two.

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Hacía días que Edward se había ido. Para Alexandrine, era normal que Bella Swan los mirara siempre que tuviera la oportunidad, y aunque la humana planeara acercarse y preguntar dónde había ido su hermano, estar cerca de humanos era muy incómodo. Aunque tuviera su sed de sangre casi controlada. Casi.

En la secundaria de Forks todo era aburrido. Para Alexandrine era un día como cualquier otro. Jasper y ella no siempre tenían clases juntos, eso era frustrante, pero después de todo, eran solo dos horas.

-Disculpa... -escuchó una voz penosa detrás de ella en el pasillo.

Era Bella.

-Hola -saludó educadamente Alexandrine.

-Sé que no es mi asunto... pero... ¿dónde está Edward? -preguntó insegura.

Alexandrine no supo exactamente qué responder a la pregunta, la miró con una pequeña sonrisa y sin importancia dijo:

-Oh, se ausenta por problemas personales -y se fue sin dejar que Bella formulara otra pregunta más imprudente.

Aunque sabía que la humana no había quedado conforme con su respuesta, y seguría esperando a que Edward apareciera para "hablar" con él.

En la clase de deportes, Alexandrine se veía obligada a jugar con una pelota. No es que le disgustara el vóley, solo que era como jugar con un bebe recién nacido.

Pero definitivamente Bella Swan era terrible para los deportes. Había perdido la cuenta de los pelotazos que le había mandado solo para deshacerse de la pelota, aunque no le doliera en lo más mínimo, Alexandrine no pudo enviar pensar en que, de haber sido apropósito, hubiese sido divertido de ver.

-Lo lamento... -se disculpó de nuevo, cuando el balón chocó fuertemente contra la pierna de Alexandrine.

-No te preocupes, Bella -dijo fingiendo dolor. |

Menos mal que ni Edward ni Emmett estaban para presenciar eso, jamás habrían terminado de reírse de ella.

Terminó el juego y Alexandrine se acercó a la banca para simular secarse el sudor con una toallita, con el rostro intacto y sin pizca alguna de cansancio y el cabello rojo recogido en una trenza.

Podía sentir la mirada de Bella a lo lejos, pero no hizo caso. Tal vez estaba siendo grosera, o simplemente se debía a que no era responsabilidad de ella sustentar las relaciones de su hermano.

A la hora de salida, Alexandrine ni siquiera dudó para dirigirse al pasillo y guardar sus cosas y largarse

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A la hora de salida, Alexandrine ni siquiera dudó para dirigirse al pasillo y guardar sus cosas y largarse. Jasper la esperaba con una sonrisa frente al casillero, sonrisa que se ensanchó al verla con una trenza y ropa de deporte.

-¿Estás cansada? -bromeó.

-No te imaginas cuanto -respondió, guardando todo en el casillero.

Ambos se caminaron hasta su auto, Alexandrine caminaba con su brazo entrelazado con el de Jasper, mientras le contaba sobre como tenía de adolorido el cuerpo gracias a Bella.

𝑨𝒍𝒆𝒙𝒂𝒏𝒅𝒓𝒊𝒏𝒆 | 𝙅𝙖𝙨𝙥𝙚𝙧 𝙃𝙖𝙡𝙚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora