Sofia: Anda, ve recogiendo tus cosas y vuelve a tu casa. Por las mañanas, te llevaré a mi padre para que te encargues de él.
Amador: Vale.
Amador va a hacer su maleta.
Roland: ¿Estás segura de que él podrá ocuparse de mi?
Sofia: Está solo en prácticas. Si no lo consigue, seré yo quien se encargue de ti hasta conseguir a alguien capaz. Pero de momento, confiemos en él.
Roland: Muy bien. Confío en ti.
Sofia le sonríe.
Sofia: Un momento...por fin...tranquilidad....
Sofia se sienta en el sofá.
Sofia: Tranquilidad....es lo ÚNICO que necesitaba.
Roland: Pobrecita mi niña...
Sofia: Me....sabe fatal que estés en estas condiciones por mi culpa.
Roland: No es tu culpa. Fue la mía.
Sofia: *le mira* Papá...¿recuerdas a alguien más allí aparte del rey Magnus y tú?
Roland: Mmmm....no, la verdad.
Sofia: ¿Es....posible que el rey Magnus esté enamorado de mamá?
Roland: No lo sé. Pero...es posible. En la excursión...no paraba de preguntarme de TODO sobre tu madre.
Sofia: Ay madre...creo...que ya sé quien te ha hecho esto. Pero...la pregunta es, ¿cómo lo ha hecho?
Llaman a la puerta.
Sofia: Ya tardaban...
Sofia va a abrir.
Berta: ¡Hola!
Sofia: Berta...¿en qué te puedo ayudar?
Berta: Tengo una canción que puedes cantar en la boda.
Sofia: Perfecto. Dame la letra.
Berta le da un papel con la letra de una canción.
Sofia: Wow...la letra es preciosa...
Berta: Gracias. Es una sorpresa. No se lo digas a nadie. Y mucho menos a Antonio.
Sofia: Tranquila.
Berta: Hola...
Roland: Hola.
Berta: ¿Cómo se encuentra, majestad?
Roland: No sé por qué pero...me siento seguro cuando estoy con mi hija.
Berta: Es comprensible.

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Una princesa en Montepinar
De TodoSofia llega a Mirador de Montepinar y su vida no será como ella esperaba. Eso sí, os aviso que esta historia será muy diferente que mis otras historias.