11| LLORA PRINCIPE

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¡ADVERTENCIA!

ESTE CAPÍTULO PUEDE CONTENER ESCENAS CON VIOLENCIA, Y ALGUNAS PERVERSIONES QUE ESTAN MAL, ADEMÁS DE HACER MENCIÓN DE VIOLACIÓN SEXUAL, SE RECOMIENDA LEER BAJO SU PROPIO RIESGO. 


ARIS

Abracé a mi cuñado Milán cuando estuvo de regreso en casa, a pesar de que no podía recordar nada, simplemente me alegraba ver la mirada de mi hermano que ya estaba más tranquilo.

El sacrificio que me esperaba, valía realmente la pena.

Cuando toda mi familia se estaba despidiendo para dejar descansar a Milán y Mazklan, con maleta en mano supe que era el momento y Alexandro lo supo también.

—Me iré a mi departamento papá— dije cuando me vio salir con una maleta.

—Pero cariño— negué antes de que me sermoneara.

—Quiero dejar que Milán y Mazklan recuperen sus momentos arrebatados, es casa de ellos—sonreí.

—Pero diste a tus guardaespaldas dos días de vacaciones, al menos deja y hablo a algunos de la casa de...— negué.

Lo siento papá, ese era mi plan...

—Yo puedo acompañarlo si gusta, Mazklan podrá entender si pido esto— mi padre nos miró y luego soltó un suspiro.

—Bien, si necesitas algo llámame y por favor, no salgas hoy, trata de esperar a que mañana lleguen los guardaespaldas que te enviare— asentí y sonreí.

—Bien, te espero en el auto Alexandro— me despedí de mi padre y luego de unos minutos Alexandro llego con una maleta de mano y un estuche de un arma de alto calibre.

—¿Crees que sospeche algo? —preguntó mientras comenzaba a conducir, yo iba en los asientos traseros.

—No lo sé, pero espero y no lo haga, porque en dos semanas tengo que buscar una excusa para asistir a esa estúpida fiesta— me dejé caer en el asiento y deje escapar un alto suspiro.

—¿A que hora tienes que estar ahí? —preguntó.

—A media noche— cuando iba a decir algo más, mi celular comenzó a sonar nuevamente.

¿Y ahora que mierda?

Zeus

Una vez más él.

Estaba cansado realmente.

Estaba arto de todo y no sabía como mierda enfrentar todo, no sabía como mierda acabar con todo de raíz.

Sin pensarlo dos veces, apagué el celular y cerré mis ojos, para cuando llegamos a mi departamento, fue absoluta tranquilidad y paz.

—Voy a dormir un rato, ¿podrías despertarme cuando casi llegue la hora para que nos vayamos— me deje caer en el sofá y en cuestión de segundos me dormí.

Cuando sentí un movimiento en mi hombro, me levanté bruscamente y noté que era Alexandro.

—Ya casi es hora— asentí y sin esperar a que dijera más, me dirigí a mi habitación y comencé a cambiarme.

Un traje negro, no sabía como más debía de ir.

Cuando salí, Alexandro estaba armando su rifle, el absolutamente no se veía como un guardaespaldas, más bien era como un agente de alguna agencia de inteligencia.

Pantalones negros con un arma en la pierna izquierda, armas en su cinturón, una camiseta negra que le quedaba muy apretada y en cuanto me vio enarcó una ceja ante mi vestimenta.

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