Elegido

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Kyojuro Rengoku, hijo de la famosa dinastía de espíritus de la flama, un ser místico y poderoso, el siguiente en convertirse en el protector de la zona.

Se supone que no puede ascender de posiciones si no tiene descendencia.

Un joven guerrero lleno de energía y que se ha negado a tener familia desde hace dos años, pese a que ha protegido a todos los que se han acercado a él.

Su padre le ha llamado la atención en repetidas ocasiones porque no ha conseguido una compañera.

-No me importa lo que sea, solo consigue ya una Omega, no me interesa si es hombre o mujer, sólo date prisa en criarlo o empezaré a presionar a Senjuro para que tome tu lugar...

-Padre yo...

-Si en una semana no has escogido a alguien, forzaré a Senjuro a que elija una Omega para que de una buena vez alguien herede mi lugar, no tienen edad para andar olgazaneando.

El mayor se rió y pensó que su padre estaba bromeando, pero su cuerpo se paralizó cuando a la semana siguiente, su padre entró con una espíritu Omega y la llevó a los aposentos de su hermano, la espíritu lloraba porque la jalaban de los cabellos y Senjuro casi era arrojado a una habitación con la pequeña.

-¡Padre!

-Te dije que si para esta semana no habías elegido a alguien...

Fue interrumpido en seco, cuando el mayor a sus 210 años de edad se arrodilló ante él y le tomó la mano para que soltara a la Omega.

-Por favor padre, si me das 3 días, te prometo que para entonces habré completado el ritual.

El mayor le volteo a ver y subió su ceja, soltó a la chica y tanto Senjuro como la niña soltaron en llanto.

-3 días, no más, si para la noche no has marcado a nadie, estos dos tomaran tu lugar.

El mayor volteo a ver a su hermano y a la chica y se disculpó, ambos se cobijaron en su regazo mientras lloraban y él les acariciaba la cabeza.

-Pero hermano... Tu...

-Esta bien Senjuro, para eso soy tu hermano mayor, lamento haber retrasado esto y afectarte.

El mayor se puso de pie y salió del monte de los espíritus.

No era que no hubiese pensado en cumplir su deber, pero ningún espíritu le llamó la atención, ninguna fue lo que él esperaba.

Entonces bajó del cielo y llegó a un monte, la nieve caía, era tan fría para los humanos y se dijo a si mismo.

-Las que han intentado aparearse conmigo, sólo han deseado poder, si escojo un humano, no podrá tener poder hasta que muera, así que...

A lo lejos miró un joven caminando y tan solo con olerlo supo que era un Omega.

El chico miró a dónde él estaba, pero estaba oscuro, así que solo pudo ver sus ojos.

Kyojuro se acercó y con uno de sus hechizos, lo durmió y lo cargó en sus brazos.

-Lo lamento humano, de alguna forma te compensaré esto.

Entró a una cueva para refugiarse del frío, después de todo, el chico era humano y estar en el frío lo mataría.

Una vez adentro, colocó su capa en el piso y en ella acostó al Omega, al mirarlo le vio el cabello burdeo y su piel apenas tostada, era lindo de figura, dormía plácidamente.

El espíritu uso su fuego sagrado para calentarlo un poco y finalmente empezó a desprenderse de su ropa, tomó la ropa del chico que dormía aún por su hechizo y le tocó la cara.

Espíritu de la flamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora