10. Conversaciones.

630 55 12
                                    

—Bien, hablemos de Beedle el Bardo. —Dijo Lauren, distinguí gracia en su voz.

—Dime que te ha gustado.

—Me ha gustado, sí. Babbity Rabbity y su cepa carcajeante podría decir que fue mi favorito.

—¡También es mi favorito! —dije riendo—, mamá me lo leía antes de dormir porque era mi favorito. Pero con el tiempo dejó de hacerlo.

—¿Por qué?

—George ya estaba harto de él, decía que lo repetitivo es aburrido.

—Lo repetitivo puede ser reconfortante, ¿No crees?

—La verdad, no. Explícame.

—Cuando repites algo con frecuencia, sabes cómo terminará. En este caso, hablamos de un cuento. ¿No era para ti tranquilizante saber cómo terminaría?

Entonces seguimos hablando al menos veinte minutos más, hasta que terminamos las cervezas de mantequilla y pagamos la cuenta. Salimos, estaba nevando, volvimos al castillo sin hablar demasiado. Hasta que entramos y Lauren dijo que debía ir a la torre de Ravenclaw, así que me ofrecí a acompañarla y después fui a la torre de Gryffindor. Cuando llegué a mi habitación con George, se lo conté todo lo que había pasado.

—¿Por qué no la invitas al baile de navidad?

—No había pensado en ello, pero hay rumores de que irá con el prefecto de Ravenclaw, el tal Oliver Jones.

>>> Lauren:
Unos días antes del baile de navidad, nuestro jefe de casa, el profesor Flitwick, nos citó a todos en el Gran Comedor luego del desayuno. Esa mañana todos los de Ravenclaw solo teníamos clase con él, entonces las canceló.
Nos sentamos y comenzó dando un discurso sobre que el baile de navidad es una tradición en cada Torneo De Los Tres Magos. Entonces nos dijo que había pedido ayuda con unas profesionales para darnos clases de baile. Con magia puso música y llamó a sus ayudantes: tres chicas de Beauxbatons, Fleur Delacour una de ellas.
Al menos tres chicos de mi casa suspiraron al verlas, las chicas pusieron los ojos en blanco. Sonreí a Fleur cuando me vió y ella me saludó disimuladamente con un gesto de mano, acción que imité.

Una de ellas que parecía ser la mayor, me atrevo a decir que su profesora, nos saludó a todos con cordialidad sin levantar la voz. Pidió un compañero de baile mirando a los chicos, ninguno se movió de su lugar, entonces la mujer señaló a Anthony Goldstein. Alison sonrió al ver a su mejor amigo en esa situación. Cuando aquella mujer solicitó voluntarios para aprender con Fleur y la tercer chica, al menos la mitad de los chicos se levantó de su lugar. Vi que Oliver Jones lo hacía, traidor, pero ese pensamiento se esfumó por completo cuando noté que no caminaba hasta las chicas de Beauxbatons, sino hasta mi.

—¿Bailas, Lauren? —preguntó sonriendo, me sonrojé un poquito cuando nuestras manos se tocaron.

>>>
Y el tan anhelado día llegó: el baile de navidad era esta noche. Durante las clases ningún alumno parecía estar prestando atención a los profesores, excepto Alison, que no parecía muy entusiasmada por esta noche. Tal vez ella quería ir con alguien más. En la hora del almuerzo Oliver se sentó junto a mí y acordamos que usaría una corbata del color de mi vestido, que nos encontraríamos a las ocho en la sala común de nuestra casa y que no nos negaríamos a un baile con el otro.

Comenzamos a alistarnos en la habitación, Alison, Luna y yo. Cuando Luna entró en la ducha, Alison se ofreció a peinarme: dos trenzas cruzadas en forma de corona y el resto de mi cabello cayendo en ondas. No lo noté hasta que se sentó frente a mi para acomodar unos mechones rebeldes, una pequeña lágrima caía por su rostro.

—¿Alison, que...?

—¿Recuerdas a Oliver Wood? —preguntó rápidamente antes de que yo terminase de hablar. Solo me limité a asentir. —Pues resulta que me gusta, me atrevo a decir que estoy enamorada. Me gustaría que estuviese aquí e ir juntos al jodido baile.

Cuando otra lágrima se escapó se apresuró a limpiarla rápidamente.

—Oh, lo siento, no sabía... ¿Hablas con él?

—De vez en cuando... —Se encojió de hombros y comenzó a maquillarme—. No nos conocimos en Hogwarts, ¿Sabes? Hubo un tiempo en mi niñez que nuestras familias eran amigas, teníamos la tradición de acampar juntos una semana de verano.

—Wow, ¿se veían de seguido? Digo, ya que sus padres eran amigos.

Negó rápidamente y comenzó a aplicarme máscara de pestañas.

—Vivíamos a mucha distancia, y no es que mis padres pudieran costear viajes o una chimenea para transportarnos. Con el tiempo esa tradición del campamento se extinguió, mi padre murió y todo se quebró cuando los padres de Oliver no fueron al velorio. Cuando tenía ocho años fue el último campamento, luego de eso, no ví a Oliver hasta entrar a Hogwarts.
» Nos conocíamos prácticamente desde que yo era bebé. Un campamento, luego unos cuantos más. Nos vimos crecer y madurar desde lejos, retomando contacto unas pocas veces al año. En parte, me gustaba eso, era lo mejor de mis vacaciones antes de entrar a Hogwarts. —Tenía la mirada perdida, pero seguía concentrada en mi maquillaje— No quiero seguir sintiendo esto. Quiero tomar mí corazón y arrancarlo de mí por unos pocos segundos; para gritarle que no debe sentir ni la más mínima pizca de tristeza. —Irónicamente, su rostro se entristeció un poco más—. Mi mente ha estado asimilando que solo somos amigos, y eso duele. Los pensamientos pesan toneladas y mí alma queda devastada ante el constante recordatorio de que nunca llegaremos a nada, tal vez a sus ojos solo soy una hermanita menor.

Entonces me levanté de mi asiento y la abracé, ella no dijo  ni una sola palabra, pero sentí sus lágrimas mojando la sudadera que traía puesta. Afortunadamente, aún no tenía puesto mi vestido. Entonces cuando Alison seguía abrazada a mí, Luna salió del baño luciendo su hermoso vestido color lavanda. Todo rastro de felicidad se esfumó al ver la expresión de Alison, que aún estaba abrazándome.

—¿Qué ocurre? —preguntó Luna con voz suave.

—El amor suele ser algo jodido. —murmuró Alison como respuesta.

La Chica De Ravenclaw - Fred Weasley Fanfiction.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora