c a t o r c e

85 8 4
                                    

Cuando salgo de los juzgados llamo a Ryan para decirle que ya he presentado la demanda de divorcio.

—Voy a entrar ahora a la reunión con la tutora de Ana— Le oigo algo nervioso.

—¿Y qué tal estás?— Digo indiferente.

—Nervioso, normalmente es Ava la que viene a estas cosas—

—No te preocupes, eres un buen padre, lo harás genial—

—Gracias— Dice tras un largo suspiro.

—¿Quieres que hagamos algo cuando salga?—

—No lo sé...—

—¿No lo sabes?— Dice molesto.

—Quería pasar por casa de Kate—

—O por casa de Arthur—

—Eso no es asunto tuyo— Digo subiéndome a un taxi.

—Lo sé, lo siento, yo...—

—Te espero en la puerta del colegio, pásame la dirección—

—Vale— Oigo como suelta una risa nerviosa.

—Hasta ahora— Digo antes de colgar.

...

—¿Qué tal ha ido todo?— Digo subiéndome a su coche.

—Me ha dicho que están pensando en subirle de curso—

—¿En serio?— Abro los ojos sorprendida.

—Y lo del tema de Heather... dice que seguramente hablen con sus padres, pero no creo que lo hagan—

—¿Para eso le pagáis un colegio privado?— Digo mirando por la ventana.

—¿Verdad?—

—Podrías enseñarme San Francisco— Digo mirándole mientras conduce.

—¿No lo viste cuando viniste a la boda de Kate?—

—No vi mucho—

—¿No fuiste a la playa, verdad?—

—No—

—Bueno, pues vamos para allá— Me guiña un ojo.

...

—Nunca me contaste lo de Edwin—

Al oír ese nombre algo en mi se revuelve por dentro.

—¿Lo mío o lo de Beth?—

—Lo tuyo, bueno, lo de Beth tampoco—

—Me daba miedo darte asco por haberme dejado hacer esas cosas—

—Nunca te hubiese juzgado por haber sido víctima de un abuso—

—En ese momento no lo vi así— Me encojo de hombros.

—Bueno, éramos críos supongo—

—Oye, sé que esto está siendo duro pero solo es el principio, necesito que seas fuerte— Digo poniendo mi mano sobre la suya.

—La semana pasada cuando os vi tomando el té...— Sonríe nostálgico.

—Te dio la corona de Ava, ella no suele dejar que nadie la toque—

—Es una niña preciosa— Digo recordando la ternura que me transmitía.

—Lo sé, me da pena que vaya a vivir todo esto—

—No te preocupes, intentaré hacer lo que sea posible para que Ana no sufra—

—¿Tendrá que ir a los juzgados?—

—Si no llegamos a un acuerdo, sí— Ryan suspira. —Pero... yo veo que ha asumido bastante bien el hecho de que no viváis juntos, quiero decir, no ha hecho preguntas ni ha tenido ninguna rabieta...—

—Eso en una niña es un gran acto de madurez— Añado viendo que no se tranquiliza.

—Ava y yo lo estamos haciendo todo tan mal...— Su voz se rompe y le abrazo.

—El amor no puede con todo, ya lo sabes—

Cuando nos separamos observo el atardecer y siento mucha paz.

Ambos miramos en silencio el atardecer hasta que se hace de noche, es mucho tiempo en silencio pero no es incómodo.

Me siento muy a gusto con su compañía, y eso es algo que no me pasaba desde hace mucho tiempo.

—Solo quiero que sepas que...— Suspiro.
—A pesar de todo lo que hiciste se ve que te has convertido en una persona maravillosa, eres un padre estupendo y... bueno no eres tan buen marido pero...— Nos reímos. —Pero me alegro de que hayas madurado—

—Gracias— Fija su mirada en mis ojos haciendo que me ponga nerviosa.

—¿Qué pasa?—

Niega con la cabeza y vuelve a mirar al frente.

Eleven (Serendipia III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora