Capitulo 03

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Capítulo tres

Vacaciones de Verano

Parte uno

La fiesta

Dos meses atrás.

Julio 27, 2017

Adriel Miller.

—Mamá —Le grito desde la sala, que está adornada con floreros, el olor jazmín abunda en mi nariz— ¿Dónde estás?

—En la cocina —Paso la yema de mi dedo por la pared, llego a la esquina y dedo queda en el aire, empujo la puerta de la cocina sin hacer ruido.

A pesar de tener el dinero suficiente para contratar a alguien mi madre prefiere cocinar ella misma, y no es por presumir, pero cocina de maravilla, sabe lo que hace, y jamás ha recibido una queja de sus preparaciones, mi padre le dice que se lancé al mundo de la cocinería, ella al igual que mi padres es abogada, pero con la diferencia que mis abuelos la obligaron, todavía se puede ver en el brillo de sus ojos que la cocina era lo suyo.

Sería una gran chef

—¿Qué necesitas? —Me pregunta mientras sigue picando las verduras, me está dando la espalda, me despegue del borde de la puerta.

—¿Cómo sabes que estaba aquí? —Pregunte sorprendido, me acerque a la isla de mármol y tome asiento, apoye mis codos en el mármol blanco.

—Cosas de madres —Se encoge de hombros restándole importancia— No creo que lo entiendas en este momento.

—¿Crees que puedo usar la casa de la playa? —Pregunto, ella se da la vuelta con el cuchillo en la mano, deja su otra mano empuñada en su cintura, eleva una ceja sin razón alguna.

—Depende para que la necesites

Pase la mano por mi pelo nervioso.  —Quiero hacer una pequeña fiesta. —Respondí después de unos minutos, me tense en mi lugar, la mirada de mi madre era un poco confusa, no podía verificar lo que había en ella.

—Tus fiestas nunca son pequeñas —Me recuerda— Pero podrías preguntarle a tu papá, ten en cuenta que no puedo tomar estas decisiones yo sola.

Asentí.

—¿Si él está de acuerdo tú también lo estarás?

—Claro —Me da la espalda— Pero quiero todo en orden, nada de vomito en la alfombra, piso o mesa, ¡Nada de condones botados! No me interesa si tienen sexo —Recalca lo último, mi mamá siempre ha sido abierto en aquellos temas, no le da pena ni pudor hablar de ello— No quiero latas de cerveza botadas dentro o fuera de la casa.

—Así será no te preocupes —Me levante de la silla— ¿Has visto a Kelly?

—Ha salido con un amigo —Me dice, pasa las manos por un mantel para secarlas— Dijo que iba a llegar temprano.

—Le dices que si quiere ir a la casa de la playa me avise.

—Bien —Apoya sus manos en el mármol— Si te emborracha ten la precaución de no tener sexo, o no olvides el condón, que todavía soy joven para ser abuela.

—Bueno, mamá

Me di la vuelta para salir de la cocina tire de la puerta.

Ahora lo más sencillo era convencer a mi papá, él era comprensivo y atento, una fiesta en la playa era pan comido, ya que según él prefería saber que andan haciendo sus hijos a tener que andar enterándose por personas ajenas de nuestras vidas, tenemos libertad, pero también un límite. Me dirigí a las escaleras, eran dos, y ambas se encontraban pegadas a la pared, me afirme del pasamanos negro, bajo del mismo estaba el vidrio, eran unos cuarenta escalones por lo menos, llegue al final y fui al despacho de mi papá.

Dulce venganza #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora