Ambos se conocen desde muy chicos cuando Tom vivía enamorado de Zendaya, sin embargo ella nunca la pudo corresponder. Muchos años más adelante se reencontrarán de la manera más curiosa
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“Tom, Pauline, Timothee”
El momento más importante de la vida de Zendaya estaba por comenzar, se suponía que era lo que estaba esperando sin embargo la vida le había saboteado los planes, el brillo de sus ojos ya no estaba ahí y una falsa sonrisa se pintaba en sus labios, iba del brazo que a la vista de todos la hacía lucir como la estrella más inalcanzable sin embargo ella por dentro se encontraba muerta, sentía que había la gran probabilidad de no volver a ver a Tom nunca más y también que iba a estar destinada a uno de los peores castigos de su vida, permanecer al lado del hombre que le arrebató la vida a quien tanto ella amaba.
¿Zendaya piensas que este momento va a ser crucial en tu carrera?.
¿Zendaya, pronto la podremos ver de blanco?.
¿Zendaya, es cierto los rumores de tu embarazo?.
...ahí se encontraban los paparazzis, como siempre intentando sacar migajas a costillas de los demás, Tim sonreía a las cámaras con esa mirada tan angelical que tenía, la castaña no podía creer como alguien tan cruel podía tener el privilegio de sentir paz, ella solo agachaba la mirada y sonreía.
No actúes como mustia y habla.
Le ordenó Timothee en un susurro al oído, pero ¿Que ganas podía tener la chica de ser la misma de siempre?. Se sentaron en los mejores lugares cerca de donde estaban los de elenco y así la película comenzó. Pero ella no se podía concentrar para nada, sus ojos comenzaron a cristalizarse, sentía un vacío en su interior que no podía comprender todo dentro de ella era un mar de confuciones, y bastaba con una pequeña lágrima para desatar un mar.
...deja de llorar, aquí hay mucha prensa.
Le dijo Timothee entregándole un pañuelo, pero era muy tarde la chica ya no podía frenar su llanto.
...te ordene que dejaras de llorar.
Le pedía molesto el chico quien ya había visto a un paparazzi poner sus ojos sobre ella y preparar su cámara.
No puedo.
Exclamó la chica con la voz cortada y eso desató la furia del chico que de por sí ya estaba bastante tenso.
¡Sí puedes, deja de hacerlo o voy a matarlo!.
Una amenaza más sobre la vida del hombre que amaba le basto para derramar más lágrimas de lo normal.
...¡Cállate o te juro que le voy a volar los cesos a cada uno de los que están aquí, y después a ti amorcito, porque si no eres mía no eres de nadie perra!.
