Capítulo: XIII.

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#Por Gabriel#

—No podemos seguír con esto.—inquirí mirando a los ojos de Cesare.—Ha durado lo que debió ser, creo que ya no nos entendemos e incluso esto es demasiado tóxico para mí gusto, necesito tranquilidad y no es aquí donde la encuentro, no a tu lado.

—Estuve tratando de pedirte disculpas por todo lo que te he  hecho pasar, enserio lo lamento.

—No tiene que ver tanto contigo, Dylan siemmpre fue una persona importante en mi vida y creo que seria bueno que pudieramos intentarlo nuevamente.

 —A decir verdad, es cierto que ya no nos entendemos, pero, me gustas mucho.

—Es mejor que me recuerdes como lo que fuimos, pero  ya no debes desearme, porque no voy  a complacerte, sin embargo, debo recordarte que le has hecho mucho daño a alguien que realmente es tu amor correspondido.

—Quién...—preguntó desconcertado.

—Mera.—expresé alejandome de él.

Los días transcurrieron, el pasar del tiempo hizo que finalmente Dylan y Gabriel fueran novios otra vez, pero ahora sin tabúes, Dylan  estaba al tanto de todos los problemas que pasaba su  novio y lo cuidaba como un tesoro preciado e invaluable.

También el joven Gabriel siguió visitando a su doctora de confianza para que le siguiera asesorando en como afrontar todo obstaculo que se le fuera presentado. En cuanto a Cesare, él seguia en su mundo de fantasía y redes sociales, su Only Fans estallaba de seguidores.

Pero tenía un grave problema, ya era reconocido y eso lo vinculó con la universidad y en connsecuencia se lo vinculó a su paga de la colegiatura, la directora Maria Victoria lo mandó a llamar, solicitanndo que recogiera todas sus cosa del establecimmiento,  lo expulsó.

Recuerdo clarmanete que  Mera al  enterarse,  le imploró a la directora qe no  lo hicera, pero lla misma hizo oidos sordos, quería darle una lección a sus estudiantes y lo  había logrado. Al dia siguiente dió un discurso para todo el alumnado, su rostro con una expresión de frialdad era sin duda atemorizante.

—Señores y señoras, quiero que quede como  un  gran ejemplo los últimos hechos ocurridos en esta institución, no  voy a permitir que mis alumnos, se prostituyan por una aplicación, ustedes están en este lugar para ser profesionales y si hacen tal cosa en  cualquier empleo los despedirán, pero como esto es una universidad, el estudiante Cesare Valeska ha sido expulsado.—Agregó.—No se molesten en venir a mi despacho a pedir clemencia, se muy bien que nadie lo quería en este establecimiento excepto sus amigos más afines, que son tres, contra más de cinco mil estudiantes, sin más cumplan las reglas y se recibirán de una de las grandes universidades privadas del país, La universidad de Columbia.

Durante aquél semestre, la directora implementó grandes reformas en la institución,  las camaras de seguridad estaban por doquier, también había colocado personal de seguridad en los pasillos y nadie podía salir a los corredores en horario de clase, al menos que tuvieras un pase otorgado por la dirección escolar, la universidad se había convertido en una cárcel definitivamente.

Me enteré al poco tiempo que Cesare, si se recibió, pero en la Universidad Nacional de Buenos Aires, UBA. Y se preguntarán porque hablo del futuro, bueno, este era nuestro último año de carrera.

 Al fin y al cabo Gabriel y Dylan entraban juntos a la ceremonia de colación, Mera en cambio entró sola, pero Cesare en su otra universidad, a su vez, también se encontraba solo. Había sido  un semestre duro.

 —No es fácil sentarse a estudiar,  mucho  menos con todos los problemas que atravesaron nuestros queridos jóvenes universitarios, hoy padres, madres, hermanos, y familias en lineas generales, dejan presente con su  asistencia a este lugar, que han hecho muchos sacrificios para que hoy  nuestros egresados comiencen una nueva  carrera, el camino de ejercer la profesión que han elegido.—comentaba en su discurso la directora Maria Victoria.

Luego del acto, los jóvenes se retiraron del establecimiento, las cosas comenzaban a cambiar, Cesare en su otra institución, se hzo amigo de un muchacho llamado Valentino, hijo de padres adinerados, el mismo lo invitó a conocer su casa en Ibiza, a lo que Cesare sin nada que perder aceptó la propuesta.

Valentino, era de cabello oscuro, ojos café brillantes, su sonrisa era encantadora, era alto, y su piel era un tanto morena, y por alguna razón a Cesare le gustaba mucho como era aquel nuevo amigo, cuando caminaban por los pasillos del aeropuerto lo único que se le venía a la mente era que iba a dejar atrás una historia de vida en el pasado y que volvería a comenzar desde cero.

Mera, entró a Instagram y vió allí lo que sería la última publicación de Cesare en el suelo argentino. Se había desconcertado, no entendía que demonios estaba ocurriendo, Cesare se estaba yendo del país, pero, ¿Con quién?, no era nada prudente que hiciera eso, pero era Cesare, que podía esperar, nunca tomaba decisiones razonables.

—¿Sabían algode esto?—preguntó la misma a los demás chicos.

—No Mera, a decír verdad, ya ni siquiera deberías pensar en él.—sentenció Dylan.

—Seguramente encontró un lugar mejor, donde hacer su vida.—argumentó Gabriel.

Mientras tanto, Cesare, abordaba la avión privada de Valentino, quién le sonreía a cada momento, la  misma era un lujo que solo alguien con mucho  dinero podría darse. En ella, había  varías botellas de vino, chanpagne, entre otras bebidas fuertes. También cigarros para ejecutivos y gente mayor, que claro Valentino pitaba como si fuera uno, a pesar de sus 25 años.

—¿Y como te sientes?, ¿Te gusta la nave?—preguntaba Valentino poniendose comodo.

—Sos muy chico fresa para mi gusto.—dijo este de forma tajante.

—Pero..., este chico fresa te trajo a Ibiza, así que debes una.—formulóo el joven arrimandose hacia Cesare.

—Que haces...—espetó Cesare en un ligero jadeo, ya que una de las manos de Valentino, estaban en  su entrepierna.

Valentino, no se contuvo y besó a Cesare, lo que desató el romance en pleno vuelo. No pasó mucho hasta que ambos quedaran en ropa interios, sintiendo correr un completo fuego por sus cuerpos. Los besos seguían hasta acabar teniendo un acto sexual tan apasionado como jamás antes Cesare había sentido, creo que había encotrado a su llama gemela y consigo, un cambio de ciento ochenta grados.

 Los besos seguían hasta acabar teniendo un acto sexual tan apasionado como jamás antes Cesare había sentido, creo que había encotrado a su llama gemela y consigo, un cambio de ciento ochenta grados

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CONTINUARÁ...

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