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—Entonces déjame entender, ¿Ahora vives con tu madre y hay un niño que no habla y no se dirige a ti ni por respeto?

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—Entonces déjame entender, ¿Ahora vives con tu madre y hay un niño que no habla y no se dirige a ti ni por respeto?

— Yangyang, es exactamente lo que te vengo repitiendo hace dos horas.

Jeno y Yangyang habían sido amigos desde que el castaño se había mudado a la capital. No existía momento en donde los dos amigos se separarán, compartían las mismas clases ya que estudiaba la misma carrera y casualmente habían elegido los mismo horarios.

Por eso eran inseparables, además nadie deseaba estar al lado de un extranjero, así como así y se podría decir que existían algunos prejuicios para aquellos que venían de las zonas rurales del país.

Jeno y Yangyang eran, posiblemente, unos exiliados en la facultad.

— Y tu madre dijo que era especial.

— Sí, sí Yangyang.

— Capaz tiene algún problema o no cuenta con las mismas capacidades que nosotros...ya sabes...

Jeno lo pensó. No era opción, al principio creyó que quizás el niño era muy tímido y sólo su madre era quien tenía toda su confianza. Ahora que Yangyang le habría un poco más los ojos tal vez existía una segunda opción a las raras actitudes del niño.

— Me encargaré de averiguarlo hoy.

Yangyang asintió y se dirigieron a su última clase del día. El castaño andaba muy distraído y el principal problema era que cuando algo se le metía a la cabeza se le era difícil concentrarse en lo que verdaderamente importaba. Igual era muy inteligente, no le tomaría mucho tiempo robarle los apuntes al rubio de su amigo y entender el tema a la perfección.


Otra vez allí, misma hora, mismo lugar, pero un libro diferente ¿Las personas podían leer más de dos libros a la vez? Jeno podía, pero le molestaba mucho empezar algo nuevo cuando no había terminado lo que empezó en un principio

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Otra vez allí, misma hora, mismo lugar, pero un libro diferente ¿Las personas podían leer más de dos libros a la vez? Jeno podía, pero le molestaba mucho empezar algo nuevo cuando no había terminado lo que empezó en un principio. Era molesto, muy molesto. A Jeno también le molestaba que otras personas dejaran a media lo que podrían terminar en el momento.

De nuevo, allí estaba ese odioso tic nervioso en su ojo derecho. Comenzó a morder sus labios hasta sentir el ardor acompañado con el sabor metálico de la sustancia que fluía dentro de sus venas.

— ¡MAMÁ! — no sabe con esa exactitud con qué excusa había gritado de aquella forma, el niño castaño saltó de su lugar y bajó la vista otra vez ante la presencia del mayor. Jeno no había notado el susto que le había dado.

La pelinegra que hoy vestía un sencillo vestido blanco con un liviano saquito del mismo color se levantó asustada por la reacción que tuvo el pequeño. Miró enojada a su hijo y con la poca paciencia que tenía lo obligó a irse.

Jeno no quería irse, quería estar allí escuchando qué clase de libro estaban leyendo. O bueno, así dijo, pero su principal función allí era lograr entablar una conversación con el chico raro.

Después de discutir por un largo tiempo, finalmente ella aceptó que se quedara a escuchar. Aunque el tiempo era insuficiente. Apenas marcaron las cinco de la tarde Jaemin se levantó y agarró sus cosas. Nadie dijo nada ante esa respectiva y rara manera de comportarse.

Ese nadie no incluía a Jeno.

— Hey ¿Quieres que te acompañe? — Si creían que sólo quería ser educado estaban errados. Jeno quería saber si el chico tenía algún problema. Pero lo ignoró.

No le importó. Tomó sus llaves y siguió al pequeño hasta la puerta de su casa. No sabía dónde vivía, pero lo seguiría a donde sea que el chico quisiera ir y si tenía suerte, quizás lograría mantener una charla donde no sólo él hablara.

— Hey hey, hey, Espérame — no se habían alejado tanto de la residencia, específicamente aún estaban en el jardín. Jaemin llegó hasta el medio de la calle sin escuchar los llamados de Jeno, pero no llegó muy lejos antes de ser tomado de un brazo y obligado a girarse.

A Jaemin no le gustaba que lo tocaran sin su consentimiento

SILENT BURST || NOMIN (ADAPTACION)Where stories live. Discover now