Ocurrencias, tragos y verdades.

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El complejo vengadores se podría describir con una palabra.

Caótica.

Por la torre se escucha una canción y por los más largos pasillos de lugar se ve a dos completas divas, deslizándose en calcetines.

—Más rápido Stark— Natasha se inclino al frente, mientras daba vuelta sobre su eje, para ver cómo el filántropo intentaba seguirle el paso. —Si no te apuras, me tomaré todo el vodka yo sola— salió disparada y en automático él salió con mayor velocidad.

—Eso no loca, el vodka no.— ahogo un gritó al casi estrellarse contra la pared del minibar.

—Oh si, el vodka si— dijo, con una sonrisa abrió la caja de botellas de vodka ruso que le envío su hermana. —Oh Yelena, nunca antes te ame tanto como ahora.— destapó las primeras dos y le pasó una a su amigo.

—Agradece a tu hermana de mi parte— brindaron y bebieron hasta perder la conciencia de sus actos.

Al ver qué solo quedaban algunos pares de botellas se miraron entre ellos, decidiendo qué hacer.

—Mira, Yelena mando 15 botellas para todos, y nos dejaron solos con ellas. Quedan menos de la mitad y ellos no están.— le sonrió y le entrego 2, y guardo 2 para ella —Desde Rusia a nuestro hogar, está nos las terminamos ahora y las demás para después, que ellos se jodan por no habernos invitado a cenar con ellos.—

Termino y volvió a poner la música mientras se amarraba el cabello, Tony se puso un lazo en forma de diadema en la cabeza pensando en la canción que la femina acababa de poner.

—Y me solté el cabello— cantaban a todo pulmón y con toda el alma siguiendo las indicaciones de la música —Me vestí de reina, me puse tacones y yo ya era bella.

La noche es joven y el alcohol apenas a hecho efecto en ellos. Por aproximadamente dos horas cantan y bailan como si su vida dependiera de ello.

En algún momento y entre la bruma del alcohol, terminaron enredados entre las luces del árbol navideño al "intentar" quitárselas para usarlas de regalo para sus "conquistas" que vendrían siendo el trapeador y la escoba de los señores de intendencia.

—Tony, ¿Cómo dijiste que se llama este galán?—

—Él dice que se llama Gastón, y que ella es Úrsula— lo miro como si tuviera tres ojos.

—¿Cómo los villanos?— ambos botaron los utensilios de limpieza. Aburridos ya del tema. —¿Sabes bailar Ballet?

—¿Si?

—Bien, ¿Quieres bailar conmigo?

—Claro bella dama— le tendió la mano y ya parados ambos, tomaron camino en dirección a la sala de entrenamiento de la espía.

A media danza en pareja se detuvieron frente a frente, con una duda en los ojos y la cara a centímetros, una de la otra.

Una lágrima bajo por la mejilla de Natasha.

—Tony, esto duele.— más lágrimas acompañaron a la primera.

Tony la atrajo en un abrazo y le susurro al oído algunas palabras de aliento.

—Lo sé, linda, lo sé. Nunca creí que ellos serían capaces de hacernos algo así.— le acaricio la espalda —Nunca espere algo así de Pepper, menos de mi mejor amigo.

—Pero- ¿Por qué?— sollozo más fuerte, su llanto le rompía el alma, con cada lágrima sentía una daga más directo al corazón.

—No llores, él no vale la pena— la sostuvo de los hombros y la enderezó para que lo viera a los ojos. —Ninguno de los dos vale la pena.

—Nos íbamos a casar Tony, fui tan ilusa.

—Yo también.

—Y creó que ni siquiera lo amaba— río amargamente. Él, confundido, la miro de vuelta, expectante. —Vamos Tony, no se cómo no te diste cuenta. Siempre has sido tú.

—Natasha Romanoff, ¿Sería tan amable de concederme está pieza como signo de mi amor?

—Si señor Stark. Siempre.

Comenzaron a danzar a un ritmo lento y sincronizado, Tony con su brazo alrededor de ella y ella con su cabeza entre su hombro y su cabeza. Por un momento fueron solo ellos, no había nadie más en el mundo, todo se había vuelto un simple escenario nebuloso, con marcas y cicatrices de ser recuerdos dolorosos que solo ellos conocerán.

Se separan después de algunos minutos en los que se movieron siendo uno mismo, sus miradas se cruzaron y nunca esperaron ver tal amor en la mirada del otro. El destino los hizo compañeros, pero la vida los hizo almas gemelas.

Él reconoce la mirada que ve en el rostro de la chica, hay salvajismo, y deseo; puede ver cómo brillan, como anhelan algo que él está interesado en darle.

—Nat…

—Dime

—¿Te gustaria escapar unos días? ¿A mi lado?

—Es repentino, pero estoy totalmente dispuesta. Y no es como si alguien me esperara.

Salieron de aquel salón. Ambos prepararon maletas para tal vez, algunas semanas.

—Volveremos— le aseguro, ella asintió en respuesta.

—Ahora o nunca—  abordaron un avión y escaparon de todo lo que los agobio durante tanto tiempo.

Viajaron por medio mundo intentando olvidar sus penas, suerte tuvieron de estar juntos, porque, olvidaron todo. En las noches gemían, y olvidaban hasta sus nombres al caer en el placer que era estar juntos.

Un mundo determinante los esperaba al volver, dos rubios completamente furioso los por su escapada y un grupo de chismosos.

Lo que los demás desconocían, es que una mañana antes, habían despertado con sortijas y papeles que confirmaban su matrimonio, en un hotel cinco estrellas, cerca de un casino en los angeles, y ciertamente, muchos videos de ellos haciendo tonterías.

Hicieron frente a sus exparejas, sumamente furiosos, porque eran la primer razón por la que habían huido y ellos no parecían arrepentidos de haberlos herido de forma tan cruel.

Porque un engaño nunca se olvida. Y una infidelidad se graba a fuego en cada músculo del cerebro.

Pero allí están, casados después de la ebriedad y con un bollo en el horno.

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Ok, esto originalmente iba a ser un fanfic de comedia en el que ellos arian tonterías de ebrios, pero cuando empecé y me di cuenta ya había escrito todo un drama.

Originalmente esto iba a ser Pepperony y Romanogers. No sé cómo lo termine haciendo IronWidow. XD.

One-shots. Natasha RomanoffTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang