Capitulo 10

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Capítulo diez

Patinaje

Septiembre 19, 2017

Adriel Miller

—¡Ya me voy! —Le grito a mi mamá desde el pasillo.

Lorena no demora nada en aparecer con su delantal de cocina lleno de harina, me da una sonrisa y me hace una seña con la cabeza para que me acerque a ella, el olor a pan de nuez abunda en mis fosas nasales, aspiro el maravilloso y glorioso olor.

—¿A qué hora llegas? —Pregunta empujando la puerta para entrar a la cocina, la sigo sin decir nada, la isla de mármol estaba llena de ingredientes, sobre todo de harina.

—No lo sé —Me encojo de hombros, me da un manotazo en el momento que intento sacar un pedazo de pan— ¡Auch!

—¡Espera a que este frío! —Me reprocha negando con la cabeza— Si llegas tarde no hagas ruido.

—No creo que llegue tan tarde mamá. —Le doy una sonrisa ladina— Ahora si me voy, no quiero llegar tarde a la casa de Sabik.

Mamá no sabe nada lo que estoy haciendo, cree que me estoy dedicando a conocer a más personas para ella es más comprensible, pero lo último que quiero es conocer a más personas, le doy un beso en la mejilla y salgo rápidamente de la cocina, me cercioro de que el bolso se encuentre en la parte trasera.

El dolor de la traición sigue estando en mí, es un poco difícil de ignorar, es pequeña astilla se clava en mi corazón cada que lo recuerdo y el sabor amargo de la realidad. Me duele más perder una amistad que una novia, se supone que los amigos siempre están, que son para siempre, que no traicionan, pero veo que es una vil mentira, si traicionan y más si es por una mujer.

Enciendo el motor queriendo evitar todo pensamiento sobre lo ocurrido, pero me es en vano, no puedo creer que todo esto esté sucediendo.

Sabik me envió su dirección anoche, no hablamos a menos que sea para colocarnos de acuerdo en algo, supongo que es normal, o eso creo, hay días en donde de verdad quiero tener una conversación con mi novia falsa, pero ¿de qué hablar? El mundo, o bueno no el mundo, si no que las personas a nuestro alrededor creen que tenemos la mejor relación del mundo, cuando no es así, todo es falso.

A veces es fácil engañar a las personas.

Le subo volumen a la radio, bajando el techo del convertible el viento que se forma por la velocidad a la que voy hace que mi cabello se vaya para atrás, mi codo se afirma en la puerta, el calor hace que quiera ir a la playa en vez de ir a patinar.

Me aparco afuera de una gran reja, espero que esta sea la casa de la pelirroja, porque casi todas son iguales, no sé porque Sabik dice que es su humilde hogar, lo único que tiene de humilde son los árboles, aunque no sé porque pienso estas cosas si mi casa es casi igual, la diferencia es que la de Sabik es de tres piso, y la mía de dos.

Le envió un mensaje diciéndole que me encuentro afuera, no demora mucho en salir con un pequeño bolso en las manos, al menos no me he equivocado de casa. ¡Iré a pasar la peor vergüenza de mi vida! Conste que yo les avise, como dije antes no se patinar, lo único que sé es que necesito los pies.

Estuve practicando ¡Yo! ¿Lo pueden creer? Me sentí patético al estar haciendo algo que a mí no me gusta, pero a mi novia falsa al parecer sí, mi mamá se me quedo viendo con la boca abierta al pedirle dinero para comprarme patines, y yo quede con la boca abierta al ver cuantos tipos de patines existían.

Kelly y Noah me ayudaron un poco aunque el último solo se reía de mí y grababa mis caídas, para el recuerdo decía, me raspe los codos, y me caí de culo al suelo, la única vez que pude mantenerme de pie fue cuando Noah me ayudo a equilibrarme, ¿Valí mierda? Por su puesto.

Dulce venganza #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora