Capítulo 8

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«¡Rayos, rayos y más rayos! Si le correspondo perderé el reto», pensó Jimin aún sin mover un mínimo pelo o alguna parte de su cuerpo.

¿Qué debería hacer Jimin? ¿Ustedes qué harían en su lugar?

A) Besarlo. 

B) Apartarlo. 

C) No hay una opción c, narradora babosa. 

En este caso, el rubio tomó la opción más tonta: B; apartarlo y huir como alma que lleva el diablo.  

—Pero… —musitó Yoongi al ver cómo su pareja huía de allí sin decirle nada en absoluto— ¿No le gustó mi beso? —se preguntó a sí mismo mientras formaba un pequeño puchero. 

Nuestra víctima sabía que había algo raro en todo este revoltijo, y cree haberlo descubierto, pues había encontrado una cámara escondida detrás de una planta de plástico.

Y aparte de eso, su pareja le había correspondido por unos segundos pero después de ello salió huyendo del lugar.

—Creo que ya comprendo. Bien. ¿Quieres jugar así, Park Jiminie? Jugaremos como lo deseas. —habló decidido a lo que haría a continuación. 




●     ●    ●




—Uff, ¡eso estuvo cerca! —exclamó Jimin mientras fingía quitar una gota de sudor imaginario de su frente.

—¿Qué cosa estuvo cerca?

Automáticamente el de cabellos rubios se tensó, no esperaba que su novio volviera a buscarle después de “rechazar” uno de sus besos.

—¿Te comió la lengua el gato, amor? —Yoongi sonrió al estar enfrente del otro, quien tenía la cabeza gacha para no mirarle— Aparentemente sí.

Aquella exclamación tenía doble significado: 1- Su teoría era cierta, 2- A su pareja sí le comió la lengua el gato. 

Miró cómo Jimin se levantaba de la cama y caminaba en silencio hasta la puerta, decidido a escapar.

Pero Yoongi no se lo dejará fácil a partir de ahora, claro que no.

—¿A dónde vas, mi cielo? —preguntó, pero no recibió respuesta (como lo esperaba)— ¡Oh, Jimin está mudo! —sonrió de manera traviesa— Entonces no te importará si hago esto…

Dicho eso, se tiró en la cómoda cama matrimonial que compartían y desacomodó todas las sábanas.

Y entonces sucedió.

El lado del orden extremo y limpieza absoluta de Jimin se activó más rápido que una chispa de electricidad.

—¡Eres un...! —antes de exigirle que organizara de nuevo la cama, guardó silencio.

Eso había estado cerca, demasiado.

—¿Soy un qué cosa, amor? —sonrió el mayor con malicia y coqueteo a la vez. 

«Voy a gozar de esto», pensó Yoongi. 













24 HORAS IGNORANDO A YOONGI. ➸yoonminWhere stories live. Discover now