No me olvides 2 - Markitos Toys -

La propuesta

Estábamos brindando cuando sentí un codazo de Fernanda haciendo que me quitará el aliento

— Apúrate wey. — Dijo bajo molesta.

Suspiré profundo. Y me acerque a Julia.

— Ehh... Julia. Se que he Sido un completo pendejo desde que nuestro hijo nació... Así que decidí cambiar y no solo hacer esa tontadas de mandarte dinero. Si no también criarlo juntos...

Ella tomo la caja sonriendo y la abrió...

— Es... — Su sonrisa cambio. — Una esclava.

— Siii. Para el bebé. ¿No está preciosa? — Dije poniendo mi mejor sonrisa.

— Sii. — Dijo ella sonriendo.

Me puse a su lado y ambos mirábamos la pequeña caja.

Luego la cerramos y ella la guardo.

Regrese a mi lugar a lado de Fernanda y ella me sonreía.

— Todo listo. Ahora es cuestión de esperar que internet haga su trabajo...

" Markitos Toys se compromete. Así es amigos, como lo escucharon. Él día de ayer varios del team Toys subieron estados cenando en un restaurante. Estaban TODOS. Kevin, Ana, Fernanda, Vítolias, y Julia. La muchacha con la que se le ha visto muy de cerca con Markitos. Y justamente ayer en uno de los estados que Fernanda grababa se alcanza a ver cómo Markitos se acerca a ella con una cajita en la mano. Ella muy sonriente la abre y lo mira fijo. Luego él sonríe, y bajan la cajita. Me imagino para ponerle el anillo a su bella prometida. "

"Markitos Toys comprometido"

"Markitos toy se casa"

Mi celular no paraba de sonar. Tanto llamada con mensaje. Lo puse en silencio total y me puse de espaldas.

En eso alguien llama al número de casa, me apareció extraño pero aún así descolgue el teléfono. — ¿Bueno?

— Te dije. ¿Te dije o no te dije? Que funcionaria.

— Tenías razón Fernanda. — Dije riendo.

—  Si yo seeee como se maneja la gente.

— Bueno. Ya estamos un paso más adelante.

— Ya viene lo bueno.

Rei burlón. — Julia y tú, súper Amiguis.

— Ash. Me toca sacrificarme por el equipo.

— Solo serán unos días, llorona.

— Siento que le estoy fallando a Elena. — Admitió con una voz apagada del otro lado de la línea.

— Solo espero que no esté al tanto de todo esto.

Fernanda no contesto.

— ¿A qué hora voy a tu casa? — Pregunto Fernanda

— A las seis. Para ese entonces Julia ya estará aquí.

— No se cómo voy a hacer esto. — Admitió. — No se ni disimular una mala cara. ¿Cómo voy a fingir llevarme bien con ella?

— Julia no es tan mala. — Dije finalmente. — En parte es también mi culpa todo lo que pasó.

— No tienes que decirlo. Te lo voy a recordar por qué aveces pareces olvidarlo pero... ME CAGAS, esto lo hago solo por mi amiga.

— Lo se y aunque no sea por mi. Igual te lo agradezco. — Dije apagado. — Por cierto... Ya pensaste en lo que te dije...

— ¿Que cosa?

— Que busques a Iván.

— ¿Que parte de que ni la DEA lo encuentra no entendiste?

— Fernanda, eres mujer, eres guapa y tienes carácter. Es todo lo que ocupas. Bueno... También ir de fiesta y un vestido muy corto.

— No me voy a meter con Iván. — Dijo ella segura.

— No lo tienes que hacer... Solo tienes que hacerle creer que si lo harás.

— ¿Crees que soy una prostituta?

— No... Pero...

—¡¿Pero?!

— Es que no lo digo por qué quiera que te acuestes con él. Es solo para poder acercarnos a él, y que te permita ver a Elena.

— Claro... Te da miedo hablar tu con Iván y me mandas a mi..

— No me da miedo Iván — Dije molesto. — Pero no estoy en una posición de atacar. Por qué ahorita yo tengo más que perder.

Fernanda no contestaba.

— ¿Y si agarras a alguien que él también quiera?

— ¿Tienes a alguien en mente?

— ¿Que te parece Ovidio?

Me quedé pensando. — Será difícil, pero no imposible... — Dije en un susurro. Será nuestro plan B.

Tome mi teléfono y marque un número.

— Luisillo, tengo un trabajo para ti. Necesito que me averigues todo de Ovidio Guzmán, necesito saber los lugares que frecuenta. Si tiene, novia, esposa.. Jale, lo que sea. Si tiene hijos... Quienes son sus hijos... A qué escuela asisten. Todo lo que puedas

— Entendido patrón.
     

                                       °°°

Llegué a la casa cansado, física y mentalmente. No tenía ganas de ver nadie ni hablar con nadie. Me había hecho un hermitaño desde que Elena no estaba aquí.

La sala estaba bastante empolvada, la cocina solo tenía cereales nuevos y lo único que albergaba el refri eran botellas de agua y leche. Con algunas verduras en descomposición.

Y para ser sincero. No me importaba.

Me senté en el sillón, cuando escuché como alguien jalo la cadena del baño.

Me levanté rápido del sillón y tome el arma que estaba fajada en mi pantalón, camine lento... Hasta que la puerta se abrió.

— ¿QUE HACES?