37) Zalgo...

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Desperté poco a poco por una punzada en la cabeza que me estaba irritando, me quejé en bajo y trataba de abrir los ojos pero la pesadez en ellos me hacían sentir cansada. Parpadeaba de forma lenta y veía borroso, no sabía en donde estaba pero lo último que recuerdo es haber saltado a una especie de luz no recuerdo muy bien qué pasó.

- Hey...- dijo una voz masculina, escuchaba el eco de este.- Despierta.- dijo una vez más.

Me quejé y tratando de mirar a mi alrededor intenté hacerlo pero todo estaba borroso y escuchaba los sonidos como un eco.

Sentí unas manos en mi cintura y mi espalda.
- Tranquila, te ayudaré.- dijo él.

Con ayuda logré sentarme y mi espalda se apoyó en lo que parecía ser el tronco de un árbol. Dejé caer mi cabeza hacia atrás apoyándose de igual forma.
Traté de normalizar mi respiración y poco a poco fuí abriendo los ojos, apesar de mi debilidad y todo lo veía muy distorsionado, la luz del sol iluminaba la zona donde estábamos. Pareciamos estar en un bosque, había hojas de los árboles en el suelo y caían como pasa en otoño.

Unas ganas de devolver el estómago me invadieron así que a mi costado había una roca redonda y grande como para sentarse ahí, rápidamente fuí y empecé a vomitar. Mi cuerpo cada vez más se debilitaba y tosía para poder estar mejor.

- ¿Agua?.- dijo el chico dándome una botella de agua.

Salí de ahí y giré levemente mi cabeza, me senté en el suelo, débil y cansada. Rápidamente tomé la botella y bebí un poco enjuagando mi boca y escupiendo después de unos segundos, ahora decidí tomar el agua como si no fuera un mañana. Tenía tanta sed que sentía algunas gotas de agua caer de mi boca, mi garganta dolía al sentir el líquido pasar, nunca imaginé decir esto pero era el agua para mí en ese momento era deliciosa.

- Si que estabas sedienta ¿Eh?.- dijo un poco burlón.

Suspiré mientras pasaba el agua y me sentí un poco mejor. Lo necesitaba así que miré aquel chico misterioso.
- G-gracias...- murmuré.

Él asintió con la cabeza aún tenía su capucha y no sabía quién era, no había visto su rostro pero su complexión era delgada y ligeramente más alto que yo, estaba sentado entre las hojas.

- ¿Quién...eres?.- dije recuperando el aire.

Aquel chico levantó la cabeza, parecía mirarme. La capucha cubría gran parte de su rostro pero no lograba identificar expresión alguna. Subió un poco aquel gorro negro y mostró su dentadura perfectamente blanca.

- Solo puedo decirte que soy aquel que te juzga y no...no tienes la culpa de nada.

Inmediatamente el recuerdo de aquel sueño que tuve aquella noche regresó a mi. Miles de flashback's pequeños inundaron mi cabeza sobre ese sueño, era la misma voz del chico que estaba delante mío y esa frase la recuerdo perfectamente bien. ¿Esto era una coincidencia? No tenía respuestas a mi pregunta. Sentí punzadas en mi cabeza que me hicieron quejar en bajo.

Lo miré por unos segundos hasta que reaccioné.

- Tú...- susurré.

Él sonrío debajo de la capucha.
- ¿Ahora me recuerdas?.

Llevé una mano a mi cabeza tratando de procesar cada recuerdo.
- ¿Qué...? Estabas ahí...

Se acercó a mi y se agachó quedando a mi altura.
Se quitó la túnica que cubría su cuerpo dejando ver a un chico delgado y con piel sumamente pálida y cabello platinado, sus ojos eran completamente blancos. La forma de vestir lo hacía lucir juvenil, vestía pantalones negros, tennis del mismo color, guantes negros pero dejaba al descubierto sus dedos, tenía un gorro gris en su cabeza y una playera color morada.

Un Pedacito De Ti. [Jason The Toymaker].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora