Higanbana

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El miedo recorría cada fibra de su cuerpo, jamás creyó sentir de nuevo aquella sensación.
Sus ojos rojizos opacados de oscuridad, y sus cobrizas hebras onduladas contrastaban con la destrucción a su alrededor. Y esa sonrisa, esa arrogante sonrisa llena de maldad, aquella sonrisa era parte de sus pesadillas por la noche.

Sí, definitivamente era ella.

La reina Beryl.

—¡Este es el primer aviso, scauts! ¡No se metan en mi camino! —declaró con su voz chirriante. Sin dejar que alguien respondiera nada, se fué envuelta entre sombras enormes de energía maligna.

[...]

Más tarde en el cuartel de las sailor, todas estaban reunidas para tratar el tema reciente de la misteriosa y aparente resurrección de su primer enemigo.

Lita y Rei informaban de todo lo acontecido a Mina, Ami, Luna y Artemis. Serena por otro lado, estaba agotada mentalmente, las preguntas sobre lo sucedido hace unas horas no dejaban de llegar a su cabeza.

¿En serio estaba viva o era marioneta de alguien más peligroso?
¿Buscaría venganza por el pasado?
¿Por qué justo ahora que faltaban un par de meses para graduarse de la preparatoria?
Y lo más importante, ¿Su objetivo seguirá siendo Darien?

—¿Estás bien Sere? —preguntó Rei llegando a su lado en el rincón de la habitación.
La ojiazul asintió sin medir otra palabra, Rei entendió que Serena le pedía espacio para asimilar los hechos. No quería presionar, sabía perfectamente que las heridas del pasado volvían a abrirse con la presencia de la malvada mujer.

Le ofreció irse a descansar, dejando todo en sus manos, asegurando que ella misma le informaría de todo al día siguiente.
La rubia aceptó sin rechistar y sin despedirse de sus amigas, o llevar a Luna consigo, salió en completo silencio del cuartel bajo el videojuego.

Esa noche, Serena despertó aterrorizada por el regreso de sus antiguas pesadillas. El terror y la angustia eran el doble a como lo recordaba. Se aferró al cristal de plata como si de alguna manera éste le brindará el consuelo que necesitaba en ese momento.

La mañana tan esperada por la rubia había llegado colando unos cálidos rayos por su ventana entre las cortinas rosas corridas.
Sin embargo, el ánimo de Serena no eran tan cálido como el sol de la mañana, la ansiedad de no saber que quería el enemigo le preocupaba demasiado.

Salió de casa después de desayunar con su padre y Sammy, necesitaba aire fresco y agrupar sus ideas si quería enfrentarse a Beryl nuevamente.

Esa bruja fue la causante de sus pesadillas, mató sin ninguna consideración a todas sus amigas, una por una. Presenciando como exhalaban su último suspiro frente a sus ojos, dando su vida y confiando la misión en su poder. La obligó a luchar a muerte contra el amor de su vida, y cuando por fin logró salvarlo de su embrujo, ella lo asesinó.

Beryl es a la única que no ha logrado perdonar a pesar de los años.

Detesta a Beryl.

Resolpó con cansancio mental, se detuvo en una banca del parque a dónde la habían llevado sus pies y se sentó a ver pasar a las personas que ahí transitaban.

De nuevo el pensamiento de que Darien podría estar en peligro le asaltó la mente. Ya Beryl lo había lastimado una vez, le atemorizaba una segunda.
¿Él estaría bien?
Hoy no lo vería, estaba ocupado en el hospital instruyendo a los nuevos residentes que llegaron.
¿Sería paranoico llamarle para saber si estaba bien?

Mordió su uña del dedo pulgar con indecisión, ¿Se enteró quién es el nuevo enemigo? Tal vez no
Sí, claro. Toda la ciudad vió la destrucción que causaron los demonios de la bruja loca, lo más posible es que Darien también, y si no, Luna podría haberle dicho anoche cuando se quedó ahí.

Darién & SerenaWhere stories live. Discover now