6. Primera Prueba.

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[•••] Atención: este capítulo tiene fragmentos del libro Harry Potter y el cáliz de fuego, escrito por J.K Rowling.

El primero en pasar fue Cedric Diggory, de Hufflepuff; transformó una roca en un perro labrador para que el dragón se no se fije en él sino más bien en el perro. Ingenioso, a decir verdad.
Luego fue el turno de Fleur, quien hizo un encantamiento para dejar al dragón en un trance, lo cual funcionó bien. Viktor Krum fue tercero, lanzó un embrujo a los ojos del dragón; lo cual salió mal, porque el dragón se tambaleó y terminó aplastando a la mitad de sus huevos de verdad...

Harry fue el último en pasar, enfrentándose a un Colacuerno Húngaro. Harry usó un hechizo para traer a su escoba hasta donde él estaba. Empezó a volar, primero por un lado, luego por el otro, no demasiado cerca para evitar que echara fuego por la boca, pero arriesgándose todo lo necesario para asegurarse de que la bestia no le quitaba los ojos de encima. La cabeza del dragón se balanceaba a un lado y a otro, mirándolo por aquellas pupilas verticales, enseñándole los colmillos...
Remontó un poco el vuelo. La cabeza del dragón se elevó con él, alargando el cuello al máximo y sin dejar de balancearse como una serpiente ante el encantador.
Harry se elevó un par de metros más, y el dragón soltó un bramido de exasperación. Harry era como una mosca para él, una mosca que ansiaba aplastar. Volvió a azotar con la cola, pero Harry estaba demasiado alto para alcanzarlo. Abriendo las fauces, echó una bocanada de fuego... que él consiguió esquivar.

-¡Vamos! -lo retó Harry en tono burlón, virando sobre el dragón para provocarlo-. ¡Vamos, ven a atraparme...! Levántate, vamos...

La enorme bestia se alzó al fin sobre las patas traseras y extendió las correosas alas negras, tan anchas como las de una avioneta, y Harry se lanzó en picado. Antes de que el dragón comprendiera lo que Harry estaba haciendo ni dónde se había metido, éste iba hacia el suelo a toda velocidad, hacia los huevos por fin desprotegidos. Soltó las manos de la Saeta de Fuego... y cogió el huevo de oro.
Y escapó acelerando al máximo, remontando sobre las gradas, con el pesado huevo seguro bajo su brazo ileso. De repente fue como si alguien hubiera vuelto a subir el volumen: por primera vez llegó a ser consciente del ruido de la multitud, que aplaudía y gritaba tan fuerte como la afición irlandesa en los Mundiales.

-¡Miren eso! -gritó Bagman-. ¡Mírenlo! ¡Nuestro paladín más joven ha sido el más rápido en coger el huevo! ¡Bueno, esto aumenta las posibilidades de nuestro amigo Potter!

Entre la multitud ví a Herms y a Ron, cuando ellos miraron en mi dirección señalé la carpa de enfermería y fuimos los tres para ver cómo estaba Harry. Cuando entramos fui corriendo hasta él y lo abracé con cuidado, pues tenía una herida (según creo, no muy grave). Cuando nos separamos, acomodé su cabello sudado, quitándolo de su frente.

-¡Harry, has estado genial! -le dijo Hermione con voz chillona. Tenía marcas de uñas en la cara, donde se había apretado del miedo-. ¡Alucinante! ¡De verdad!

Pero Harry miraba a Ron, que estaba muy blanco y miraba a su vez a Harry como si éste fuera un fantasma. Después de la pelea que tuvieron cuando se anunció que Harry era uno de los ganadores, no se habían vuelto a hablar.

-Harry -dijo Ron muy serio-, quienquiera que pusiera tu nombre en el cáliz de fuego, creo que quería matarte.

-Lo has comprendido, ¿eh? -contestó Harry fríamente-. Te ha costado trabajo.

Lo miré con una ceja levantada y le dí un codazo no muy fuerte en las costillas. Luego, cuando salimos de la carpa de Enfermería de Madame Pomfrey, fuimos a ver los resultados de cada campeón.
Cuando me disponía a volver al castillo, Ron y Harry vinieron hasta donde estaba para invitarme a una pequeña celebración en la torre de Gryffindor.

-Lo siento, chicos. Tal vez la próxima. -contesté. Justo en ese momento pasaba Fleur, junto con dos amigas suyas.

-Hola, Laug -saludó con una sonrisa. Sus amigas se despidieron y siguieron caminando hasta el gran carruaje de Beauxbatons.

-Fleur... Felicidades, has estado fenomenal -le dije sonriendo, ella también me sonrió.

-Oh, muchas gagcias, Laug. ¿Cgees que lo hice bien?

-Estuviste genial, Fleur.

>>>
Al día siguiente, en el desayuno, Fred Weasley viene hasta la mesa de Ravenclaw y se sienta junto a mí. Durante las últimas semanas me había costado menos trabajo diferenciarlo de su gemelo.

-Buen día, Weasley. -saludé con una sonrisa, él bostezó.

-Buen día, Potter. -daba la impresión de no haber dormido en toda la noche.

-¿Tú y George se quedaron hasta tarde creando productos para bromas? -aventuré, él asintió y tomó una tostada con mermelada de naranja. Bostezó de nuevo, entonces tomé una taza y con mi varita le serví café.

-Quería preguntarte si te gustaría... -tomó un sorbo de café-. Acompañarme a enviar unos pedidos.

-Está bien, ¿cuándo?

-Ahora mismo. -pareció un poco más despierto con la cafeína, así que nos levantamos de la mesa al mismo tiempo.

-Bien, pero no quiero llegar tarde a clases.

Antes de salir del Gran Comedor, noté la mirada de Harry sobre nosotros, cuando lo miré, alzó las cejas a modo de pregunta y solo me limité a desviar la mirada.

-¿Cuál es tu primera clase? -me preguntó Fred cuando salimos de la Sala común de Gryffindor con los encargos. Él llevaba cinco cajas, yo tres.

-Runas Antiguas con Hufflepuff.

-¡Qué tortura! -exclamó haciendo una mueca de disgusto, eso provocó que suelte una carcajada.

-¿Tú?

-Defensa Contra Las Artes Oscuras, con Slytherin.

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Bien, capítulo número seis, parte siete. Me gustaría leer sus comentarios al respecto.
-BooksKim <3

La Chica De Ravenclaw - Fred Weasley. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora