Esa mañana Nicolás recibió una llamada del doctor Sanchez en casa de doña Julia. Sánchez muy entusiasta lo llamó para darle muy buenas noticias.
- Como le parece mi doctor Morita que coronamos.
- ¿Qué significa eso de coronamos? Betty quiere desistir del proceso, pero dejo unos documentos como mal firmados, mal redactados, por no consultar con usted me imagino, es que anda como loquita.
- Pues, si, mi doctor, en eso no lo contradigo. Muy loquita, porque ese proceso ya no se puede echar para atrás.
- ¿Cómo?
- Pero, claro mi doctor, écheme ese trompo en la uña, ustedes no se volvieron a comunicar conmigo. Eso si, le digo una cosa, a todo caballero, todo honor y se le agradece, porque ustedes me han consignado a tiempo mis honorarios, muchísimas gracias, pero el proceso no puede ir para atrás, mi doctor, y la buena noticia que le tengo es que eso falla en unos días a favor de Terramoda, a favor de la doctora Pinzón.
- ¡No doctor, hay que parar eso! – Gritó Nicolás alarmado - ¿Cómo se le ocurre? Hay que parar eso de inmediato.
- ¿Parar eso mi doctor? Eso está como difícil. Mire ¿Por qué no hacemos una cosa? Dígale a la doctora Pinzón que venga y me visite y nos desatrasamos, nos escurrimos ahí un par de pringazos y, de pronto, pues nos vamos donde el juez a ver que se puede hacer.
- Ella no puede venir ahorita, no está en Bogotá, viene hasta dentro de un par de días.
- Pues, mi doctor Morita, déjeme decirle que, ahí si, como dijo el fotógrafo: "como quedaron, quedaron" ¿Ah? Eso ahí no tiene regreso. Óigame doctor ¿Y cuál es el susto? Ustedes van pal' cielo y van llorando ¿No? Ahora son archimillonarios, mi doctor. – Le dijo antes de colgar.
Nicolás quedó muy preocupado con la llamada del doctor Sanchez, Betty lo iba a matar cuando se enterara, le había encargado encarecidamente que no perdiera de vista al doctor Sanchez y que se mantuviera dándole órdenes para que el proceso de Terramoda contra Ecomoda se mantuviera estancado. Él lo había hecho, pero luego de que se enteraran del engaño del doctor Mendoza, se habían concentrado en hacerlo pagar y por su mente jamas pasó el doctor Sanchez ni las orientaciones sobre el embargo de Ecomoda.
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Ya casi estaba llegando al final de sus días en Cartagena, se sentía un poco triste, le gustaría quedarse allí para siempre, lejos de tantos problemas, lejos de Ecomoda, lejos de él. Pero en el fondo sabía que no podría hacerlo, no podría vivir en paz en ninguna parte hasta que no terminara su ciclo con Ecomoda y con Armando Mendoza. Tenía que sacarlo de su vida definitivamente y para eso tendría que regresar y devolverle su empresa. Ese era su último fin de semana en Cartagena, el lunes regresaría a Bogotá y el martes iba a tener que enfrentar a sus demonios, la junta directiva de Ecomoda y Armando Mendoza.
Doña Catalina interpretó su apatía como un signo de incomodidad al tener que asistir esa noche al último evento antes de la noche de coronación del reinado. En realidad tenía algo de razón, le gustaba la nueva Betty, se sentía comoda con su apariencia y con la ayuda de Michel habían desarrollado una especie de ejercicio en el que ella interactuaba con los demás como una profesional, como si en cada conversación estuviera cerrando un negocio, eso la hacía sentir mucho mas segura y funcionaba muy bien.
Michel se había convertido en un gran amigo, él aun no conocía toda su historia, pero aun así estaba dispuesto a apoyarla en todo, decía que le conmovía su cambio y le gustaba ver la Betty segura, dispuesta a conquistar el mundo. Una sonrisa se le escapó de los labios al recordar esas palabras de su boca, la divertían mucho sus ocurrencias y la hacía reir todo el tiempo.
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YSBLF - Un amor para la historia
FanfictionQuienes hemos visto esta historia en la pantalla, tuvimos el privilegio de ver una verdadera obra de arte. Esta es una historia de amor no convencional, y debo advertirles a los lectores, que amo la historia original, por lo que a pesar de que en mi...