CAPÍTULO 11

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Singto nunca olvidaría la mirada en el rostro de Krist con su boca abierta y los ojos abiertos de par en par, no por todo el tiempo en que viviera.

 No todos los días un hombre le decía a su compañero que lo amaba. Era aterrador y espantoso y francamente tenebroso, pero la expresión asombrada en el rostro de Krist bien valió la pena cualquier incomodidad que Singto pudiera haber sentido.

Singto sabía que Krist se preocupaba por él, pero a pesar de sus palabras, no sabía si Krist realmente lo amaba.

Podría esperar.

Podría preguntarse.

Pero hasta que Krist realmente no dijera algo, Singto sencillamente no lo sabría.

Antes de que Krist pudiera contestar, Singto se volvió y se dirigió hacia la puerta trasera. No podía quedarse ahí y escuchar a Krist comenzar a refutar lo que Singto esperaba que el hombre sintiera. Prefería enfrentarse a quien fuera que los estuviera esperando afuera a escuchar que a Krist no le importaba.

—Krist, ¿Earth está listo para partir?—Singto preguntó a través del vínculo que tenía con Krist.

—Sí— dijo Krist en voz alta detrás de Singto.

Singto se dio la vuelta para ver a Earth y Krist parados en el arco que conducía a la sala de estar. Krist estaba junto a Earth, agarrando la mano del hombre. Singto asintió y se volvió de nuevo hacia la puerta. Esperó hasta que escuchó a todos caminando detrás de él y luego tomó la manija de la puerta.

—Earth, tan pronto como pasemos por la puerta, corre al bosque tan rápido como puedas.

—Entendido— dijo Earth.

Singto se echó a reír cuando escuchó que Krist hizo eco de las palabras de Earth. Incluso Prigkhing parecía estar en ello, dejando escapar un pequeño sonido indescifrable.

Singto lanzó una última mirada por encima de su hombro a su pareja y luego se volvió para abrir la puerta.

Salió tan rápido como pudo. Quería a todo el mundo afuera y corriendo hacia el bosque antes de quien fuera estuviera esperando por ellos, supiera lo que estaba pasando.

Singto se dirigió al bosque, manteniendo una estrecha vigilancia en los árboles. Rezó para que no estuvieran corriendo al bosque exactamente a donde ellos los estaban observando.

Eso apestaría seriamente.

Singto mantuvo a Earth y a los niños entre él y Krist mientras corrían. Casi se echó a reír cuando un loco pensamiento entró en su cabeza. ¿Por qué demonios algunas personas tenían que tener un patío tan malditamente grande? Parecía que ellos seguían corriendo y corriendo.

Justo cuando parecían alcanzar el bosque, oscuras figuras en la línea de los árboles repentinamente tomaron forma frente a ellos. Singto zigzagueó a su derecha y se detuvo frente a Earth y los niños. Levantó las manos a sus costados y comenzó a retroceder con la pequeña fiesta de personas que él juró proteger de regreso a casa.

Las figuras que salieron de la línea de árboles tomaron forma, entrando en la poca luz que bajaba de la media luna que colgaba en el cielo. Singto instantáneamente reconoció a Timmins y a un par de los otros, todos familiares de Timmins.

Los otros hombres parados con Timmins eran completos extraños, pero por el fuerte olor a sangre vieja que olía, Singto estaba bastante seguro que ellos eran vampiros.

—Timmins.

—Entréganos al chico, Singto —dijo Timmins— y te puedes ir.

Al principio, Singto pensó que Timmins estaba hablando de Krist, y sintió una corriente interior de rabia hormiguear debajo de su piel. Cuando los ojos de Timmins se movieron más allá de él, y Singto se volvió para mirar, se dio cuenta que Timmins estaba mirando a Earth.

ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇ ᴀ ʜᴏᴍʙʀᴇ // 𝑺𝒊𝒏𝒈𝒕𝒐𝑲𝒓𝒊𝒔𝒕 ♡ 3 ♡Kde žijí příběhy. Začni objevovat