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6:04 A.M.

El sonido de el viento y su suave brisa era uno de sus favoritos, pero el primero siempre sería su voz.

Alexandrine estaba recostada en las piernas de Jasper, él leía un libro en voz alta. Era la décima vez que lo obligaba a leer Harry Potter.

-"...Ellos no saben que no nos permiten utilizar magia en casa. Voy a divertirme mucho este verano con Dudley..."- bajó el libro indicándo que ya lo había terminado-. ¿Quieres otro?

-No, si te pido el segundo; tú me pides el divorcio.- acarició su cabello, intentando peinarlo.

-Tengo grabado en el cráneo cada párrafo de "Mujercitas"- sonrió y cerró el libro, dejándolo a un lado.

Se levantó de su regazo y se sentó frente a él, algunos cabellos estaban desordenados por la brisa. Levantó la mano y comencó a arreglarlos. Eran muy suaves.

Alguien tocó la puerta, sabía que era Alice con una nueva visión de esa chica. Con interés, Alexandrine se levantó de la cama, abrió la puerta y Alice entró como un torbellino de emoción.

-¡Es hoy! ¡Es hoy!- canturreaba mientras saltaba, se detuvo y se fijó en Jasper, Éste la miraba confuso-. Hola, Jasper.

-¿Qué es hoy?- preguntó, Alexandrine levantó sus  hombros fingiendo desinterés.

-Nada.- dijeron a la vez.

Ambas corrieron al armario y simularon escoger ropa, Jasper las seguía mirando con el entrecejo fruncido. 

-Los Cullen –dijo Jessica

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-Los Cullen –dijo Jessica.

Bella se giró llena de curiosidad y fue ahí cuando los vio por primera vez.

No se parecían lo más mínimo a ningún otro estudiante que viviera en aquel pueblo sin sol. De los tres chicos, uno era fuerte y alto, con el cabello oscuro y mirada amable, el segundo, era rubio, igual de fuerte y musculoso, pero sin grasa. Realmente parecía sufrir. El tercero llamó su atención; era alto y delgado, con cabello cobrizo y aspecto misterioso.

Bella dirigió su mirada a las tres chicas. Eran completamente diferentes, pero las tres eran más que hermosas.

La primera era rubia y la más alta de todas, tenía un cabello rubio que caía en cascada hasta su espalda, con un cuerpo de los que se podrían encontrar perfectamente en una revista.

La segunda era totalmente diferente; era pequeña y de cuerpo delgado, de facciones finas, parecía un duendecillo. Tenía el cabello negro como la tinta y corto, con puntas rebeldes por todos lados.

La tercera era solo un poco más alta que la de cabello negro. Tenía un cabello rojo rizado que caía elegante y agraciadamente hasta su espalda, era espeso y brilloso. Tenía un cuerpo casi igual de perfecto que la primera, pero con un aspecto élfico, parecía una muñequita de porcelana. Bella no sabía si era posible ser tan hermosa y tan extraña al mismo tiempo.

𝑨𝒍𝒆𝒙𝒂𝒏𝒅𝒓𝒊𝒏𝒆 | 𝙅𝙖𝙨𝙥𝙚𝙧 𝙃𝙖𝙡𝙚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora