CAPÍTULO 4: Una Perdida

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Jack estaba devastado, habían pasado días desde la ultima vez que vio a su hermana, su cabeza daba vueltas pensando en donde podría estar la pequeña, mientras colgaba avisos de búsqueda en cada rincón que encontraba. La noticia se había hecho famosa, Jack había sido entrevistado por la prensa local varias veces esos últimos días, para él fue un infierno, un infierno lleno de gente que realmente no se preocupaba por su hermana, solo querían tener mas audiencia en sus shows de Televisión. Estaba cansado, solo, y ya no sabia que hacer.

"Hola viejo... ¿Cómo estás...?" Preguntó Jeff, acercándose a Jack, quien estaba colgando avisos por la escuela, al lado de Ben, quien lo estaba consolando.

"...hoy llamaron del hospital. Papá se suicido..."

"Oh Dios... lo siento muchísimo."

"Ya no se que hacer, hermano... estoy cansado... no he podido dormir estas ultimas noches..."

"Oye... está bien... ven aquí." Dijo Jeff, abriendo sus brazos.

Los tres amigos se dieron un abrazo emotivo, lagrimas comenzaron a correr por el rostro de Jack, finalmente, tantos días de estrés lo habían roto, desde que Sally se fue, un vacío dominó su corazón, un vacío que lo consumía mas y mas mientras pasaban los días, el agujero en su pecho solo crecía.

"Jack, se que no está bien que pregunte esto, pero... ¿Qué te dijo tu padre allá ese día?"

"Él... dijo que El Slender Man es real, y que todo esto esta provocado por él... dijo que él nos quiere, a todos nosotros... a este punto, ya no se que creer..."

Ben miró a Jack con curiosidad sobre lo que acababa de decir.

"¿Te dijo algo más?" Preguntó Ben.

"Él dijo... que el fin del mundo llegará, es lo que soñamos... lo que él describió sonaba exactamente como lo que soñamos..."

"Yo sigo teniendo pesadillas, no han parado desde el sueño del apocalipsis... veo muerte, destrucción... estoy cansado de esta mierda..." Dijo Jeff

"Si... yo también." Dijo Ben.

Toby miraba desde la ventana, afuera de la escuela, con una expresión de remordimiento que dejaba ver la pura desesperación en la que se encontraba. Él chico se dio la vuelva, y comenzó a caminar en la dirección de la casa de Jeff.

Cuando Toby llegó, vio a Milo afuera, recostado en el suelo, casi sin energía.

"Oye, pss pss, ¡Oye, grandote!" Dijo Toby mientras sacaba varias galletas para perro de su bolsillo, Milo levantó su cabeza, reconociendo a Toby, seguido de esto se levantó difícilmente, y comenzó a seguirlo El chico caminó hacia el bosque, dejando galletas en el suelo para que Milo comiera en el camino.

Ya adentrados al bosque, Milo comenzó a cansarse mas y mas, caminando mas lento y jadeando constantemente, aunque intentando mantener el paso de Toby, mientras la cara de culpa del chico se agrandaba. Un sonido se escuchó a la distancia, casi como madera crujiendo, y Toby supo que era el momento. El chico cerró los ojos, cuando una gran rama negra salió de las sombras, perforando el pecho de Milo, el perro gimió de dolor mientras se acostaba en el suelo, y murió intentando comerse la ultima galleta.

"Lo siento, amigo..." Dijo Toby, casi en lagrimas.

"¿Por qué lo sientes, chico?" Dijo la voz demoniaca dentro de la cabeza de Toby.

"Ellos no se merecen esto... no merecen morir..."

"Lo entiendo, muchacho. Pero, ellos no mueren, y no morirán. Ellos renacen, renacen para apoyar nuestra causa, la causa de un mundo mejor. Verás, pequeño. Todos ellos, cada persona y animal que ves en la calle, todos ellos son impuros, son una peste que debe ser eliminada. Tú, mi muchacho, eres especial. Tú eres mas importante que cualquiera de ellos. Esta gente, estos animales... ellos no importan en el gran esquema de las cosas. Solo importamos tú, yo, y a quienes purifiquemos. ¿Entiendes?"

Los Proxies (ESP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora