Un Perro Para Una Perra

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Mi nombre es amanda soy de piel clara, rubia, cenos grandes, culo enorme y cintura pequeña, mi esposo es un pésimo follador, tengo cinco años de casada con el y nunca me ha follado como quiero el es mas lento en esto y su pequeña polla no le ayuda, tengo que imaginar cosas porque el no logra exitarme lo suficiente.

—amor mi hermana me pidió que lo llevara a la perrera para que lo sacrificara ya sabes que su esposo odio a los perros pero no puedo hacerlo ¿que te parece si lo adoptamos? —me dijo mi esposo Marcos, el perro era un husky grande , mierda lo que faltaba un perro, no entiendia porque si su marido odiaba los perros adoptaba uno, .

—amor adoptarlo seria una decisión difícil —dije fingiendo tristeza por el perro.

—vamos, piensalo en la tarde me dices tu opinión, descansa debes estar agotada por lo de anoche —le dijo su esposo, ella quiso reírse era grasioso que él pensara que era el todas mías si era tan malo en el sexo —por cierto su nombre es Marcos igual que yo, bueno adiós nos vemos en la tarde, se buen chico Marcos —se despidió .

Amanda llevaba una bata de encaje color negro y abajo una lencería color rojo ya que anoche su esposo le había dado la "mejor cogida de su vida".

Enseguida después de que su esposo se fue amanda se dirigió a la cocina, se sirvió un poco de café y enseguida sintió al perro restregar su ocico contra su culo.

—¿te gusta mi culo? —le pregunto amanda al perro y como si este entendiera restrego su ocico aún más.

—Marcos quítate —le ordenó y enseguida Marcos se marcho a una esquina y se acosto.

Amanda se preparo su desayuno unas fresas con crema vatida, su esposo le marcó y le aviso que llegaría tarde así que le diera de comer a Marcos y no fuera tan dura con el.

Amanda volteo a ver Marcos y lo vio lamiendose la enorme polla que tenía, podía jurar que eran más de veinte sentimetros pero aún no era toda, eso la éxito, tan sólo imaginar a ella en cuatro y aquel perro montandola metiéndole esa enorme polla un y otra vez en su vagina la exitaba demasiado, agarro la crema batida y se fue al sillón y enseguida Marcos la siguió.

Amanda pensó "que pasara si soy su perra" pero también penso "esta mal" "solo será una vez".

—bien Marcos veamos qué maravillas puede hacer tu lengua —dijo amanda mientras agarraba la crema vatida y se la untaba en sus enormes senos y bajaba hasta su coño.

Enseguida el perro se hacerco y empezó a lamer su coño, su lengua larga y viscosa la estaba penetrando.

—mierda, más, más, sigue —gemia como loca, por dios esa lengua la hacía gemir y mojarse.

Ella se acariciaba sus senos y se los pellizcaba para más placer.

Su lengua tocaba su clitoris y la hacía gemir como loca.

—más, quiero más, Marcos, mierda marcos —olvido que era un perro y empezó a imaginar que era su esposo mientras jugaba con sus senos.

Después de unos minutos amanda quería más pero primero quería estimular al animal, se puso en cuatro y el perro le empezó a restregar su enorme polla en su rostro, se sentía como una puta sucia, empezó a lamerle la punta y noto que era ancha de hecho con dificultades le cabía en la boca, empezó a metersela de poco a poco, se la mamaba lentamente ya que era enorme, su enorme polla y sus bolas las mamaba hasta que el animal se corrió en su boca, le salió tanta leche que casi se ahogaba pero estaba tan exitada que se tomó casi toda, una poca se callo al piso así que empezó a lamela como toda una perro.

Enseguida el perro se puso atrás de ella y se la metió en su coño lubricado de una y ella grito, su polla era enorme y ahora si empezó el sexo rudo que quería, el perro se la metía y sacaba tan rápido que sentía que la partiría en dos.

Gozaba tanto, sus cenos se agitaban conforme a las envestidas que le daba.

Ella gemia y gemia hasta que llegó al orgasmo pensó que él pararía pero no incluso aumentó la velocidad y fuerza, la hacía gemir de placer.

Después de unos minutos más el perro se corrió llenandola de su semilla amanda pensó que terminó pero no el quería más.

—no marcós ni a mi marido le permito por ahí —le regaño mientras intentaba cubrirse su culo con la mano ganándose una mordida del animal, amanda se quejo y Marcos aprovecho y se lo metió en su culo y amanda grito de dolor.

—mierda, Marcos tonto —se quejaba.

El animal espero unos minutos para después empezar a envestirla.

Ella empezó a acostumbrarse al dolor y empezó a gozar como loca.

Las envestidas eran rápidas y fuertes que no hicieron en tardar a que se corrieran al mismo tiempo.

Calleron rendidos al parecer amanda cambio de parecer sobre regalar a Marcos después de esta cogida.

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