7. Pasantía.

732 65 10
                                    

-No es que me arrepienta de esto... -comencé a decir cuando esquivé popó de una lechuza-. Pero, ¿Por qué George no te ayuda?

-Oh, estaba terminando un trabajo de no-se-qué asignatura.

-Bien... Creo que ya está. -comenté cuando terminé de atar el último paquete.

-¿Y luego de Runas Antiguas, que clase tienes? -preguntó Fred cuando salíamos de enviar los encargos de Sortilegios Weasley.

-Pociones, con Gryffindor.

-Yo también, con Hufflepuff. -entramos de nuevo al castillo. -Gracias por tu ayuda, por cierto.

-No es nada.

>>>
-¿Le escribiste a Sirius sobre tú victoria en la primer prueba? -pregunté por lo bajo a Harry en medio de una clase de Pociones.

Él negó con la cabeza.

-¿Tú le escribiste a Remus?

-Aún no me responde la anterior carta -contesté con un notorio desánimo.

-Es que ayer hubo luna llena, debe estar... -solté un gritito, pero justo en ese mismo momento Seamus hizo explotar su poción y nadie lo notó. Me había olvidado que había luna llena estos días.

-Debe estar terrible, solo y... -Harry me interrumpió, sabe que siempre me preocupo mucho por Remus.

-Seguramente el señor y la señora y estarán ahí para curar sus heridas -dijo él, pasando una mano por mi hombro en un intento por consolarme.

Asentí con una sonrisa de lado, aún no muy convencida de sus palabras.

-¿Almorzamos juntos, Potter? Quiero hablar contigo. -pregunté al tiempo que el profesor Snape llegaba para observar nuestro trabajo, así que mi hermano solo asintió.

-Aceptable. -fue lo único que dijo el profesor Snape y luego se acercó a ver el trabajo de Alison y Luna.

>>>
En la hora de la cena, mi hermano mellizo y yo nos sentamos en la mesa de Ravenclaw.

-¿De qué querías hablar? -pregunta Harry mientras se sirve papas asadas.

-¿Recuerdas que una vez te dije que me gustaba la medicina? He decidido que me quiero dedicar a eso cuando termine mis estudios en Hogwarts-Harry asiente y yo bebí jugo de manzana. -Hace unos días atrás he hablado con el profesor Flitwick y con Dumbledore... Ellos han hablado con Madame Pomfrey, y ella accedió a darme una pasantía.

-Eso es genial, Laur. -expresó, con una sonrisa en su rostro. -Pero, ¿qué harás?

-Aprenderé teoría, también cosas básicas como primeros auxilios y Pociones de curación. Será por las tardes de los sábados y domingos, dos o tres horas como máximo. ¿Qué opinas?

-Creo que... Es fantástico, hermanita.

-Tenemos la misma edad, tonto. -protesté.

-Según nuestros padrinos, soy mayor por cinco minutos de diferencia.

>>>
El sábado por la mañana me levanté temprano, me bañé y vestí con pantalones negros y un suéter azul. Estaba cepillando mi cabello cuando Luna llegó hasta donde estaba.

-Laur, ¿Has visto mis zapatillas? -preguntó, me levanté del tocador y me puse mis lentes.

-Lo siento, Lu. Tal vez fueron nos nargles. -Miré mis pies descalzos. -Creo que también se llevaron mis zapatillas.

-Oh, sí, tranquila. Seguro regresarán.

-Tienes razón, ¿Sabes? Después del desayuno buscamos juntas, ¿De acuerdo?

-De acuerdo.

Entonces bajamos juntas a desayunar, Alison y Neville ya estaban ahí, en la mesa de Ravenclaw. Cuando Alison me vió, modulé la palabra nargles y zapatillas, ella solo asintió. Porque la verdad es que los nargles son solo un invento del padre de Luna, y en realidad los culpables de la desaparición de sus zapatillas son alumnos de Ravenclaw que la llaman lunática. Son personas horribles. Desde segundo año, cuando Alison y yo descubrimos esto, hay ocasiones que andamos descalzas. Como ahora.
Me senté entre Neville y Luna, esta última se había servido una porción de pudding.

-Hoy tengo mi primera pasantía con Madame Pomfrey. -comenté mientras me servía copos de maíz.

-Genial, ¿en la tarde, no? -preguntó Alison.

-¿Me perdí de algo? Siento que me perdí de algo. -dijo Neville mirándome.

-Oh, lo siento; olvidé contártelo. Tengo una pasantía en la enfermería, con Madame Pomfrey, para en un futuro ser medimaga o sanadora.

>>>
Golpeé las puertas de la enfermería, Madame Pomfrey las abrió con una amplia sonrisa en su rostro. El profesor Flitwick me había comentado lo mucho que le había gustado la idea de que un alumno esté interesado por la medicina mágica.

-Oh, señorita Potter, pase por favor. -mira un reloj en la pared y agrega-: Ha llegado cinco minutos antes.

-Es que... Estoy algo nerviosa, expectante y también emocionada.

-Tranquila, estás aquí para aprender. No importan los errores. -sonreí.

Hasta ese momento no había pensado en los posibles errores que podría cometer, y por ende, sus palabras fueron contraproducentes. Pero no me centré en eso. Pomfrey me guió hasta su despacho, había una estantería llena de libros que acaparó mi atención.

-Bien, creo que el profesor Flitwick no te explicó mucho. -asentí y tomé asiento frente a su escritorio-. Señorita Potter, el lunes confeccionaré un reporte donde hable de su progreso, será enviado al profesor Dumbledore, el cuál firmará como constancia de su pasantía. Usted tiene bajo su responsabilidad cuidar esos informes.
» Cuando usted, señorita Potter, termine sus estudios en Hogwarts, será derivada a la Academia de Medicina Mágica. Con sus informes de la pasantía, bajo mi constancia y la de Albus Dumbledore, se aproxima que solo tendrá que hacer dos años en la Academia. Luego, podrá ejercer la profesión en San Mugno o aquí. ¿Me explico?

>>>
Faltaba una hora para que la pasantía acabe, estoy preparando una poción curativa de primer nivel, cuando de golpe se abren las puertas de la enfermería. Los gemelos Weasley están ahí, con quemaduras del torso hasta sus rostros. La mirada de Fred viaja de inmediato hasta mi, trató de sonreír, pero fue más bien una mueca extraña lo que hizo. Madame Pomfrey no se alarmó, caminó hasta ellos y los condució hasta las camas.

-Ve por la poción que preparaste y cura a los señores Weasley, por favor, iré a comunicarle de esto a su jefa de casa.

-Entendido.

- Cura primero a George, -indicó Madame Pomfrey-, el es quién menos lastimado está y tardarás menos con él.

Salió por la puerta a buscar a McGonaggall, seguramente también les avisará a Ron y Ginny. Me fui a buscar la poción y varios ungüentos para George. Él solo tenía quemaduras en ambos brazos, y una pequeña en el cuello.

-¿Que les ocurrió? -pregunté a ambos mientras remojaba los paños en la poción y luego los escurría.

-Experimentos... Un nuevo invento para Sortilegios Weasley -contestó Fred.

-¡Auch, eso dolió! -se quejó George cuando puse sobre su brazo izquierdo un paño remojado.

La Chica De Ravenclaw - Fred Weasley Fanfiction.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora