3| El beso que devoraba mi alma

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Mientras me encontraba en una reunión en la cual había preparado unas horas antes a Milán ya que mi padre y mi hermano habían tenido que viajar a Japón a revisar unas construcciones, la vibración de mi celular me distrajo de lo que Milán decía, la verdad era que él se desenvolvía bastante bien para ser solo un chico pasante.

Incluso ahora, varios de los socios se preguntaban porque un pasante estaba llevando a cabo la reunión para tomar un contrato que nos favorecía, claro, como yo, uno de los jefes estaba, no decían o externaban en voz alta sus dudas u oposiciones.

Saqué el celular de la bolsa de mi pantalón y tuve que fingir que la fotografía que mi estúpido paparazzi personal me había enviado, no me afectaba, ni siquiera sabía si mi rostro no se estaba poniendo rojo, pues la verdad es que yo lo sentía algo caliente y cuando eso sucedía, oh, ¡teníamos problemas!

—¿Qué opina joven Gates? — habló uno de los socios del proyecto, sacándome un poco de mi rollo y carraspeando en el momento.

—Milán dejo en claro los gastos promedios si nos acatamos a las necesidades y a las sugerencias de nuestra parte, si están empeñados en realizar el diseño que otra empresa iba a trabajar con ustedes, creo que no podremos correr el riesgo, anhelamos trabajar con ustedes, pero no podemos arriesgarnos a que por muy bonito y barato, una edificación termine con la vida de personas en un futuro si llega a ocurrir un desastre natural mínimo— tomé de mi vaso de agua y enseguida Milán comenzó a hablar de los fallos en los planos que estos traían.

Mientras Milán hablaba, observe una vez más el mensaje del paparazzi loco.

"Ese traje te queda tan exquisito" fue el primero con la imagen mía entrando al edificio Gates esta mañana.

El segundo fue el que me hizo trastabillar con mis pensamientos.

"Solo mira lo que me provocas incluso a través del lente" con una imagen de un bulto en sus pantalones.

Llevábamos varias semanas con una rutina en la cual al menos tres veces por semana estaba en mi departamento viendo series.

Tuve que hablar muy seriamente con mi jefe de seguridad y con los demás acerca de no contarle nada a mi padre, ya que les dije que primero quería ver a donde llevaba nuestra amistad.

Lo cierto es que algunos días después mi seguridad se dieron cuenta que no era una amistad común, pues sin menos esperarlo, Zeus me había robado uno que otro beso delante de ellos.

Al inicio todo me parecía tan...

Bueno, quería huir y llorar en el regazo de mi padre por como habíamos comenzado, la realidad era que con el paso de las semanas todo tipo de nervios había sido reducido, bueno, seguía sin acostumbrarme a que me besara, ni siquiera tenía en claro que éramos.

No había etiquetas ni nada.

¿Amigos?

¿Novios?

Ni una jodida idea.

"Estúpido, estoy en una reunión importante" contesté tratando de no llamar la atención.

"Es domingo y me dejaste de lado para ir a una estúpida reunión" simplemente le envié un emoji de la carita rodando los ojos y dejé mi celular de lado para concentrarme en la reunión, la verdad es que yo hablaba muy poco y solo cuando era necesario.

Al final de la reunión, después de casi dos horas, salimos del edificio mientras salía a la par de Milán, pero antes de contestar a su oferta de ir a comer, un mensaje de Zeus diciendo que me esperaba en su departamento con pollo frito me saco de mis cavilaciones.

PAPARAZZIOnde histórias criam vida. Descubra agora