Capítulo 2

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Me dirigía a la mazmorra en la que Snape, el Profesor de Pociones daba clases. En mi opinión, la clase de Snape era la más aburrida, su mirada llena de odio, sus despectivos comentarios hacia nosotros, principalmente se dirigía así a Harry, por alguna razón generalmente el era el blanco de sus burlas y comentarios, he notado que siempre se refiere así a cualquier estudiante de otra casa que no fuera Slytherin. Personalmente me da igual, no me gusta su clase, así que no me importa su comportamiento, a diferencia de mi hermano, el cual se molesta más con cada comentario de este, y en repetidas ocasiones le he dicho que debe dejarlo ir, pero es tan terco, que no hay manera de hacerlo entender.

Seguía caminando, interna en mis pensamientos, hasta que un golpe repentino me hizo volver al mundo real. Era Malfoy, Draco Malfoy, un chico de Slytherin, al cual todos los de Griffindor odiábamos. Respiré hondo y le dediqué una sonrisa fingida.
-Buenos días, Malfoy-

Con la intención de seguir caminando me aparte del camino, y en ese instante sentí como algo me sujetaba el brazo, era Malfoy, tenía en la cara una mirada nerviosa, y su piel pálida estaba pintada de un rojo enérgico, algo muy poco común en el. Lo miré y desvió la mirada, hice un intento por soltarme el brazo, pero me sujetaba con demasiada fuerza. En un intento desesperado por irme decidí hablarle
-¿Qué pasa Malfoy?-

Su mirada se volvió aun más nerviosa y me apretó con aún más fuerza, no entendía lo que estaba pasando, además iba a llegar tarde a clase, no soy una nerd como Hermione, pero Pociones es una de las clases a las que menos me gusta faltar, no quiero buscarme motivos por los que hacer enojar al Profesor Snape. Draco apretó con aún más fuerza, esta vez me había lastimado.
-Draco, pasa algo? Suéltame, por favor, me estás lastimando. Ay Draco! Me lastimas el brazo!-

En ese momento apareció Hermione, y Draco finalmente me soltó. Aparentemente Hermione no había podido ver lo que pasaba
-¿Dónde estabas? Te he estado buscando por todos lados, tenemos que ir a clases, ¿Estás bien?¿Qué hacía Malfoy aquí, te estaba molestando?- 
-Estem... iba para allá, me choqué con Draco y ya, eso es todo, ¿Nos vamos?-

Hermione me observaba con una mirada de sospecha, pero no duró mucho, tan pronto empezamos a andar empezó a murmurar algo.
-¿Qué dices?- le pregunté
-Nada- dijo ella -Solo repaso para el examen-

¡Demonios! Se me había olvidado que hoy era el examen y no había ni abierto el libro, que hago, que hago pensé; Hermione que notó mi rostro de preocupación me dijo
-No estudiaste, ¿Verdad?-

Negué con la cabeza, estaba demasiado ocupada intentando recordar lo que habíamos aprendido, o bueno, lo que Snape nos había enseñado. Llegamos a la mazmorra con unos segundos de retraso, pero los demás ya habían empezado el examen. Nos sentamos al final del aula y Snape se dirigió ágilmente hacia nosotras, nos dirigió una mirada furtiva y gesticuló algo con la boca, lo interpreté como un "no se librarán de esta", compartíamos pociones con Slytherin, por lo que no me extrañó que se escucharan silenciosas risas, lo que me sorprendió fue que el mismísimo Draco Malfoy estaba atento a su examen, y por primera vez no se había reído, eso si que era extraño, aparté el pensamiento de mi mente para intentar concentrarme en contestar el examen.

Volteé a ver a Hermione como pidiendo ayuda, y esta comenzó a gesticular lentamente las respuestas a cada una de las preguntas, la mayoría las pude contestar y las que no las deje para el final.

Terminó el tiempo y Snape pasó rápidamente a  recogerlos, Hermione y yo salimos velozmente antes de que se diera vuelta y nos dijera algo. Ya afuera nos reunimos con Harry y Ron, que tampoco habían estudiado, aunque desgraciadamente estos habían tenido una peor suerte que yo. 

Lo que nadie nos contóWhere stories live. Discover now