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-Al fin serás mía, Madrigal- escuchó que dijo aquel sujeto, en cuestión de segundos se tiró contra el desconocido

-¡No te atrevas a tocarla, imbécil- dijo mientras agarraba a ese acosador, recibió un golpe de este el cual devolvió. Con todo esto empezó una pelea, sin darse cuanta que estaban frente a casita y que Dolores, Pepa e Isabela venían hacia el con un rostro que demostraba preocupación y enojo

-¡Camilo Madrigal, suelta ya mismo a ese chico!- dijo su madre

-¡No voy a hacerlo, no se lo merece, déjame golpearlo más!- respondió gritando, haciendo que Dolores se tapara los oídos, no le importó y siguió dando golpes hasta que sintió una lianas agarrarlo y jalarlo hacia casita -¿¡Por qué hiciste eso, Isabela?!-

-¡Porque estabas peleando frente a casita y todo el pueblo estaba viéndote, nos estás dejando en ridículo idiota!-

-Dejen de gritar, por favor- suplicó la oyente. Ambos se cayaron, aunque el ruido de un fuerte trueno hizo saber a Camilo que estaba muy castigado

-¿¡Pero como se te ocurre pelear así, Camilo?! ¡Yo no te crié así! ¡Imagina lo que dirá tu abuela cuando se entere!-

-Mamá, espera- habló Dolores, intentando explicar pero no fue escuchada

-¿Cuándo me entere de que? ¿De que mi nieto hizo un escándalo en frente de todo el pueblo y nos dejó en vergüenza, como siempre hace? Oh, eso ya lo se Pepa, no te preocupes- dijo la mujer mayor a su hija, mirando a su nieto, este se encogió en si mismo sintiendo repentinamente las ganas de desaparecer y llorar. Poco a poco toda su familia llegó y lo miró con preocupación, era obvio que ya sabían lo que había pasado

-A-abuela p-puedo explicarlo- habló rápido y con miedo

-¡Nada de "puedo explicarlo" Camilo Madrigal, cada vez estoy más decepcionada y harta de ti! ¡Me tienes cansada, tú y tu constante necesitas de arruinarlo todo!-

-Mamá, estás siendo muy dura con Camilo!- esta vez habló Pepa, ella estaba enojada también pero no era forma de hablarle a su hijo

-Cállate, Pepa- ordenó duramente, volvió su mirada al Madrigal de ojos verdes, por un momento teniendo un deja-vú de su hijo desaparecido, eso la hizo enojar aún más -¿En qué estabas pensando? ¿Eh? ¡Responde!-

-Y-yo..-

-Abuela- habló Dolores, saldría a defender a su hermano como sea, después de todo no había hecho nada malo

-No Dolores- dijo su hermano, mirándola con lágrimas, luego miró a su abuela -¿Por qué piensas siempre lo peor de mi, abuela? ¿Qué es lo que hice yo para merecer este maltrato de ti?- preguntó, rompiendo en llanto

-Hijo...- Pepa iba a acercarse pero se detuvo gracias a qué Mirabel agarró su mano

-No tía, déjalo expresarse-

-¿Quieres saber porque me peleé abuela? ¿Quieren saberlo todos?-

-Si Camilo, queremos saber porque nos haz puesto en vergüenza nuevamente- habló Alma

-¡Pues bien! ¡Me peleé con ese idiota por Isabela!- explicó

-¿¡Por mi?! ¡No seas mentiroso, yo no he hecho nada!-

-¡Ese estúpido te estaba acosando! ¿¡Bien?! ¡Lo único que hice fue defender a mi prima, a mi familia! ¡Eso fue mi gran error, abuela!- la miró con rabia -Y déjame decirte que lo volvería a hacer, no permitiré que nadie dañe a mi familia- sentenció, todos se quedaron anonadados y sorprendidos ante la explicación del pleito. La matriarca de la familia miró a su nieta oyente para corroborar la explicación, esta asintió dando a entender que era verdad. Por primera vez Alma no sabía que decir

-¿Qué? ¿Me estaba...acosando?- preguntó Isabela, su enojo hacia su primo había cambiado a sorpresa

-Si, te estaba siguiendo e incluso lo escuché decir "Al fin serás mía, Madrigal". Simplemente cuando lo escuché hice lo primero que me salió, tirarme encima suyo para que no hiciera nada-

-Camilo- interrumpió Alma

-Si, ya sé, estoy castigado un mes y sin comer en la noche por dos semana otra vez, si- dijo desanimado

-No- habló -Teniendo en cuenta las...las circunstancias bajo las que se dió esa pelea no habrá ningún castigo, pero espero que no se vuelva a repetir ¿Entendido? Esto es solo una excepción-

Bien, eso sí que no se lo esperaba -Si, entendido-

-Bien, ahora ve con tu tía a que te dé algo para curar tus heridas-

Asintió y se fue con su tía, Mirabel, Dolores y Pepa lo siguieron al comedor, pues ahí quedaba algo de comida

-Hijo lo siento por haberte dicho eso- murmuró Pepa con una tormenta sobre su cabeza

El adolescente sonrió a su madre y la abrazó -Tranquila mami, solo estabas molesta, no hay nada que perdonar, calma ¿Si? Te haré un té-

-El que debe comer algo eres tú, pequeño- respondió su madre, calmándose y abrazando a su hijo

-Eres un héroe, Cami- habló Mirabel, con una sonrisa

-Oh, claro que no, solo hice lo que tenía que hacer, defender a mi prima-

-No seas modesto, hermano- esta vez fue Dolores

-No sabes lo agradecida que estoy contigo, sobrino- habló Julieta, dándole a su sobrino un bollo de papa que había quedado de ese día, este lo tomó y lo comió sintiendo sus heridas curarse -Sino fuera por tí no se que le habrían hecho a mi hija-

-N-no es nada, de en serio-

-Mi hijo, eres todo un hombre ya- habló su madre con emoción -Y uno con un gran corazón- todas esas palabras dulces solo hacían sonreír y sonrojar al adolescente sin don, no estaba acostumbrado a tanto

Por otra parte, detrás de las paredes, un hombre también de ojos verdes miraba a su hijo a través de la grieta que había en la pared

-¿Qué le habrá pasado? ¿Acaso se peleó con alguien?- preguntó a una de sus ratas, como si fuera a recibir una respuesta -Parece que salvó a su prima- murmuró con una sonrisa orgullosa, su hijo era un muchacho se bien y eso le alegraba, era tan diferente a él, eso le alegraba, no quería que fuera igual a el, sería un infierno -Bueno, será mejor que no haga demasiado ruido- y con eso, volvió a su sillón

Volviendo con Camilo, este finalmente estaba solo en el comedor, descansando un poco luego se poder safarse un poco de su familia. Los amaba pero a veces eran algo encimosos y no estaba acostumbrado, además de que quería un poco de tranquilidad luego de su pelea de la tarde. Y su idea se estaba cumpliendo hasta que vió la figura de Isabela entrar al comedor

-Camilo-

-¿Qué? ¿Vienes a regañarme?- preguntó a la defensiva y frunciendo el ceño -si es así déjame decirte que- fue interrumpido a la mitad de la oración

-Gracias-

-¿Q-qué?-

-Gracias por lo de hoy- aclaró, algo incómoda -Pudiste meterte en serios problemas con la abuela por eso pero aún así no dudaste en hacerlo, yo...solo quería agradecerte-

-O-oh, mmm- se mordió el labio y miró hacia otro lado -Te diré lo mismo que a los demás, no hay nada que agradecer Isa, era mi deber en defenderte, estoy seguro de que cualquiera hubiese hecho lo mismo en mi lugar-

-Tu y yo no nos llevamos tan bien Camilo-

-Lo sé, pero sigues siendo mi prima y te quiero- eso sorprendió a la mayor, que se paralizó e incluso le salieron flores de su cabeza, hizo reír al muchacho con esa reacción -Bueno primita, estoy algo cansado, así que iré a dormir, descansa Isa- se despidió, pero fue retenido por...¿Por un abrazo? Okey, quizás estaba soñando, Isa no podía estar abrazándolo ¿Verdad?-

-Tambien te quiero- susurró y deshizo el abrazo, luego se fue, dejándolo parado ahí

-¿Qué...qué acaba de pasar?- preguntó, aún algo aturdido, estuvo unos segundos así pero luego negó levemente, pensaría en eso en otro momento, ahora iría a dormir. -Además, aún tengo una torre por visitar mañana-

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Salvaré el Encanto [Camilo Madrigal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora