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Narrador omnisciente

Anúbis estaba en shock, la sangre se exparcia por el suelo del Olimpo, junto a los restos de algunos dioses, mientras el, lo único que podía pensar era que debía sacar a México de ese lugar.

Japeto: Jajaja, pero que lindo chico~

Al escuchar esa voz reaccionó, cuando el Titan estuvo a nada de tocar al mexicano, Anúbis se apartó bruscamente mientras le gruñía.

Anúbis: Grrr, no te atrevas a tocarlo

Japeto: ¿Quién me lo impedirá? ¿Tú? Lamento decirte que no soy el mismo de antes.... Me volví más fuerte, y acepte ayudar a Cronos para vengarme... ¡DE TI!

Anúbis: ¡Inténtalo, te vencí una vez no será difícil hacerlo de nuevo, mal perdedor!

Japeto: ¡MALDITO ARROGANTE!

Japeto corrió hacia Anúbis, quién se mantenía tranquilo, viéndolo como si fuera el ser más insignificante del mundo, eso lo hizo enfurecer aún más, extendió su brazo con la intención de atrapar al egipcio, sin embargo este lo esquivo como si se tratara de un juego.

Japeto: ¡No esquives mis ataques, maldito perro!

Anúbis: Deja de joder y vete de una puta vez, o de lo contrário tendré que matarte... Tu elijes

Una sonrisa de proporciones abismales se formó en la cara del Titán, comenzó a reír mientras Anúbis lo veía con desprecio y desagrado.

Japeto: ¡JAJAJAJAJA, TE CREÉS FUERTE, PERO NO ERES MÁS QUE UNA SUCIA CUCARACHA!

Golpeó el suelo con tanta fuerza que este se abrió, causando que Anúbis soltará a México.

Japeto: Veo que eres muy apegado a este pequeño ser~ No te importara que juegue un poco con el ¿Cierto?~

Anúbis: ¡MALDITO, SUÉLTALO!

Japeto acercó a México a su boca, sacó su enorme lengua y cuando estaba a punto de lamerlo, algo lo detuvo..... Una horrible sensación recorrió su cuerpo, vió a Anúbis quién desprendía un aura de muerte, estaba realmente enojado.

Japeto: Jajaja ¿Q-qué sucede, ya te enojaste?

No recibió respuesta, Anúbis se acercó al otro a paso lento mientras sus ojos comenzaban a brillar de un intenso color rojo.

Japeto: ¿T-tanto te molesta que toque a esta cosa?...... ¡Pues te lo devuelvo!

Arrojó a México hacia Anúbis, este lo atrapó y lo coloco en el suelo con extremo cuidado, luego dirigió su mirada molesta al otro y se lanzó a este.

Anúbis: ¡VOY A MATARTE, PEDAZO DE MIERDA!

Japeto: ¡INTÉNTALO, ERES INFERIOR A MI!

Lanzó un fuerte golpe, el cual fue aprovechado por el otro para así poder escalar su gran cuerpo, Anúbis corrió por el brazo de Japeto, mientras esté le tiraba manotazos intentando alejarlo.

Japeto: ¡DEJA DE MOVERTE!

Anúbis: اذهب ميت! (¡MUERE!)

Anúbis salto al rostro del titán, y con sus filosas garras desgarro sus ojos hasta llegar al cerebro, en dónde dió el golpe final, Japeto cayó muerto mientras borbotones de sangre salían de sus ya inexistentes ojos.

Anúbis estaba cubierto de sangre, se acercó a México quién comenzaba a despertar y lo ayudó a levantarse.

México: ¿Qué pasó?.... ¡No mames! ¡¿Estás bien, te duele algo?!

Anúbis: Estoy bien, hay que buscar a los demás

México asíntio, y antes de levantarse dió una mirada al lugar, abrió los ojos con sorpresa al ver a aquel enorme ser en el suelo, lleno de sangre.