Capítulo ocho: tu ayuda es crucial.

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POV de Amanda

Dejé el examen que acababa de terminar sobre la mesa del profesor y salí de la clase nerviosa.

Esperaba que esta vez sacaría una buena nota, cosa que no sucedía muy a menudo ya que en vez de estudiar iba a fiestas.
Pero gracias a querer darle celos a Mike por fin había entendido matemáticas, y además había hecho un amigo.
Aunque no estaba segura de que Lucas me considerara como amiga.

En el pasillo me encontré con Liv, quien al verme me sonrió, acomodándose un mechón de cabello detrás de la oreja. Venía caminando, como siempre, con la gracia de una súper modelo, meneando sus caderas y sus largas piernas avanzando con perfección, sus tacones resonando en la valdosas del suelo. En esta ocasión, llevaba unos tacones blancos con plataforma de corcho, una falda lila pálido y una blusa blanca. Traía una cadena de oro que iba a juego con sus aretes. Además, no faltaba su mimado bolso Louis Vuitton, el cual no era para nada diseñado para llevar al colegio, nada práctico, pero ella siempre prefería la apariencia que la comodidad.

-Te ves nerviosa- me comentó acercándose hacia mí.

-Acabo de dar un examen de matemáticas y espero aprobar.

-Cariño, si no estudias no vas a aprobar- dijo obvia cuando llegó a mi lado.

-De hecho, sí estudié. Con Lucas.

A la mención de su nombre, la sonrisa de la cara de mi mejor amiga se esfumó.
-Amy, cariño- comenzó. -Debes entender que ni puedes andar con ese nerd. Tienes una reputación. Eres la chica más linda y popular de la escuela y él es... Nadie.

-No es 'nadie'- me quejé. Ella no lo conocía, no sabía cómo era él. No tenía derecho a opinar.
Lucas si era alguien. Era un chico inteligente. Era mi amigo.

-Lo que sea, linda. Nos vemos- dijo y se alejó, haciendo que algunas miradas la sigan, pero en cuanto yo comenzé a caminar, todas las miradas la abandonaron y se posaron en mí. Yo sabía que ocurriría eso. Así era siempre.

-

Entré al salón de matemáticas, la profesora me había pedido que vaya y estaba muy nerviosa. ¿Y si había reprobado trágicamente? ¿Y si me había llamado para preguntarme cómo coño era posible sacar tan mal puntaje? ¿Y si iba a darme la noticia de que había sacado el puntaje más bajo de la historia y roto un récord?

-Adelante, señorita Stalks- dijo al verme parada en el umbral de la puerta.
Avanzé y, como éramos las únicas dos ahí, había un silencio que sólo era interrumpido con el golpe de mis tacones contra el piso de valdosas. Cuando llegué frente a su mesa comenzó a hablar. -Estube revisando su examen, y sus tareas recientes.

Tragué saliva.

-Y noté que está mejorando notablemente. Sacó un 97% en el examen. La felicito.

Tuve que hacer mucho esfuerzo para aguantarme el grito de alegría que amenazaba con salir de mi boca. Estaba muy sorprendida, y noté que ella también.

-Ha estado estudiando, puedo ver.

-Sí, pero con ayuda- admití.

-¿Maestro particular?

Negué con la cabeza.
-Lucas Andrews.

La profesora abrió los ojos aún más sorprendida que antes. No la culpaba, la chica popular engreída con el tímido y amable nerd.
-¿Lucas Andrews?- repitió incrédula. Asentí.
-Bueno- apoyó ambas palmas sobre la mesa.
-Pues hizo un gran trabajo. Sigue así, Amanda.

Me entregó la hoja del examen y admiré la marca con bolígrafo rojo que leía 97% rodeado por un círculo, en una esquina superior de la hoja.
¿Con que así es cómo se siente sacar buenas notas?

Aún incrédula y muy satisfecha, comenzé a alejarme de ella pero me detuvo.
-Una cosa más- dijo y volteé sobre mis talones, sintiendo mi falda levantarse un poco y girar, tal cómo en las prlículas. -Quisiera darte una tarea extra. Para seguir probando tus habilidades.
Agarró una de las ojos que estaban sobre su mesa y me la tendió, así que me acerqué y la saqué de su mano.

Asentí y me despedí antes de retirarme. Estaba más que felíz de haber aprobado y con tan buena nota, todo gracias a Lucas. ¿Qué sería de mí sin el?

Me imaginé su adorable sonrisa cuando le diera lad noticias.

Lo encontré junto a unos casilleros intercambiando unos papeles y cuadernos con sus amigos y corrí hacia él.
-¡Lucas!

Se volteó algo confundido, y cuando los ojos de Nate me vieron casi vuelven a salirse de sus órbitas y quedó boquiabierto de una manera muy graciosa y adorable. No me miraba de manera pervertida como los otros chicos. Y Lucas, bueno, él me miraba como si nada. Como si fuera cualquier persona. Y eso me encantaba.
Pero a la vez me confundía, porque esk no me ayudaba a descifrar qué opinaba sobre mí.

-¡Lucas!- insistí cuando lo alcanzé. -¡Saqué un 97% en matemáticas!- chillé emocionada, liberando lo que había contenido frente a la profesora.

Sonrió. Ah, esa sonrisa.
-¿De veras? Bien hecho- me felicitó.

-Fue gracias a ti. Sin tu ayuda habría sacado un 5%.

-No hay de qué- se alsó de hombros con su media sonrisa.

-Gracias- dije, y antes de notarlo, algo me impulsó y lo abrazé. Lucas se quedó quieto en el lugar y me aparté. -Perdón, fue un impulso- me disculpé.
De reojo, pude ver que Jessie no estaba lo que se dice a gusto con mi presencia, y la mandíbula de Nate se había caído al suelo.

Me acomodé el cabello detrás de la oreja.
-Uhm, Lucas, me preguntaba si mañana podrías ir a ayudarme con una tarea extra que me dejó la profesora.

-Pero si sacaste un 97%, ya entiendes. Puedes perfectamente hacerlo tú sola.

Me di cuenta de que tenía razón, pero también de que no éramos suficientemente cercanos como para volver a vernos sin que sea por tarea, y de que probablemente no sabría de qué hablarle para mantener contacto y ahí terminaría todo. No iba a permitirlo, aún estaba determinada en conocer bien a ese chico.

Pensé rápidamente en una excusa.
-Ah, es que...eh...es...es un tema que no entró en el examen.

Lucas me miró algo dudoso.

-Y como no entraba en el examen...no lo hemos estudiado- agregué para tratar de hacerlo más creíble y convincente. -Así que no lo entiendo, y tu ayuda es...crucial. Ajá. Crucial.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al escuchar aquella palabra salir de mi boca.

-Por favor, ¿me ayudarías?- supliqué. Iba a morir si decía que no.

Se lo pensó un rato, mientras yo sufría en silencio e iba perdiendo esperanzas.
-Está bien. Lo haré- aceptó finalmente.

No pude evitar sonreír como maniáca. Acababa de ganar por lo menos una tarde más con Lucas Andrews. Eso me daba más posibles oportunidades.
No escondí mi emoción.
-¡Gracias, gracias! Mañana a mi casa, ¿entonces?

-Claro- asintió.

Creo que nunca me había sentido tan feliz de haber mentido.

Él Es Un Nerd [EDITANDO]Where stories live. Discover now