Capítulo 5

171 28 10
                                    

Taeyong

Un traje blanco me miró mientras me acurrucaba contra la fría pared en el piso de mi cuarto con mis piernas llevadas firmemente contra mi pecho. Un traje. Un traje blanco de bodas burlándose de mí, molestándome, diciéndome que al atardecer de hoy estaría casado. El séptimo esposo del Profeta SooMan. El hombre que fue revelado por Dios. Yo sería el que traería bendiciones eternas a todos en La Orden, su gente escogida. Ayudaría a redimir el estado de los Malditos, absolvernos de nuestros pecados.

Inclinando mi cabeza contra la pared de ladrillo gris de mi cuarto, cerré mis ojos, imaginando cómo sería ser libre. ¿Había vida fuera de la gran valla? ¿Había gente verdaderamente malvada allá afuera? ¿Todos en la Tierra querían dañarnos? ¿Los hombres realmente solo quieren poseer y arruinar a los hermanos malditos?

No lo sabía. A veces dudaba de las enseñanzas del profeta SooMan, pero nunca diría eso en voz alta. Nadie cuestionaba las enseñanzas, al menos aquellos que querían evitar el castigo. No sabía nada de la vida más allá de esas paredes, y después de esta noche, mi tarea sería como esposo principal. Nunca podría irme.

Frotando mis temblorosas manos por mi cara, mi estómago saltó. Y peor, no tenía idea de dónde estaba mi hermano mayor. Mi hermano de sangre, Doyoung, quien desapareció hace semanas, sin señales, sin contacto, simplemente se desvaneció. Nadie me dijo a dónde se había ido. Después de demasiados días de silencio, había comenzado a temer lo peor. El Hermano ChangMin sabía algo. La manera en la que me miraba, sonriendo, casi regodeado, lo decía todo. Había crecido obsesionado con Doyoung por años, pero él nunca correspondió el sentimiento. Podía ver en sus ojos que quería que mi hermano pagara por tal indiferencia.

Un agudo toque interrumpió mis pensamientos. La Hermana Boa entró en mi cuarto, llevando un ramo de flores blancas frescas en su mano. Me miró en el piso y caminó a mi dirección.

—Levántate, niño insolente. ¿Por qué no estás en profundas oraciones? ¿Te das cuenta del significado de esta noche, de tu matrimonio; el significado para todos nosotros?

Yo estaba cómodo en el piso mientras su mano agarró la parte superior de mi brazo y me jaló a una posición de pie. Hermana Boa, una de las doce Originales y la mujer que yo más temía y disgustaba, estaba aquí para ayudarme en mis preparaciones. El sentimiento de disgusto era mutuo. Los envidiosos celos saliendo de su grande y extenso cuerpo eran tan intensos que secaban el aire húmedo a nuestro alrededor.

Yo era uno de los cuatro Maldecidos. Uno de los cuatro hombres clasificados como demasiado tentadores para los humanos, en especial otros hombres. Uno de los cuatro que estaban segregados del resto de los residentes, como es creído que la maldad tenía una mano en nuestra creación. Los cuatro consistíamos en mis hermanos de sangre Doyoung y Chittaphon, nuestro amigo Sicheng y yo.

—¡Hermano Taeyong! Mejor será que se prepare y se vista. —La Hermana Boa se acercó para susurrar en mi oído—. No eres de valor para el Profeta SooMan en mis ojos, pero Dios te escogió como el séptimo esposo y no puedo dudar la revelación.

Incli mi cabeza. La Hermana Boa era una superior y yo no quería enfrentar el castigo de la desobediencia. Latigazos, montones y montones de latigazos.

El infierno de JaehyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora