Nace una nueva amistad

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Han Jisung : 4 años, castaño.

Lee Minho: 5 años, azabache.

°°°

Pasó una semana para que ambos niños volvieran a verse, Han Jisung en búsqueda de impresionar a su nuevo amigo se puso sus mejores prendas que consistían en un overol de mezclilla junto con un suetercito azul cielo y sus zapatillas blancas, su mami le dijo que se veía muy bonito y él le creía.

Bajando la escalera dando pequeños saltitos subió a un sillón cerca de la ventana para poder ver el momento en el que llegara su hyung.

- Sunggie baja de ahí, puedes caerte. - ordenó la señora Han viendo como su hijo apenas y podía sostenerse del respaldo.

- Está bien. - estaba a punto de dirigirse con su mamá cuando el timbre sonó provocando que fuera rápidamente a abrir la puerta, bueno a tratar de abrirla, todavía no sabía girar el picaporte.

- Dame permiso hijo, sino no podré abrirla. - dando paso a su mamá apenas y vio a su hyung se lanzó hacia este haciendo que el peluche de gato del contrario cayera al suelo.

- ¡Hyung, sí volviste! - exclamó el castañito dándole un gran abrazo de oso.

- Tuve qué, me obligaron. - contestó tratando de  ver fríamente a su progenitora, pero, en lugar de darle miedo ella le tomó una foto.

- Ven, vamos a mi habitación. - entrelazando sus manitas corrieron directo al cuarto de Jisung, no sin antes haber recogido al peluche de Minho.

El cuarto de Han estaba pintado de azul celeste con dibujos de pequeñas nubecitas blancas, tenía un gran baúl con sus juguetes, una mesita de noche, un escritorio donde yacían varios dibujos y su cama junto con el Sr. Ardilla.

- ¿A qué jugaremos hoy? - preguntó el castañito acercándose a su baúl, sin embargo, se detuvo de nuevo al no conseguir respuesta. Un poco enojado llevó su mirada a su hyung para ver que acariciaba a su gatito mientras estaba sentado en su cama. - ¡Hyung, le estoy hablando y de nuevo no me hace caso!

Lee Minho al ver que de nuevo ese pequeño niño hacia un puchero dejó a su nuevo acompañante, Dori, en la cama y bajó a ver que quería ahora.

- ¿Podemos dibujar? - fue lo único que se le ocurrió para hacer que el castañito volteara a verlo.

- ¡Sí! Iré por mis crayolas.

°°°

Diez minutos más tarde el suelo de la habitación de Jisung tenía regados dibujos por cualquier parte, cualquiera podría diferenciar cuáles había hecho cada niño, pues por un lado habían puros gatos y por el otro había desde aviones rojos hasta ardillas usando sombreros.

La señora Han los observaba desde el marco de la puerta, sabía que había hecho bien en invitar a un compañero de juegos para su hijo, así que lo dejaría jugar otro rato y luego los llamaría para cenar.

- Hyung, ya me aburrí, ¿quiero jugar a otra cosa? - dijo Sung llamando la atención de Minho.

- ¿Qué quieres hacer? - contestó dándole los toques finales a su dibujo sacando un poco su lenguita para mayor concentración.

- Juguemos a las escondidas.

- Okay, yo cuento y tú te escondes.

- ¡Está bien! - tomando a su ardillita corrió escaleras abajo para esconderse en la mesa de cocina, pues esa tenía un mantel que lograba llegar hasta el piso, ¡era el lugar perfecto!

Por otro lado, Minho tomó de nuevo a su gatito y se sentó a dejar que el tiempo pasara, pues claramente había escuchado que el castañito bajó las escaleras y abría una puerta, la única puerta que había allá abajo era la de la cocina.

Ya habían pasado algunos minutos, así que bajo las escaleras y se adentró a la cocina.

- ¿Dónde se habrá metido Jisung? - preguntaba al aire escuchando una pequeña risita debajo de la mesa. - Creo que no está por aquí, saldré a preguntarle a mi mamá. - dijo cantarín haciendo como si saliera del lugar pero se escondió a un lado del refigerador. 

Como ya no se escuchaba nada de ruido, Sung salió de la mesa dispuesto a salir corriendo para ganar el juego, lo que no se espero fue que el gatito de su hyung lo golpeara directamente en la cabeza.

- ¡Auch! - se quejó mientras se sobaba.

- Ja, yo gané.

- Te voy a acusar con tu mamá. - dijo Hannie mientras le sacaba la lengua y salía de la cocina. - ¡Señora Lee!

- ¡No le creas nada de lo que te diga!

Sí, primero se volverían buenos amigos...

¡Quiero ser un gato!Where stories live. Discover now