Capitulo 14

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Capítulo catorce

El baile

Parte 2

Sabik Harper

Adriel paso su brazo por mi espalda desnuda, un escalofrío recorrió mi columna vertebral, y me acercó más a él, me pegue a su cuerpo, y sé que esto no estaba bien, que tengo que mantenerme al margen de todo, pero me era imposible, recosté mi cabeza en su hombro, la música seguía sonando, observe a las personas bailar y tan solo observarla hacía que me dolieran los pies.

—¿No quieres bailar? —Me pregunta y levanto la mirada a su cara, el ángulo era perfecto para analizarlo, su cabello estaba alborotado, su mirada se conectó con la mía y trague en seco, porque iba a una parte que gritaba peligro en todos los sentidos posibles.

—¿Bailar más? —Cuestiono con un tono de cansancio— No gracias, ya baile lo suficiente por esta noche —Me negué y él soltó una risa ronca que me erizo los pelos por completo, era de aquellas risas que podría escuchar siempre sin cansarme.

—¿Lo suficiente? Para mí no fue suficiente.

—¿Media hora no es suficiente? ¿Tú no te cansas nunca? —Analizo su rostro, él dejaba ver demasiado, no era una piedra como yo, era dulce, tan dulce que a mi lado aquello ardía, ardía tanto que estaba derritiendo de a poco el hielo que era mi corazón.

—Depende.

—¿Depende de qué?

—De lo que estemos hablando

—De bailar Adriel, estamos hablando de bailar —Intento no colocarme nerviosa, porque note el doble sentido en su voz, lo peor es que no me molesto y si hubiese sido otra persona le doy un golpe en la nariz o en el estómago como me enseño mi hermano, me da una sonrisa coqueta.

La última vez que me sentí así fue hace años, después de ello he estado ignorando a los hombres como si fueran la peste misma, pero con él era diferente, todo lo era, y me asustaba tanto que quería salir corriendo lo más lejos de él, pero no estaba en mis planes abandonarlo cuando ya hemos llegado a este punto, casi dos meses juntos, en una relación falsa, y que acabara en Diciembre.

Adriel pasa su mano por mi cabello, en la posición que estamos me siento cómoda, y sé que después de esto Micaela me llenara de preguntas, las cuales no sabré responder, tampoco le he dicho que lo besé, yo lo besé y en frente de su exnovia, en mi defensa ella jode mucho, no he querido hablar del tema con él, eso es algo que me llena de pánico, me genera un poco de ansiedad.

Le dije nada de besos largos y vengo yo y hago todo lo contrario a lo que dije, incluso lo amenace.

Ambos sabemos que está sucediendo algo, ¿Estoy ignorando aquel sentimiento? No lo sé, pero no quiero decir en voz alta que me está llamando la atención, no me gusta, pero como dije me llama la atención, y el siguiente paso es la palabra: Gustar.

Me gusta la manera en la cual me hace sentir, pero me da miedo confiar de nuevo.

—¿Estábamos hablando de bailar? —Bromea, y pongo los ojos en blanco.

—Estábamos hablando de que eres un imbécil.

Me sonríe y aquel era Adriel Miller, el chico de ojos esmeralda.

Aquella persona que me ignoraba por las ordenes de Dione, han pasado años y sigo sin entender que hice para ganarme su odio, bueno tampoco me importa en este punto, ella es una persona tóxica que por poco encerraba al castaño en un jaula para que no me hablara, sigo sin entender porque estuvo con ella, pero el gusto es de cada quien.

Dulce venganza #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora