12

1K 194 58
                                    

Recién bañados, yo y el perro, estábamos disfrutando de una comida caliente.

Es una veterinaria, por obvias razones él obtuvo algo mejor que unos comunes fideos instantáneos, pero al menos ambos nos encontramos con el estómago lleno y protegidos de la lluvia, lo cual es lo primordial. Tampoco es como si me importara demasiado, adoro los fideos instantáneos.

—Toma esto, estás temblando —Puso una manta sobre mis hombros al regresar.

Vacilé un poco en aceptar por su exceso de hospitalidad, o mi abuso de esta. No quiero verme como un aprovechado. Algo ridículo si considero el hecho de que estoy usando su ropa y la mía está secándose por ahí.

Bajé mi mirada y comí lo último que quedaba de los fideos instantáneos. Intenté no hacer tanto ruido para no incomodarlo, pero fallé, lo único que se escuchaba era el sonido inquietante de yo sorbiendo los fideos e intentando ser lo más silencioso posible en dicha acción. Estoy nervioso, es un desconocido después de todo. Uno amable, pero un desconocido a final de cuentas.

Y esta vez mi lobo no se quejó. Este maldito sin duda tiene favoritos.

—Soy Jung Hoseok, este negocio es de mi familia —mencionó con una sonrisa mientras acomodaba algunas cosas—. No te sientas obligado a contarme sobre ti si no quieres. Solo... solo no quiero que te sientas amenazado, ¿sí?

Realmente es un solcito.

Tragué el caldo que quedaba y suspiré con ganas. Finalmente, estoy entrando en calor, ojalá lo mismo sea para el pobre poodle, quien sabe cuando fue la última vez que tuvo una buena comida y no sobras.

—Soy Yoongi —dije sin mucha emoción—. Gracias, literalmente me salvaste de dormir debajo de un puente —Escuché un ladrido—. Disculpa, nos salvaste a mí y a este amiguito —Señalé al caniche que curiosamente pareció satisfecho con ser incluido en la charla.

—¿No tienes adónde ir?

—No —me sinceré y él me miró con pena—. O sea, sí, pero esta noche no —dije rápidamente. Lo había malinterpretado—. La residencia universitaria tiene toque de queda, no tengo dinero y mi celular está descargado.

El alfa suspiró aliviado y yo junté mis piernas. Debo ser más preciso.

—Claro, es medianoche, tiene sentido —dijo para sí mismo, como si se regañara, lo cual me dio gracia—. Mencionaste una residencia universitaria, ¿a qué universidad vas?

—La que queda a unas cuadras de aquí.

—¿Qué? —Sonrió emocionado—. ¿Vas a la universidad de Seúl? —Asentí y él soltó un chillido—. ¡¿En serio?! ¡Yo igual! ¿Eres de primer año?

—Primer ciclo —respondí.

—Ternurita —Soltó una carcajada y yo arquee una de mis cejas, sorprendido por lo que dijo—. Yo voy a graduarme en dos años. Hice bien en cuidar de ti, entonces.

—Si... otra vez, gracias —repetí como si no supiera decir otra cosa más. Agaché mi cabeza, viendo al caniche, aunque en verdad intentaba ocultar mi sonrojo.

En serio, Hoseok brilla con luz propia. Se ganó su boleto al cielo, no, él debe ser un trocito del cielo. No atrapé una hipotermia gracias a él y me prestó ropa, su ropa, aunque a cada rato debía acomodármela. Sus prendas son anchas, incluso para él como alfa y eso ya dice mucho sobre cómo se ajustan a mi cuerpo, si es que se ajustan en primer lugar, pero me siento calientito y eso es lo que cuenta.

Moví mis pies sin nada más en mente.

—¿Es tu mascota? —me preguntó luego de un rato de silencio.

Omega Líder ➳ BTS x YoongiWhere stories live. Discover now