Déshonorer

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/NARRADOR: Karchez\


La suave piel de aquel Ruso me calentaba mientras aún seguía perdido en mis sueños. La alarma de un teléfono resonaba en la habitación, parpadeo tras parpadeo logré mantener mis ojos abiertos, tome aquel blanco teléfono y apague la alarma con los ajos casi cerrados.
Tenía algo de sueño así que me di la vuelta para volver a dormir, a mi sorpresa la cara de aquel chico que conocí la noche pasada me asustó. Parpadie varias veces para analizar la situación, me levanté de la cama asustado de lo que pudo haber pasado la noche anterior, me mire de pies a cabeza y me di cuenta que lo único que vestía era ropa interior. ¿QUE MIERDA PASO ANOCHE?, asustado levante la sabana que cubría a aquel rubio y me di cuenta que el tampoco portaba ropa, en shock mire al suelo y las mil y un situaciónes malas vinieron a mi cabeza.

Ca- Uhg, kar apaga la luz aún es muy temprano.

Me dijo aquel despreocupado rubio, asustado le tome por los hombros y le levante de la cama.

Dime porfavor que ayer no sucedió nada sexual o romántico. -K

Ca- Pues no panecillo, me
comiste todo el nabo, porque la pregunta?.

Toda felicidad y esperanza se desvanecío de mi cuerpo , caí al suelo y asumí que ahora debía ocultar todo lo que había sucedido la noche anterior a mi padre.

¡Mi vida está arruinada!. -K

Ca- Son tan solo las siete, deja
de gritar aún tengo resaca.

Con los ojos llenos de irá tome a aquel tonto chico por la barbilla y lo hizo levantar la mirada.

Eres tan idiota, no compres que si mi padre se entera de esto me colgará de un árbol o me odiara toda su vida?. -K

Mi rostro paso de ser de enojó a tristeza, la idea de tener que soportar la vergüenza y odio que me tendría mi padre me destrozaba el corazón.

Ca- ¿Crees que eres el único con problemas no?, tengo una madre igual o peor que homophobica.

\NARRADOR: ESCRITORA/

Aquel de ojos verdes tomo su ropa y se vistió lo más rápido posible, con teléfono en mano salió corriendo de la habitación sin dar algún beso o abrazo de despedida a su amante, quien solo quedó tristemente recostado sobre la cama del hotel.

El castaño corrío hacia el elevador, mientras esperaba que el elevador bajase hasta el 1 piso, miro los su teléfono y noto 100 mensajes y 50 llamadas, todo por parte de su padre. Algunos mensajes preguntaban en donde estaba y que hacía, estos alrededor de las 11 de la noche, otros eran amenazas de que volviera o se iría a casa sin el, alrededor de ya la 1 de mañana, finalmente los últimos mensajes eran un "No puedo creer que hayas echo esto" y un "No quiero que vuelvas a casa".

Con los ojos ya cristalinos kar bajo del elevador y salió corriendo por la salida más cercana.
Los miles de ecenarios en su cabeza lo consumían vivo, en todos ellos el terminaba siendo rechazado por su padre y abandonado a su suerte por la deshonra que le causó.
Sus pies avanzaban lo más rápido que podían, las lágrimas y desesperación brotaron, el frío aire invernal chocaba en su cara evitando el sudor en su frente. Con la respiración agitada y machado de sudor paro en una calle, ecenarios donde su padre lo insultaba y humillaba inundaban su cabeza, con lágrimas en sus ojos retomo su camino. Con la poca fuerza que tenía se mantuvo corriendo hasta llegar a aquella gris y fría calle donde a lo lejos lograba ver, camino ya con la cabeza sudada y el rostro manchando de sus lágrimas. Frente aquel lugar donde paso toda su infancia se encontraba su padre, fumando un cigarrillo y un vino en mano miro con decepción a lo que antes llamaba hijo. Kar callo rendido a en la puerta de la panadería, con lágrimas en los ojos, nariz escurridiza y con la respiración agitada.

Su padre dio un sorbo a la botella de cerveza y le miro sobre la cabeza. Kar por lo agitado que estaba no podía ni fórmular una oración. El sonido de aquel viejo reloj quitaba el silencio de la situación.

K- V-venga dilo.

K- Di que me odias.

Tiks taks, zig zags, ya no le daba tiempo para pensar. Soll quería escuchar a su padre. Aquel hombre que kar admiraba solo se mantuvo en silencio mientras expulsaba el humo de su cigarrillo.

K- ¡Dime qué te da asco de mi. ¡¡¡Di que me odias, solo hazlo.!!!

El cariño le hiba diciendo adiós, el viento helado borraba los recuerdos de su padre.

K- Dime qué me odias, dime qué odias, vivo de tus paranolla.

K- Yo solo quiera agradarle a esos chicos, y unas cuantas historias que contar.

Aquel silencio que mantenía su padre lo asesinaba poco a poco. Las palabras de Carlos eran dichas con una voz débil, que daba pequeñas pausas para dejar salir quejidos de lamento. Destrozado kar se tiró al suelo y abrazo sus piernas en busca de paz. Su padre dio un gran trago a aquella botella de cerveza para después escupir a un lado de su hijo.

Después de tantas veces que acudimos a la iglesia juntos, después de orar por el descanso de tu madre, después de pedirle a Dios que nos diera una vida digna, el nos otorga todo esto y terminas de está manera. Te crie mejor que esto kar. -

No quiero verte, ve con ese marica, en mi casa no aceptaré a un homosexual que se acuesta con lo primero que ve, lárgate. -

Antes aquellas crueles palabras el llanto de Kar no hizo más que prolongarse y volverse más severo, aquel hombre que antes consideraba un padre le tiro un fago de billetes y una mochila con pertenencias del castaño,  para después marcharse dentro del local y azotar la puerta.

La mariposa y la polilla. Carola × KarchezWhere stories live. Discover now