¿Qué? —Su voz cabreada me enfada, ¿acaso no desea hablarme? Le voy a meter un coñazo para que le den ganas.

— ¿A dónde vas? —inquiero con amargura.

—A trabajar —responde en un tono nada agradable. Escucho a los demás murmurar causando que mi humor empeore —. Cálmate, bicho.

Tengo ganas de patalear, tirarme al suelo si es necesario para tener su atención en mí, ¿qué mierda le sucede? ¿No me necesita cerca? Pateo una basura imaginaria a medida que escucho las pisadas de Vaden volverse más lejanas. Los murmullos paran causando que una sensación extraña me recorra. El silencio no me gusta, se vuelve asfixiante, siniestro, amenaza la cordura a la que aún me aferro.

Camino a la barra del club, las botellas en el estante relucen como posiciones de brillantes contenidos que al tomarlas te prometen hacerte sentí mejor. Estoy tentada a pedir un trago, pero no quiero acumular otra deuda. Me restriego la cara con frustración, no he dormido bien, aunque Moka me ofrezca píldoras para conciliar el sueño, me he negado a tomarlas. Mi cuerpo las anhela, es verdad, las desea, sin embargo, a mamá no le fuera gustado que volviera a consumirlas.

—Neferet, ¿puedes tirar la basura? —La voz temblante de Gastón me saca de mis pensamientos. Mis esferas oscuras observan con curiosidad la bolsa negra que sostiene.

Se ve pesada y el olor que desprende es horrible. Acepto, al menos, así tomaré un poco de aire. Consiguió llevar la bolsa repúgnate hasta el contenedor de basura, no obstante, cuando la alzo para meterla en el contendor se me resbala de las manos cayendo al piso revelando su contenido. El olor nauseabundo hace que me aleje varios pasos, tardo un minuto entender lo que mis ojos contemplan en el suelo.

El terror se propaga por cada poro de mi piel, no sé ni siquiera porque me sigue sorprendiendo que esto pase en el club.

Las piernas y brazos pálidos que se asoman por la bolsa pareciera partes de un maniquí, no obstante, tiene rastros de sangre, lo que me hace saber que pertenecieron a un ser humano. También se han salido varios mechones de distintos cabellos y algunos dientes. Mi estómago se revuelve con violencia haciendo que expulse el contenido en una maceta vacía.

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⏰ Last updated: Feb 08 ⏰

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La oscura y dramática historia de Amada BellWhere stories live. Discover now