Después de sufrir una desviación de Qi, Luo Binghe termina perdiendo el control de su espada Xin Mo, lo que abre así una grieta en su propio mundo, el problema en medio de todo este caos es que su amado Shizun termina siendo tragado y desaparecido e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«Para mi, el que está en la gloria infinita eres tú, el que ha caído en la desgracia también eres tú. Lo que importa eres tú, no el estado en el que estás. »
— Hua Cheng.
»»——⍟——««
El cabello negro se extendía por la cama, los ojos verdes se oscurecían cada vez más. La muñeca de porcelana blanca seguía presionada sobre su cabeza, haciendo que las sábanas color tierra de aquella cama parecieran más apretadas y delicadas, en contraste con la piel que se iba tiñendo cada vez más de rojo y resaltando las manchas que yacían alrededor del cuello.
Luo Binghe podía escuchar los gemidos que escapaban de la persona en sus brazos, lo que hacía que su corazón temblara violentamente.
—Binghe... — la voz ronca, casi como un susurro, como si ya no pudiera soportar las embestidas profundas de la persona que la tenía retenida en la cama. — Por favor...no puedo soportar más.
Luo Binghe silenció la voz suplicante con un profundo beso, invadiendo la boca del otro haciéndole joder cada vez más, mientras susurraba a través de sus labios.
— Te amo mucho Shizun.
Shizun...
Shizun....
— ¡Shizun! — Luo Binghe se puso de pie gritando como si aún pudiera alcanzar a la persona que demoraba en sus sueños y su mente. Su respiración aún era errática, pero una tos que llegó a su costado lo despertó a la realidad.
Había una hermosa mujer con un sombrero de paja mirándole fijamente. Por alguna razón, estaba avergonzada.
— Finalmente despertaste... — la voz de Yu Shi Huang era baja y gentil, pero incluso con el sombrero cubriendo la mitad de su rostro, no podía ocultar su vergüenza. Sin embargo, la persona que parecía aferrarse a su brazo no estaba para nada avergonzado.
