« 𝗹𝗼𝗴𝗶𝗰 | ¹ »

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Se encontraba inquieto, dudoso y nervioso por diversas razones que no sería capaz de explicar. Sus pies se movían de aquí a allá, caminando en círculos una y otra vez, tantas veces que Louis creía que en cualquier momento podría hacer un agujero en la madera del suelo.

Había sido divertido, incluso tierno de ver los primeros cinco minutos, pero ya habían pasado más de ocho y no entendía como no se había mareado.

Avanzó tan sigiloso —o así le pareció a Harry—, que ni siquiera el menor se percató cuando el mayor rodeó su cintura con sus brazos, deteniendo cualquier movimiento. Fue ahí que reaccionó, había caído en un pequeño trance y ahora estaba cayendo directo a la realidad.

"Amor, no te preocupes, estarás bien"

¿Bien? ¿Cómo podía decirle estaba bien? De ninguna forma humana estaría bien o en lo más mínimo preparado para conocer a la familia de su alfa, mucho menos conociendo su tan mala suerte. ¿Y si arruinaba todo? ¿Y si se caía y hacía el ridículo? ¿Y si resultaba en un total caos y no querían volverlo a ver, por lo que no podría invitarlo a su futura boda y el nacimiento de sus futuros hijos, así como a sus cumpleaños?

Un beso en su nuca fue aquello que hizo que dejara de viajar al futuro y formar escenarios que fuera de lógicos, jamás sucederían. Un segundo paró en su pómulo, y luego todo su torso fue girado por las manos del mayor, quien deseaba encarar a su pequeño novio que no podía evitar comparar con un conejito asustado.

"De verdad, les agradarás. Eres un amor, a cualquiera le caerías bien"

"Menos a la señora del 4b" murmuró, recordando a esa vieja vecina que ahora parecía detestarlo, solo porque los había escuchado en más de una ocasión durante sus celos. Ciertamente Harry era ruidoso, a eso sumándole un alfa que parecía gustarle la rudeza durante sus celos, la pobre anciana no deseaba verlos ni en pintura.

"Bueno, tiene sus razones, señorito" pellizcó su vientre y Harry le dió un ligero golpecito por las cosquillas. "Fuera de ella, todos te quieren"

"Pero, ¿qué hay de–" ni siquiera pudo terminar porque los labios de su pareja estaban silenciándolo. Si dejaba que siguiera mencionando personas, jamás irían a casa de sus padres, y quizás ese había sido el plan del rizadito desde un inicio.

Casi debe llevárselo a rastras, consideró cargarlo en su hombro, pero para evitar molestias Harry optó por hacer caso y dejar los pucheros de niño berrinchudo que no desea salir para subir al auto, cruzando sus brazos en demostración a su aún vigente protesta.

Con un par de besos más se le pasarían, pensó Louis. Terminó siendo cierta cuando tardaron un poco más en arrancar el vehículo, el sabor de los melocotones del desayuno aún permanecían en los labios de ambos, por lo que fue difícil separarse.

El camino fue lo suficientemente largo como para repetirse 100 veces que nada saldría mal, pero a Harry le hizo falta decirlo un par de veces más porque apenas pisar el porche de la residencia se sintió desfallecer. ¿Sería muy tarde para fingir un infarto?

Un suspiro salió del alfa, tocando el timbre al ver que su pequeño y tímido omega no era capaz de hacerlo. Esperaron en silencio, silencio que solo hizo estragos en el menor, poniéndolo a interrogarse que tan tanto tardaría sería corriendo hasta su departamento si comenzaba ahora mismo.

La puerta se abrió, sacándolo de sus pensamientos y también un poco de onda, sorprendido y confundido por encontrarse con alguien conocido del otro lado de la entrada.

"¿David?"

"Oh, Hazz, llegaron. Hola, tío Louis" saludó con naturalidad, y el último mencionado hizo que ingresaran a la residencia, sacudiendo las hebras para despeinarlas de su sobrino en saludo.

"¿Tío Louis?" nadie parecía tener la intención de explicarle, por lo que tuvo que hacer el esfuerzo por sí mismo de procesar la información.

Ahora las miradas y risitas discretas de David al hablar de Louis tenían mucho sentido.

𝗳𝗶𝗿𝗲𝗺𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora