Pequeño acercamiento

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CAPÍTULO DIEZ

PEQUEÑO ACERCAMIENTO

A la mañana siguiente el sonido de la alarma lo despertó. Estiró su mano para apagar el aparato que tenía en la mesa de noche. Se vistió con ropa deportiva para salir a correr, las únicas cosas que se llevó eran el teléfono por si alguien lo llamaba y las llaves para poder entrar a su hogar. Hoy era su día de descanso así que nadie se atrevería a llamarlo a menos que fuera algo importante, decidió no ir al gimnasio quería correr al aire libre, había un parque no tan lejos de su casa, así que lo recorrió varias veces hasta que se cansó. Al llegar se fue directo hasta la cocina para tomar un vaso del cajón de arriba y servirse agua.

—Buenos días —dijo antes de beber y darse cuenta de la presencia de Rachel.

Disfrutaba mucho el beber agua fresca esto lo ayudaba a relajarse y rara vez bebía refrescos u otras bebidas que pudiera perjudicar su salud. Cuidaba de su estado físico siempre para mantenerse sano. Anoche no durmió por culpa de las pesadillas y el tema con su hermano. La única manera que encontró para despejarse fue irse a correr temprano y así cuestionarse al mismo tiempo.

—¡Buenos días! Parece que no soy la única despierta en domingo. ¿Saliste a ejercitarte tan temprano? —Rachel lo miró rápidamente y le prestó atención a la comida que cocinaba, no quería quemar nada.

—Sí, fui antes a correr y me sorprende que pudiera dormir, solo logro desvelarse por esperarlo.

Nicolás se acercó más para poder mirarle el rostro detenidamente, este parecía lucir bastante cansado, y las orejas se podían ver a simple vista sin importar el intento que ella había hecho por disimular con el maquillaje.

—¿Nos escuchaste? Pensé que estarías dormido.

—No podía dormir. No voy a mentir, si escuche parte de la conversación —exclamó con cargo de conciencia. Había invadido la privacidad que él tanto le pedía respetar —. Escuche todo... —dijo con sinceridad y en un tono relajado. No pretendía justificar su espionaje así que confesó con culpa por haberlo hecho —. No era mi intención escuchar, discúlpame. —pidió una sincera disculpa por aquella mala acción de su parte, sabía reconocer sus errores y disculparse por ellos cuando era necesario.

Rachel miró el suelo unos segundos y suspiró antes de responder.

—No tenía sentido seguir en la cama, no lograría descansar por más que quisiera intentarlo, mejor decidí preparar la comida antes de que todos despertarán, mantiene mi mente ocupada, valoró tu sinceridad, descuida no me molesta, Alejandro a veces no es muy silencioso, acepto tu disculpa.

—¿Que dijo papá? —Nicolás se recargo sobre la orilla de la puerta—. Ya no escuche sus gritos.

—Se enojó mucho por supuesto, tu hermano estará castigado por mucho tiempo.

—¿En serio, cree que eso lo detendrá?

—Quiero pensar que sí.

—No lo escuché llegar, ¿Sigue en su habitación?

—Tu padre llego hace unas horas... Parece que la cena se alargó. Al menos eso fue su pretexto que me dijo.

—Por supuesto, debió llegar después de que me fui a correr —añadió un poco molestó y a la vez pensativo. Todo en lo que puede pensar era en Alejandro y en sus salidas misteriosas.

Tragó saliva disimulando la pequeña preocupación que comenzaba a surgir en él. "Tonterías" su hermano tiene a sus dos padres quienes deben ocuparse de él, quizás su intervención no sería requerida.

Dejó de hablarle a Rachel y desvío la atención a su teléfono. Lo desbloqueó, para buscar aquel chat de la chica de ojos preciosos.

¡Buenos días! ¿Te gustaría vernos?

Por siempre mi amor y mi corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora