Capitulo V

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NARRACIÓN POR GABRIEL STONE

—Chicos, ¡Que tal!—dijo Cesare quién estaba junto a mi lado en la estación del bus.

—Cesare...—dijo la chica que vi el otro día en la re-inscripción de la matricula a la universidad.

—Hola.—asentí tímidamente, creo que ellos se conocen.

—No esperaba verte con tu prometido.—dijo Mera sin tapujos en la lengua.

—¿Disculpa?—vociferé, pero Cesare, me interrumpió.

—No tengo ningún prometido, Gabriel es un amigo.—respondió de inmediato.

—Pero tú Only Fans, dice otra cosa...—refutó Mera, cruzándose de brazos.

—Ese es mí bus, hasta luego.—habló por única vez Dylan E' Conte, como no reconocerlo, el año pasado habíamos tenido una aventura de verano, de esas que terminan por tonterías.

—No tengo porqué darte explicaciones de lo que hago.—dijo Cesare de mala gana acercándose a centímetros de los labios de Mera,  mientras yo me encontraba atónito.

—¡Pesado!—contestó ella alejándolo e inmediato llegó su autobús, así que se retiró del sitio rápidamente. 

—Sí eres un pesado.—inquirí, con algo de enojo.

—¿Estás celoso?—preguntó maliciosamente.

—Para na...nada...—formulé como pude titubeando.

—No debes hacerlo, porque me dan ganas de besarte.—dijo este acorralándome en la parada del bus.

Claramente sí me besó finalmente, sus besos eran tan exorbitantes, que hacían a uno sentirse tan bien, no importaba nada a nuestro alrededor, Cesare, era todo lo que quería en este mundo. A los segundos que nos separamos, segundos que parecieron eternos, también llegó el bus que me tocaba tomar, así ese fue nuestro beso de despedida, ya que Cesare se quedó allí en el sitio.

Por lo que me había dicho tenía un par de cosa que hacer, a lo que tampoco quise preguntar, posiblemente, serían situaciones personales, Cesare, es un chico complicado, diría que hasta difícil de entender, pero pese a ello, es buena persona y eso es lo que más importa.

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Aquella tarde, Cesare Valeska, se encontraba naufrago en sus pensamientos, por eso había decidido quedarse solo en la aparada del autobús, Mera, parecía ser su única pasión jamás antes vivida. Sin embargo, Gabriel, era un chico dulce, hacer el amor con el, había sido una sensación alucinante, el sentía que no podría decidir a quién sentir o amar, porque  amos eran únicos a su manera. 

Se había puesto el ocaso del sol, cuando Cesare decidió volver a casa, una vez llegó a destino, puso seguro a la puerta de su casa y se tumbó a dormir exhausto. Pero algo decidió despertarlo a media noche, alguien estaba tocando a la puerta, el joven  muchacho somnoliento, miró por la hendija del pórtico y se sorprendió de quién estaba del otro lado de la puerta.

—¡Mera!, que haces aquí... —pregunté abriendo la puerta con preocupación.

 —¿Ocurre algo? —volví a preguntar, mientras ella me abrazaba llorando. 

ONLY FANSWhere stories live. Discover now