Cosas de casados.

🍄Día 26🍄

Le dedico este capitulo a la primera persona que diga "Naooo"

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—¿Estas seguro de esto?

—Claro, ya lo dije, si tú eres mi muerte es así como me quiero ir.

—Me asusta un poco.

—No te preocupes, saltemos Takemicchi. Estamos juntos y lo estaremos siempre.

Una sonrisa y palabras de consuelo, eso es lo que reciben ambos, agarrados de la mano mirando la inmensidad del vacío, juntos, siempre juntos, admirando maravillados el atardecer, el color rojizo y naranja, el calor suave que baña sus pieles en calidez dulce, siendo testigo de lo que ambos enamorados planean.

Las alturas y el viento se rompe cuando cierran los ojos y la barrera que los separa de la vida, se rompe.

Está bien.

Cuando cruzan el aire y se dejan golpear con el viento ambos sonríen.

Está bien.

Cuando sus manos se aprietan y Takemichi grita tal como tantas voces cerca.

Está bien.

Cuando su corazón se para, está bien, está con su esposo, Mikey le agarra la mano con fuerza reafirmando su promesa de hacerlo juntos.

Y así muere.

Dios, casi, casi y ya ve a South bailando samba.

Lo suyo nunca va a ser los juegos e altura, casi se muere de un infarto y sólo se calma cuando ya están de nuevo en tierra y los gritos alegres de Manjiro paran.

—¡Quiero subirme de nuevo!

Mientras la voz alegre de su esposo suena alegre y vivaz, Takemichi ya está vomitando en algún lugar porque siendo francos, el estómago no se le salió porque cerro la boca.

Las risitas de las demás personas suena muy fuerte a sus oídos y a duras penas sabe que está pasando, siente un nuevo apretón en su mano y se deja llevar.

No lo suelta.

—Takemicchi es muy sensible.

Va a contestar con una negativa porque él no era sensible, Mikey estaba hecho de hierro. Señor Jebus, casi se muere en ese juego del demonio.

—Me arrepiento mucho, Mikey-kun. Debiste subir sólo.

Su mano en ningún momento es soltada pues ambos yacen en una banca un tanto solitaria.

Se fija lentamente en su esposo, Mikey trae una sonrisa tranquila y dulce, llena de felicidad, le dan ganas de llorar, no sólo por el juego en el que casi se muere.

—Quiero caminar de tu mano lo que me resta del camino, que los cumpleaños que me falten siempre los pases conmigo.

—No juegues con eso, casi me rompes los dedos.

—Te juro que no estoy jugando cuando te digo que te amo.

Takemichi tose exageradamente, ¡van a sacarlos del parque!

—Mike-

—Te amo ¡Te amo! ¡TE AMO!

Mikey ríe cuando la mano que no sostiene de su esposo intenta callarlo con ahínco. Simplemente debía decirlo, no puede callarse, es así, su corazón acelerado presente reaviva el calor en su pecho, ¿cómo podía callarse?

Es tan fácil como decir que no puede creerse que aunque Takemichi sea un miedoso llorón nunca soltó su mano, lo agarró con más fuerza incluso, lo miró con inmenso cariño cuándo se emocionó por subir a ese juego infernal.

Esa es su manera de agradecer.

Takemichi sigue intentando callarlo cuan que está rojisimo, aún así no se detiene pues sabe que ha hecho reaccionar el corazón de su esposo, hinchado de felicidad aunque le da vergüenzas admitirlo, puede leerlo.

Mikey sonríe y sigue hablando con fuerza —Quiero caminar de tu mano, hasta que estemos muy viejitos, a tu lado los días malos son poquitos—.

Dicho esto, todo para.

Takemichi se detiene y aún no lo suelta.

Sus ojos brillan con excepcional espíritu.

Se quedan quietos en su lugar aunque Takemichi desea correr como alma que lleva el diablo.

—Nunca... Nunca te dejaré caer solo, Mikey.

—Lo sé.

Cuando ven a un encargado acercándose a ellos con el uniforme del parque saben que no es momento de pensar, es momento de correr.

Mientras se levantan juntos y comienzan a correr se miran, en ningún momento se han soltado.

—¡Takemicchi idiota, no me dijiste que amas!

—¡Lo siento, Mikey kun! ¡Lo que siento es mucho más que amor!

Y es así como las palabras dejan contento al mayor de ambos, que sonríe y levanta a su esposo del suelo aumentando la velocidad. Algo que sólo el invencible Mikey podría hacer por y solamente por Takemicchi, su Takemicchi.

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Alguien está llorando por Mitsuya y no les voy a decir quien soy.